miércoles, 13 de noviembre de 2024

VII Carrera popular La Puebla de Almoradiel, noviembre de 2024.

    No han podido preparar mejor día, meteorológicamente hablando, nuestros amigos de La Puebla de Almoradiel. Solecito, fresquito, una ligera brisa que enfríe nuestros "motores"... ideal. Si a eso le añadimos la calidad humana con la que nos encontramos, incluyendo, claro está, a mis compañeros Uti y Fillo, ya solo se puede pedir una cosa, aunque peque de avaricioso, hacer podio. Pero, ¿habré sido capaz hoy de conseguirlo? No hagas trampas viendo las fotos y sigue leyendo, a ver si te hago sudar tanto como si también hubieses corrido.

   Circuito muy bueno para ir rápido (dentro de nuestras capacidades, claro). Parte urbano y parte rural, similar a nuestra carrera de Las Lagunas. La zona del río Cigüela es preciosa. Muy buenas rectas para regular el ritmo al milímetro y prácticamente llano.

   Del Club de Atletismo Las Lagunas nos inscribimos tres (ya los he mencionado), todos en la categoría Veteranos B. Uti, recién vacunado de la gripe, anda un poco congestionado, no nos da pistas del ritmo que va a llevar. Fillo está más fuerte que el vinagre, la semana pasada bajó de los 39 minutos en el 10 K de La Solana, terminando el tercero de su grupod de edad. Y yo tampoco vengo mal. En La Villa de Don Fadrique se me dio muy bien, aunque es posible que faltasen unos metros para los 10 km, peeeeroooo, el martes, terminando mi entrenamiento, me empezó a doler la pierna derecha, desde el glúteo hasta el sóleo. Estoy seguro que es el nervio ciático. He estado haciendo estiramientos, dándome pomadita y rodando muy suave, para no volver a despertar el dolor, así que el temor a abandonar lo tengo presente.


 

   Recogida de dorsales, saludos a amigos y conocidos (daos todos por mencionados, por favor, que siempre me olvido de alguno jeje) y al coche para cambiarnos y calentar con el amigo José Torresano. Hoy va a acompañar a Fillo. Yo tengo mis dudas, vengo sin plan.

   Ya en la línea de salida, guardamos un emotivo minuto de silencio en memoria de las víctimas de la Dana en Valencia. Cuenta atrás por el speaker (es un máquina) y a correr!!

   Salida fácil, sin empujones ni aglomeraciones. Me adelantan muchos antes del primer giro, que apenas está a 20 metros. Hay una mínima subida, apenas perceptible, antes de encararnos hacia la parte Oeste, después se baja, también muy suave, hasta el río. Trato de mantener la calma, pero enseguida veo a Fillo y Jose por delante, muy cerca, y no puedo resistirme a ponerme a su ritmo, aunque me tome mi tiempo para tratar de alcanzarlos.

   Nada más salir del pueblo picamos el primer kilómetro. Mis intenciones eran las mismas que en Villa, empezar a poco más de 4 el mil, pero al tratar de seguir a mis amigos, se me ha ido la mano, y paso en 3'55''. Una parte de mi se ha mentalizado a sufrir hoy lo que haga falta para hacer una buena carrera, pero la experiencia me dice que las consecuencias de salir tan deprisa son, además del sufrimiento asegurado, un crono peor de lo que soy capaz de hacer. En fin, confiemos en mis facultades y sigamos dando cera.

   Justo delante de mi va una bici, imagino que la primera mujer estará ahí mismo, y me coloco un minuto detrás, quitándome el poco viento que viene de costado. El cuerpo todavía no ha entrado en calor. Pero enseguida me salgo, tampoco quiero parecer un aprovechado. Todavía nos quedan unos metros de asfalto y parece que mantengo la misma distancia con Fillo y Jose. Adelanto a Maxi, que va muy confiado y fuerte, le doy ánimos.

   Llegamos al segundo kilómetro en 3'57''. Parece que hemos regulado un poco la velocidad, a ver si, con suerte, el primer esfuerzo no lo pago caro. He reducido ligeramente el espacio que me separa de mis amigos de referencia, así que, nada más entrar al camino de tierra, doy un achuchón y los alcanzo.

   En la foto aparecen ambos, justo antes de que me una a ellos. 

   El hecho de ir en grupo no tiene ya nada que ver con el inicio. Voy mucho más cómodo, aunque sean ellos los que marquen el ritmo. Me acerco lo suficiente a ambos para coger un buen rebufo y les dejo trabajar. Pero no todo el camino es apto para marchar de esa forma. En cuanto giramos y bajamos de la zona de tablas, queda un camino con dos zonas laterales lisas y una central con más grava, que te hace perder tracción. Voy de un lado a otro, subo al centro, no me encuentro ya agusto de ninguna forma, y si adelantamos a algún otro corredor, todavía se pone más difícil.

   Tercer kilómetro en 3'56''. Con tanto cambiar de lado del camino, empiezo a notar una molestia en el glúteo y en el sóleo. Mal asunto. Voy a hacer como que no me doy cuenta, pienso en otra cosa, a ver si así desaparece... venga, a ver ¿como vamos de pulmones? pues jodido...no sé que es peor, que me castigue el nervio ciático o que no vaya a poder aguantar el ritmo de mis compañeros...

   En fin, José se hace a un lado y yo me pongo junto a Fillo. Pisamos cemento unos metros, se agradece la mejora en la tracción. Otra zona cortita de tierra y llegamos al cuarto kilómetro en, también, 3'56''.

   Me centro en seguir a Fillo o en ponerme a su lado cuando puedo. Al volver a entrar a la población, no encontramos con más animación, así se hace más fácil sortear las esquinas y subir la mínima pendiente que tienen algunas calles. En las esquinas que parece dudar, le indico el camino a seguir (yo me lo conozco de memoria). Casi sin darnos cuenta, llegamos al Ayuntamiento, bajamos a la zona de Salida-Meta y completamos la primera vuelta. Justo cuando voy a mirar el tiempo neto, salta el aviso de kilómetro completado. Hoy el Garmin está clavando la distancia con lo que tiene marcado la organización. No puedo ver nada más que lo hemos completado en 3'57''.

   Y ahora es cuando me acuerdo de Marisa, mi mujer. Resulta que la noche de antes hizo una pizza casera para cenar y, tan rica estaba, que me la zampé como si no fuera a haber un mañana. Llegamos al avituallamiento y le digo a Fillo que no voy a beber, porque seguro que me sienta mal el agua al juntarla con el esfuerzo y la sensación de hinchazón que todavía llevo de la cena. Le cedo el lado bueno y sigo, algo más lento, para que no tenga que acelerar más de la cuenta para volver a alcanzarme. Pero algo ha debido pasar, porque en los primeros segundos no me pilla, se le debe haber caído el vaso, o lo mismo se ha parado para beber (no me acordé de preguntarle luego). No pasa nada, digo entre mí, así tomo un poco de oxígeno extra, que falta me va a hacer.

   Antes de que tenga que preocuparme de verdad, ya está a mi lado. Giramos y comenzamos la bajada. Se pone a acelerar, vaya... 3'50'' el sexto kilómetro, con la bajada de velocidad incluida.

   Hoy no se encuentra muy hablador, así que voy leyendo sus gestos para saber como se encuentra. Al mirar el reloj con el aviso de kilómetro completado, confío en que se frene un poco, pero no es así, de hecho, acelera ligeramente. Le digo entonces que me voy a poner a rebufo, porque si mantiene esa velocidad, se va a quedar sin mi compañía. Va como una moto, y yo como un vespino quemado jajaja.

   Con el sabor a óxido en la garganta, sensación que se produce cuando vas exigiéndote al límite (o casi), llegamos al séptimo mil en 3'48''. UFFF ... menos mal que me lleva con la lengua fuera y la molestia del ciático la he olvidado (aunque no se ha ido). Volvemos a pisar tierra, junto al Cigüela, y me pongo a su lado.


   En la foto se puede ver lo mal que lo voy pasando.

   Hacemos toda la parte del río en paralelo y me dice que me adelante para subir la rampa de madera y girar hacia el pueblo. Doy un par de zancadas más largas de lo normal y así hago.

   En toda la carrera no he mirado ni una sola vez hacia atrás. Me pregunto por donde irá el amigo Uti, si la congestión le estará jugando una mala pasada o si, por el contrario, irá dándolo todo.

   Al terminar nos contó que fue acompañado y recibiendo ánimos todo el rato.

   ¿Por dónde iba yo? ah, si, por el km 8. Lo completamos en 3'55''.

   Mentalmente voy haciendo un examen de la situación: voy bien acompañado, me van marcando el ritmo, no tengo que pensar en mirar el reloj constantemente, el aire no me llega a los pulmones, las piernas responden, aunque ya van notando cierta fatiga, si seguimos a esta velocidad, llego a meta con Fillo, al que no pienso sprintar, ya que sería un esfuerzo inútil y poco agradecido, después de ir aprovechándome de su compañía. Y en medio de mi soliloquio, Fillo vuelve a romper el silencio: Eladio, dime algo. Qué te voy a decir!! tira si tienes fuerzas, que yo más rápido ya no puedo, además, llevamos rato comiendo terreno a otro corredor que nos precede, a ver si lo adelantas. Él me contesta: y tú también!!. Vaya, agradezco enormemente tu confianza, pero va a ser que no jeje. 

  Poco a poco se empieza a alejar de mí. No trato de seguir a su lado. El miedo a que el dolor estalle y acabe lesionado me hace ser prudente, además, también voy algo justo de fuerzas y con mantener la posición me basta.

   Km 9, 3'55''. Quedan unas rampitas, unos giros y finiquitamos. Voy a tratar de mantener el tipo. Mi compañero está a unos 15 o 20 metros, se ha acercado bastante al otro corredor, pero veo difícil que lo pille. El último tramo acelero un poco, pero sin llegar al tope, no hay necesidad, y paro el cronómetro en 39'06'', muy cerquita de Fillo y del otro, que, a la postre, sería el ganador en nuestra categoría...si, efectivamente, después del primer veterano B, llegó Fillo, y servidor, tercero, otra vez que consigo un podio en grupos de edad!!

   Uti llegó en 42 minutos justos, mira que es duro el tío!!

   Después de recuperar el aliento, reponemos fuerzas con una cata de jamón serrano, junto a otros amigos corredores:



Y el podio (se me ve feliz, eh?)





lunes, 28 de octubre de 2024

XI carrera popular La Villa de Don Fadrique, octubre 2024.

   Después de correr en Herencia por debajo de los 40 minutos el 10 k, continúo entrenando con la moral muy alta y sin rastro de lesiones. Estoy haciendo muchos kilómetros semanales, la mayoría a ritmo suave, pero con algún toque de calidad. El hecho de haber generado tanto esfuerzo en el pueblo vecino me hacía dudar de si sería capaz de aguantar esos ritmos en 10 km en otra carrera y esperar a que se celebre la de Puebla de Almoradiel está demasiado lejos. Por suerte, este año he llegado a tiempo de enterarme de la prueba de La Villa, así que, como tenía el día libre, decidí inscribirme. Conozco el pueblo, es muy muy llano, el circuito, por ende, ha de ser rápido.

No hubo laguneros que quisieran acompañarme, Arturo se fue a la media de Valencia y Uti corrió en Toledo (no sé si alguno más compitió ese fide).

En Villa localizo a varios conocidos, Javi, de Puebla, Maxi y Félix de Villacañas, además de  Gonzalo y Javi, compañeros que correrán la de 5 k.

Javi y Maxi corren en Veteranos A, pero el amigo Félix, un hueso duro de roer, es mayor que yo, corre conmigo en B. No me corto a la hora de preguntarle por su estado de forma. Me dice que no está fino, que duda si será capaz de ir a 4' el km mmm no sé yo si creerle... jeje. Por su parte, él me pregunta a mí, y de paso, por si hay algún otro galgo inscrito que ya pase de los 50 años. Le digo que vengo bien de forma, que yo sí que trataré de bajar de 40 minutos y que no he reconocido a ninguno de los veteranos B inscritos.

El día ha amanecido fresquito, en comparación con los anteriores, pero acorde a la época del año en la que nos encontramos, no hace demasiado viento y parece que el sol se abre hueco entre las amenazantes nubes que cubren casi todo el cielo de La Villa. La cosa pinta bastante bien, soy optimista, hoy me veo subido en el podio y, además haciendo un buen crono.

Después de un calentamiento algo corto, me coloco en primera fila (parece que nadie quiere ponerse ahí, nada más que los más atrevidos). La salida se retrasa varios minutos, lo que nos deja helados a todos, esa es mala señal, rezo con que no me de algún calambre o tirón nada más arrancar.

A mi lado se ha colocado Javi, Maxi está detrás (he conseguido convencerlo para que salga relajado, conmigo). Félix se ha puesto algo más detrás y hay otro con el pelo blanco que no deja de mirarme de reojo... ay amigo, aquí hay uno que no conozco yo, y se le ve bien fino!!

A la de tres arranca la prueba. Inmediatamente nos adelantan unos 10 o 12 corredores, pero Javi y yo sabemos controlarnos perfectamente y enseguida marcamos la velocidad apropiada. Salimos al Paseo Dos de Mayo. Aquí se supone que tenemos que ir por tierra, pero como ha llovido por la noche, la mayoría de nosotros nos subimos a la acera, no nos fiamos de poder encontrar barro y tener una mala caída. Justo antes de girar hacia la calle Botifuera pita el primer kilómetro (4'05''). Los kilómetros no están marcados, así que habrá que fiarse del reloj. Ahora sí que entramos en un camino de tierra que, a la vista, parece ser en ligera cuesta arriba. Miro de reojo a los que vienen detrás, Félix y el otro veterano vienen muy cerca. En ese momento, cuando todavía el cuerpo no ha entrado en calor, decido hacer un pequeño cambio y buscar ya bajar a 4' minutos pelados. Hasta ahora, evidentemente, no he percibido el esfuerzo, y la carrera se deja disfrutar. Pronto me doy cuenta de que Javi se ha quedado detrás y Maxi sigue paralelo a mí. Nada más pisar asfalto de nuevo, nos dice el Garmin que vamos a 3'57'' ... uf, no me estaré pasando, pienso entonces... mirada de reojo a las pulsaciones, 159, no está mal.

Calle Rodríguez de la Fuente, mantengo el ritmo, concentrado en la cadencia de zancada, un par de giros fáciles y llegamos al tercer kilómetro, 3'58''. El circuito me está gustando mucho, aunque ahora vienen algunos giros de 90 grados y la única subida (por llamarla de alguna manera, ya que apenas son unos 150 metros), antes de pasar por el cuarto k. Maxi lleva la respiración muy fuerte, así que le pregunto si va bien "si, si, genial"" me contesta, e inmediatamente empieza a quedarse unos metros. Yo dudo en seguir a mi ritmo o esperarlo, pero, conociendo a mi compañero, pienso que posiblemente me frene más de la cuenta y vengan "los del pelo blanco" a darnos caza. Sigo, 3'54'' el cuarto km.

Pasamos la Calle Santa Ana, cruzamos la travesía, bien asegurada por Policía Local y vamos hasta las Vías Verdes del Trenillo. Aquí nos encontramos con adoquín, jardines y algún que otro poste para esquivar. Nada demasiado peligroso si vas de uno en uno, lo chungo sería ir en grupo (y deprisa). Pronto diviso el arco de meta. 

Hasta ahora he llevado a otro corredor más joven unos 10 metros por delante y voy manteniendo la distancia todo el tiempo. Es local, y el poco público que hay en las calles lo va animando.

Llegamos al arco de meta, miro el crono de reojo y creo ver 19'40''. Voy 5 segundos más rápido la primera vuelta que en Herencia el mes pasado. Pero las sensaciones, por contra, no son para nada parecidas. Hasta aquí, ha sido coser y cantar. Unos metros después pita el reloj, 3'59''.

Comienzo la segunda vuelta pensando si podré mantener el ritmo, o si, tan solo hago el mínimo esfuerzo necesario para mantener la posición, ya que, por lo que parece, voy el primer veterano B. Con estas dudas rondando en la mente, hago el sexto kilómetro en 4 minutos justos. Vuelvo a mirar el pulso, 159. Leches, pero si voy de lujo y mantengo pulsaciones!! venga, fuera dudas, acelera un poco hombre!!

El joven que va delante no se deja atrapar, mis perseguidores más inmediatos, a los que no dejaré que me alcancen, son Maxi y Javi. Las piernas responden de lujo, los pulmones van sobrados, los pájaros cantan...jajaja qué más se puede pedir!!

Kilómetro 7 en 3'53''. Empiezo a doblar a los andarines. Hay calles muy anchas en los que no es problema rebasarlos, pero en otras tengo que pedir paso para que me dejen un hueco. Un paisano le dice a mi predecesor que va sexto de la carrera, y a mí, que soy el séptimo. Claro, había alguno delante entre los que disputaban solo una vuelta, de ahí que esté tan arriba. Eso me anima todavía más y entre pitos y flautas, llego al 8 en 3'51''. Esto es ya pan comido. Voy genial de fuerzas y empiezo a soñar con hacer mejor tiempo que en Herencia (39'18'', para quien no lo sepa).

Al contrario de lo que he hecho otras veces, en lugar de intentar adelantar al sexto, lo tomo como referencia y sigo manteniendo todo el tiempo la misma distancia. No es de mi categoría y hoy no es mi guerra ganarle. Eso si, como se ponga a tiro, no perdono. Pasamos el 9 en 3'57'', y justo cuando cruzamos la travesía, se gira y me ve. Acelera. Vaya, esto no me lo esperaba yo. Pues nada, yo acelero un poco también.

Solamente nos queda un giro hacia las Vías Verdes y la carrera está hecha. Decido ir aumentando el ritmo progresivamente, pero tampoco sin matarnos, no hay necesidad. El paisano no se deja pillar, es un tío duro, bien por él.

Cuando vuelvo a divisar el arco de meta miro el reloj 38 y poco. Joer, no soy capaz de calcular el tiempo final, pero creo que va a ser similar a Herencia. Últimas zancadas y finiquitado. Dejo pasar unos tres segundos antes de parar el reloj, para ver si, con suerte, me mide los 10 km, pero nada, se queda en 9'9 ... espera, oh, sorpresa, tampoco veo un 39, son 38'56''!!!! bua, menuda alegría!!

 Vídeo cortesía del amigo Gonzalo:

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Después de un buen rato, consigo hacer una foto a la clasificación de la prueba. He sido primer veterano B, Félix segundo y el tercero, el "desconocido que me miraba de reojo en la salida".



El amigo Maxi, que tío más duro!!

La próxima será el 10 k en La Puebla de Almoradiel, pero la película será diferente y habrá que contarla...



lunes, 16 de septiembre de 2024

47 Carrera popular villa de Herencia, 15-09-2024

 Cita obligada. Ni ferias ni leches. Estando sin dolores y con el día libre, hay que correr en Herencia. Y no porque sea un circuito rápido, precisamente, hay muchos giros bruscos, con sus consiguientes cambios de ritmo, mucho falso llano, que va pasando factura si no te controlas, un tramo en el parque, el cual, según dicen, te deja KO... tampoco es que el público se vuelque y estén las calles abarrotadas, más bien hay poca, poquísima gente animando. Pero lo tenemos aquí al lado, los amigos del Molino Parra siempre lo dan todo para que esto funcione Y YA SON 47 EDICIONES.

El caso es que después de correr en el pueblo con tan buenas sensaciones, continué entrenando bastante. Ha habido días de todo, muchos de ellos muy contento con mi rendimiento, pero también otros en los que no podía con las zapatillas. Pero a Herencia llego con los deberes bien hechos, y mi cuerpo lo sabe.

Me había comprometido con Toni para ayudarlo a bajar de los 40 minutos. Pero, cuando nos vimos en el parque, me dijo que seguramente él no iba a estar a la altura (se ve que un churro a última hora en la feria le pasó factura). Me liberó de mi compromiso y me animó a correr mi propia carrera. No obstante, le dije que me acompañase al principio, pues quería hacerlo con conocimiento y salir no más rápido de 4'10'' el primer km, ya que hay tiempo de sobra para recuperar esos segundos del inicio.

La fortuna volvió a sonreírme a mitad del calentamiento, ya que nos encontramos al amigo José Torresano. Le cuento el plan y acepta encantado de acompañarnos. Me comenta, irónicamente, que viene fresco, ya que el día anterior "solamente" se ha hecho casi 20 kms andando con un desnivel considerable (trae las piernas de arañazos de las zarzas que parece que se ha peleado con un gato).

A la carrera:

Nos colocamos en primera línea. Somos casi 100 inscritos. He estado mirando entre los de mi categoría y tengo dos huesos duros de roer, Antonio Mora (un galgo inalcanzable "de momento") y José Ramón, al que pude ganar en Villafranca. Pero hoy corre en casa y va a darlo todo, de hecho, su carrera será bastante influyente en la nuestra.

Salimos. Parece que vamos gestionando bien el inicio, pues rápidamente nos adelantan varios atletas entusiasmados. Un primer vistazo al crono en la primera recta y la cosa no pinta mal, aunque vamos unos 5 segundos por km más rápido de lo planeado.

No me he fijado bien en los que llevamos delante, pero con toda seguridad va Mora, puede que algún otro superveterano y unos 10 metros por delante, Joserra. Antes del primer mil nos pegamos a dos chavales (juveniles, solo dan una vuelta), los cuales nos hacen perder el ritmo tan bien controlado y fluido que va marcando mi compañero José. Se van cruzando de lado a lado en cada esquina y no nos ponen nada fácil rebasarlos. De hecho, tenemos que aprovechar el final de la Calle Cervantes (que pica hacia arriba) hasta Alonso Quijano, para dar un apretón y dejarlos atrás. En ese momento comienzan mis piernas a dar un ritmo inesperado. José me va diciendo todo el rato "vamos muy deprisa Eladio". Cierto, le contesto, pero apenas aflojamos. Joserra sigue ahí, a tiro de piedra, con una marcha fácil y constante.

Cuando puedo miro de reojo y veo que Toni se ha dejado caer unos metros, pocos, pero suficientes como para no poder aguantar nuestro paso. Adelantamos a una mujer (Gema, de Quintanar) que ha ido por delante todo el rato. Vamos pasando calles, girando, esquivando macetas en la Plaza... José dice que esto parece una gimkana...

En un momento dado se une a nosotros un corredor local, más joven, que no deja de hablar y saludar a los pocos vecinos que han salido a dar ánimos. Me da cierta envidia poder ir hablando tanto, pero yo voy tan concentrado, guardando la distancia con Joserra, que hasta se me olvida mirar el gps.

En realidad, a sabiendas de que en Herencia no me mide bien la distancia, tan solo echo un ojo, si se puede, al cronómetro, cada vez que pasamos los kilómetros marcados por la organización.

El tercer km es en ligero descenso. Vamos muy rápidos Eladio. (si, pero no cogemos a Joserra).

Las piernas van respondiendo, el corazón va a ritmo de competición y la boca la llevo seca ¡lo que hubiera dado por un sorbito de agua en este momento!.

Giramos hacia la Avenida Alcalde José Roselló, kilómetro 4. De momento la cosa sigue igual, Joserra ahí mismo, el chaval de Herencia hablando (ahora algo menos) y José ... vamos muy rápido Eladio. El ex-corredor, Toni, está aquí haciendo fotos, e inmortaliza el momento:

Todavía somos capaces de sonreír, eso significa que podemos dar más caña.

Llegamos al parque. A todos les frena la arena, les deja sin fuerzas. Personalmente, apenas percibo esa diferencia. Supongo que bajo instintivamente el ritmo lo suficiente como para no castigarme más que en el asfalto. Eso si, el giro de 180 grados es criminal. Salimos del parque y completamos la primera vuelta. Miro el crono, que marca 19'45'', es decir, unos 20 o 25 segundos por debajo de lo previsto ...vamos muy rápido Eladio.

Cojo una botella de agua en el avituallamiento y me bebo casi la mitad. Me da la vida.

Recta de la Avenida Pablo Iglesias, confío en que, en pocos metros, daremos alcance a Joserra, pero nada, no le recortamos ni un centímetro. Al menos todavía me encuentro bien de fuerzas, aunque, he de reconocer que, comienzo a dudar de que pueda terminar al ritmo que estamos llevando.

Callejeamos, volvemos a subir por Cervantes e intento acercarme a Joserra. Imposible, parece que me lee el pensamiento y en los tramos de bajada acelera igual que nosotros. No desfallece.

Llegamos al km 7. No me da la vida para mirar el cronómetro. Este sería el punto crítico de un diezmil. Si aquí has llegado mal, prepárate, que te vas a cagar patas abajo. Eso dice la teoría, pero ¡ay, amigo! aquí hay muchos kilómetros pateados en agonía, voy a darle una oportunidad a este cuerpecito mío de demostrar que todavía queda algo de ese espíritu competitivo que tantas veces me ha poseído.

José vuelve ha hablarme, pero esta vez, en lugar de decir que vamos rápido, me suelta "voy jodido, tírale, que a Joserra lo pillas". Con la mano le hago un gesto de calma y le digo lo haré en la última bajada. Conozco bien esa parte del pueblo y acelero para dar alcance al herenciano antes de los giros de calles que hay entre el 8 y el 9. (en línea de meta me contaba entre risas que escuchaba, preocupado, mi respiración cada vez más cerca). Confío en poder llegar juntos al parque y allí lanzar un último ataque.

Volvemos a la Avenida Alcalde Roselló, me coloco a su lado y no recuerdo siquiera haberle dicho algo. Justo entonces se pone detrás de mí y me deja descolocado. No esperaba ese movimiento por su parte, así que esperar al último kilómetro para hacer un fuerte cambio de ritmo no parece una opción viable. Me ha devuelto la jugada y ahora soy yo el que marcará el ritmo y seré la presa.

Pues nada, cambio de planes. A falta de más de un kilómetro, acelero.

De nuevo vemos a Toni, haciendo fotos.

Pasamos la rotonda del Perlé. Varios vecinos animan a Joserra, todavía lo tengo bien cerca. Continúo más rápido, voy a aguantar todo lo que pueda hasta entrar al parque. Al pisar la arena, afortunadamente, las piernas siguen respondiendo y apenas necesito aflojar el ritmo para el giro de 180 grados. Ahora puedo ver a mis perseguidores, a los que he conseguido aventajar un poco. En los últimos metros lo doy todo.

En este punto de la carrera, había olvidado por completo el cronómetro, el objetivo de bajar de 40 minutos. Y es cuando veo el arco de meta el momento en el que se me viene a la cabeza. Instintivamente, acelero todavía más y al ver el cronómetro me quedo perplejo. Cruzo en 39'16'', con el corazón que se me sale por la boca y con una enorme satisfacción por haber corrido tan rápido en un circuito tan difícil.

La guinda al pastel es haber conseguido el segundo puesto en superveteranos. José tercer veterano y Joserra podio en locales.


Buena bolsa del corredor, con camiseta 42k, buen sorteo después de las carreras de menores. Como digo al principio, hay que venir a Herencia.



lunes, 26 de agosto de 2024

26 carrera popular Las Lagunas de Villafranca, 25 de agosto de 2024

 

Todo un año esperando que llegue este día. El Club de Atletismo Las Lagunas de Villafranca, del que formo parte, prepara a conciencia este evento que atrae multitud de corredores de todas partes. Normalmente, el que participa una vez, repite. Y el 25 de agosto fuimos más de 1000 (entre todas las categorías) los que quisimos disfrutar de nuestro deporte favorito, correr.

Como cada entrada del blog, voy a contar mi versión particular, procurando no extenderme demasiado, para no aburrir.

Llego en un estado de forma aceptable, pero lejos de conforme me encontraba a principios de año. Las circunstancias personales me hacen decidir acompañar a alguien que esté más o menos como yo, pero procurando no meterme presión, e intentando salir a disfrutar como lo he hecho en prácticamente todas las carreras que hago fuera de casa. No tengo como objetivo subir al podio, aunque mis compañeros de club siempre me animan para conseguir tan preciado trofeo, claro está, en categoría local.

Decido entonces acompañar a Uti (Local Leyend), ya que en Tembleque se le dio muy bien y debemos estar parejos de forma actualmente. Aquí andamos charlando mientras calentamos:

Como cada año, no doy a bastos en saludar a todos los amigos que vienen a correr, más consigo sacar un hueco para un fan especial, mi padre:


Mi hija, Alicia, se ha prestado a guardarme el agua y la mochila para que, en cuanto acabe, pueda seguir colaborando con la organización del resto de carreras.

Poco antes de comenzar encuentro a José Torresano y Javier Sánchez, unos amigos de Puebla (de los que ya os he hablado otras veces), que son “buenos galgos”. José dice que no está bien de forma (cosas de las vacaciones) y Javi está preparando el maratón de Valencia. Se apuntan a ir con nosotros, marcando el ritmo, cuando les cuento nuestro propósito (ir entre 4’10’’ y 4’20’’).

Foto de grupo del Club:


Nos ponemos muy delante, casi en primera fila. Se da el pistoletazo y salimos arreando. Enseguida nos adelantan muchos por el lado derecho, pero nosotros sabemos mantener la calma, aquí hay muchas carreras de experiencia y no nos dejamos llevar.

Pronto llegamos al camino de tierra y picamos el primer kilómetro en 4’09’’. Apenas le doy importancia al ritmo, ya que el amigo Torresano se ha puesto a contarnos chistes y hasta casi se nos olvida que vamos corriendo. Comienza una subida suave hacia las lagunas y Uti nos advierte que bajemos un poco la velocidad. Sin problemas, 4’19’’ para el segundo km. Casi sin darme cuenta doy unos pasos más largos que el resto y me pongo ligeramente a tirar del grupo. Casualmente, un ciclista de Puebla, amigo de nuestras liebres, captura el momento. No puedo resistir ponerme a bromear sobre ello y amenazar diciendo que en la crónica iba a poner que era yo el que tiraba del grupo jajaja

Nada más terminar la cuestecilla, nos adelanta José Ramón, nuestro vecino de Herencia, con mucha facilidad. No quiero tomarlo como referencia, ya que últimamente, va más rápido que yo, así que podríamos desfondarnos si lo seguimos.

Llegamos a las lagunas y cogemos una botella de agua en el avituallamiento. Hace mucho calor y no hay que descuidar hidratarse. El hecho de tocar de nuevo asfalto nos ha acelerado ligeramente y llegamos al km 3 marcando 4’06’’ de ritmo. Voy echando un ojo de vez en cuando al pulso y, de momento, va bastante controlado. El caso es que hasta ahora no tengo la más mínima sensación de cansancio (estoy seguro que es por la buena compañía).

Entramos a la arena y Uti me señala al que, en estos momentos, va primero de mi categoría en locales, Toni. Está a unos 70 metros y parece que poco a poco vamos acercándonos. Esta zona es, evidentemente, más lenta que el asfalto, así que el cuarto kilómetro lo hacemos en 4’09’’.

Durante el trayecto por dentro de las lagunas, voy mirando constantemente al suelo, no quiero pisar en zona irregular y llevarme un disgusto, así que no me percato de que hemos dado alcance a José Ramón y estamos a punto de sobrepasarlo.


David Villalba anda escondido haciendo fotos, y me pilla desprevenido, me saca muy serio jaja. Ha hecho un trabajo espectacular y consigue unas imágenes estupendas, muchas gracias.


 

Justo antes de salir de nuevo al asfalto alcanzamos a Toni. Me pongo a su lado y le animo para que se una a nosotros. Miro hacia atrás y me percato de que ahora soy yo el que va tirando de verdad del grupo y parece que se va deshaciendo. Confío en la fuerza de mis amigos y continúo, a ver si con suerte nos reagrupamos. Llegamos al km 5, 4’09’’. A la altura del bar la abuela alcanzo a Isidro y también lo animo para que nos acompañe. Me mira sonriendo y pienso que va guardando fuerzas para terminar acelerando. Me adelanto un poco para avituallarme de nuevo. Cruzamos la carretera y volvemos al camino de tierra. Pico el km 6 en 4’08’’.

Hasta aquí me he encontrado bastante bien de fuerzas. No me está afectando el calor y el pulso también va muy controlado. Aprovecho la ligera cuesta abajo y paso el km 7 en 4’03’’.

Giro hacia el campo de fútbol, de nuevo asfalto. Hace rato que no miro hacia atrás, pero ya me he percatado de que he aventajado a mis compañeros. A cierta distancia iba viendo a Juanan, por delante, y juraría que le he ganado unos metros, pero hoy no es día de darse calentones para recortarle unos segundos al crono, voy disfrutando por lo bien que me ha respondido el cuerpo y no le voy a dar un castigo innecesario. Claro que, en cuanto paso el km 8 (4’05’’) y, a sabiendas que apenas quedan escasos 500 metros, las piernas parecen tomar vida propia y se aceleran para afrontar el último tramo ya por debajo de lo 4’ el mil.

Y ahora si, ahora veo a los fotógrafos, así que hay que poner buena cara, la que refleja lo bien que lo he pasado en esta edición.

Esta foto que me hizo Ali ME ENCANTA:

Y esta la hizo Vero, gracias sobri:



Consigo el primer puesto en veteranos B locales (45 a 55 años). Uti llega poco después, alzándose como vencedor de veteranos C de la general ¡Enhorabuena!

Aunque ya lo hice tras la carrera, de nuevo quiero agradecer a las liebres de lujo por su compañía. Este año también correré en Puebla, sois geniales.




Próxima parada, el 10 k de Herencia.

jueves, 22 de agosto de 2024

Carrera popular Santa Quiteria, Fuente el Fresno, 2024.

    ¡Qué ganas tenía de volver a correr en Fuente el Fresno!

   En la línea de buena organización del circuito de carreras de Ciudad Real, Fuente el Fresno destaca por un recorrido rompepiernas y un público que se vuelca con los corredores. Otro dato importante son las temperaturas, pero el pasado 15 de agosto hubo una tregua y al inicio de la prueba hacía una mañana espectacular. Avituallamientos abundantes, esponjas mojadas y un post-carrera con sandía, pan con aceite, refresco o cerveza y un generoso plato de migas...es para no perdérselo.

   En el ámbito deportivo, me coloco un dorsal por primera vez desde mi retirada en Camuñas. Un dolor en la zona isquiotibial de la pierna derecha me ha traído de cabeza varios meses y, como acabo de poner, en Camuñas, tuve que retirarme en la primera vuelta.

   Por suerte, aunque no con la continuidad que me hubiese gustado, he vuelto a retomar entrenamientos. Ojalá hubiese sido de otra forma, pero el trabajo y el calor de este verano, me han obligado a adaptarme a las circunstancias.

   En fin, el amigo Bienve, José (Fillo), Isidro, Floren, Ignacio, Juanan (y su hijo) y un servidor somos los osados laguneros que nos desplazamos a la Fuente para correr este duro 10 K. 

   Llegamos un poco pegados de hora y apenas nos da tiempo a recoger el dorsal y saludar a conocidos mientras calentamos (ni una foto de grupo...).

   Sin haber decidido mi estrategia, justo antes de empezar se pone Juanan a mi lado y me propone un "controlado a 4'20""... uf, no me veo con fuerzas suficientes para tal ritmo, pero como dice mi padre: de ningún cobarde se ha escrito nada, me lío la manta a la cabeza y acepto.

   Comenzamos cuesta abajo. Nos hemos colocado por la mitad de los participantes, y hasta que no llevamos unos 700 metros corridos, no cogemos un buen ritmo. Lo que, en principio, parecía prudencia de los demás corredores, resultó ser una mala colocación por nuestra parte. Pero eso es algo más bien anecdótico, ya que no aspiramos a llegar de los primeros, y un poco de retención al principio siempre vendrá bien para afrontar lo que nos espera más adelante.

   El recorrido tiene varios giros pronunciados que rompen el ritmo, pero supongo que será difícil conseguir que no los haya, además, sumar algo de dureza extra, también aporta "encanto" a esta prueba.

   Como digo al principio, la temperatura es ideal (según la página de Garmin, 22º), así que hasta el segundo avituallamiento no me apetece beber agua. Está justo en medio de la cuesta más dura, en la Calle Ramón y Cajal.



   Terminamos las subidas y hacemos dos giros para llegar a la recta de meta (en este caso, primera vuelta). Hoy he encendido el cronómetro al pisar la línea de salida, por lo que, habrá una diferencia de varios segundos entre el resultado oficial y el neto. 

   Justo al pasar el km 5 miro el reloj, 21'35''. Eso arroja un crono final aproximado de 43 minutos, que sería algo mejor de lo que Juanan me había planteado.

   Bajamos algo más fuerte que al principio. En alguna zona llana, de las muy pocas que hay, miro de reojo y veo que vamos a 4 minutos pelados el km. Subimos la pequeña tachuela que hay entre los km 6 y 7, y a mí me empiezan a llegar las dudas. Desde el km 8 hasta el km 9 la cosa se pone seria y advierto a mi compañero que no podré mantener el ritmo. Le animo a que se marche sin mí, pero eso no está en sus planes, me va a seguir haciendo de liebre, mirando de reojo comprobando que no me quedo muy atrás.

   Comienza la parte dura, agacho la cabeza y trato de poner la mente en blanco, en aguantar lo más digno que pueda antes de que comiencen a adelantarme otros corredores...

   Pero eso no llega a suceder. Juanan va unos 10 metros por delante y a mí nadie me sobrepasa. Al contrario, somos nosotros los que vamos rebasando gente. Llegamos al 9, pequeña bajada y trato de alcanzar a mi compañero. Me sigue llevando esa pequeña ventaja. El postre del recorrido es una última cuesta de poco más de 200 metros que, si la subestimas, te da la puntilla. Yo me envalentono y trato de subir con ganas. Sigo adelantando corredores. Bajamos, giramos y encaramos la meta. Último arreón y termino en unos más que dignos 42'37'' reales (42'49'' oficiales). Hemos hecho la segunda vuelta unos 30 segundos más rápida que la primera. Es un dato estupendo, aunque el resultado final haya sido tan discreto.

   Mirando en casa detenidamente los datos que me da el gps (ritmo, pulso, etc.) veo que no he dado todo lo que llevaba, que no me he exprimido al máximo. Supongo que, estando tan cerca de la carrera de casa, me he ido conteniendo inconscientemente...o que se lo pasa uno mejor sin darse tanto castigo jejeje.

lunes, 29 de abril de 2024

Cross popular fiesta de los molinos, El Romeral, abril del 2024

 A pesar de haber corrido el domingo anterior en Valdemoro, disponiendo de libre el día que se celebra este duro cross, no puedo dejar de aprovechar la oportunidad de personarme y participar en El Romeral. Más que nada, hay que intentar cumplir con los amigos, y el principal organizador, Miguel Salas, es uno de los mejores.

Ya había participado una vez, en 2019, año que conseguí subir al tercer escalón del podio por categorías. Voy a ser sincero, este año también tenía la esperanza de conseguirlo, más que nada, porque me veo con suficientes fuerzas para, al menos, intentarlo.

Pues allá que nos vamos los amigos Isidro, Floren y un servidor, a llevar el buen nombre de nuestro Club de Atletismo Las Lagunas de Villafranca a la cercana localidad manchega.

Día de viento, temperatura perfecta, ambiente genial, entre muchos amigos y conocidos, nada puede salir mal.

Como siempre hago en estas carreras familiares, busco a los rivales por grupos de edad que me van a presentar batalla. Hoy han venido Miguel Salas (evidente, es el organizador), Luis (Villacañas), Lorenzo Castellanos (como está de fino!!) y otro Villacañero que no conozco (lleva poco tiempo corriendo). Entre los participantes veo a otro veterano de Tembleque (perdona, no recuerdo tu nombre) que también corre bastante bien y, además, hay algún otro veterano que no conozco. Tendré que echar un vistazo a los dorsales para seguir buscando rivales... Por suerte, además de Miguel y los villacañeros, nadie más nos plantará cara hoy.

Hago un pequeño calentamiento, primero subo muy despacio al molino ''Los Gorrinos'' para comprobar el estado del camino (grava suelta y muy empinado). Después bajo trotando y me doy una vuelta por la parte más llana. Antes de prepararme definitivamente trato de estirar un poco los sóleos, ya que se me han cargado calentando. Espero que no me den guerra...

Línea de salida, muy puntuales, vamos a por todas!!

La gente sale disparada y a la que te descuidas, vas el último jaja. Yo trato de mantener mi posición, ya que la bajada del molino es una senda en la que tendremos que ir en fila india y no quiero que alguien pueda ir frenándome (tampoco es que yo baje rápido, pero bueno, por si acaso)...


Tras esta primera senda viene un camino que no debe tener tránsito, ya que está lleno de hierba, que, por cierto, han segado para que podamos ver más o menos donde pisamos y no haya percances. Luego giramos a izquierdas y subimos otra pequeña rampa que te puede dar el finiquito si no has bajado pulsaciones en el descenso. A partir de ahí, aproximadamente el kilómetro 1, empieza el terreno más favorable. Trato de acelerar un poco, a sabiendas de que debo regular lo máximo posible para poder subir en la segunda vuelta al circuito. Avanzamos unos metros y ya puedo ver la cabeza de carrera. Cuento a los que van delante: uno, dos, tres ... catorce y yo el 15. No está mal. Pero, espera, van todos los de mi categoría prácticamente juntos, soy el quinto veterano D!! Me precede el villacañero que no conozco y me da por pensar que si no me pongo las pilas, el quinto me quedo. Acelero y lo adelanto antes de la siguiente curva, bien, cuarto.

A unos 15 metros llevo a los otros tres, que forman grupo junto a Maxi y a Javier Sánchez (otro de Puebla que corre que se las pela). Miguel se gira y me grita, ¡vamos Eladio, vente con nosotros! A pesar de saber que con un poco de paciencia y haciendo mi carrera, seguramente podré alcanzarlos, se me cruzan los cables y acelero. Llevo la respiración y las piernas casi al límite, no puedo ir mas deprisa. Giramos a derechas, el camino baja un poco, vuelvo a cambiar el ritmo y tan solo recorto cinco o seis metros. No puedo alcanzarlos.

Giramos hacia el pueblo y entramos en una calle asfaltada. Aquí el viendo da de espaldas y puede ayudarme, pero claro, también ayuda a los de delante. Miguel se gira y le dice al grupo: vamos a esperar a Eladio, así vamos todos juntos (no doy crédito, que buena gente jeje). Se frena un instante y se pone a mi lado. Pero el resto del grupo ha seguido su marcha, me conocen y no me quieren tener tan cerca. Con los ánimos de Miguel consigo darles caza y en el siguiente giro, que es donde comienza la subida, me pongo a la cola, a controlar que no me saquen demasiada distancia cuando hayamos coronado de nuevo el molino.


Lorenzo y Maxi van muy justitos y se quedan atrás subiendo. Yo procuro no despegarme de Luis, que va como una moto hacia arriba. Delante siguen Javier y Miguel.

Llego arriba dándolo casi todo, pero con un puntito de reservas, me van a hacer falta muchas fuerzas para seguir a mis rivales. Cuando ya hemos terminado la segunda rampa, Luis acelera para que no se le escape Miguel. Yo me pongo justo detrás. A los pocos metros, habiendo recuperado algo el aliento, decido atacar a Luis. Todavía faltan dos kilómetros, es una maniobra muy arriesgada. Hago un cambio de ritmo y me pego a Miguel, que iba unos tres metros por delante. Javier sigue en cabeza del grupo. Al ponerme al lado de Miguel, no duro ni un segundo, me saluda con una sonrisa y acelera. Toma la curva hacia el pueblo delante de mi. Tengo que apretar bien los dientes para seguirlo, pero lo consigo. Miro de reojo hacia atrás, Luis sigue muy muy cerca. Miguel me comenta que al día siguiente correrá el Maratón de Madrid y le hará de liebre a Fillo (vaya dos fuera de serie). Este ritmo es bueno para mañana, me dice ... MIGUEL, VAMOS A 3'50''!!! jajaja Ah, no, entonces no, rectifica con una carcajada, habrá que ir más despacio!!.

De nuevo giramos en el camino que tiene pendiente favorable, calculo que falta aproximadamente un kilómetro, he recuperado algo de fuerzas y me lo juego todo a una carta, acelero.

Miguel no me deja adelantarlo, cogemos la calle asfaltada (último tramo llano), adelantamos a Javier y empiezo a darlo todo. Miro el reloj, vamos a 3'45''. Miguel me dice: venga, que esto ya está. Justo antes de girar y empezar la última subida, acelera y me deja atrás con facilidad. Estaba claro, él iba tan fresco y no se va a dejar ganar. Los últimos metros aguanto la posición, sin dejarme adelantar por Javier y Luis, que me siguen de cerca. Consigo cruzar la meta el noveno de la genera, segundo Veterano D. Mi cara de felicidad lo dice todo.

He corrido la segunda parte 15 segundos más rápido que la primera y el tiempo total, tan solo ocho segundos más lento que en 2019. Esto marcha bien.

En el pabellón municipal nos tienen preparados unos aperitivos y zurra para hacer más amena la entrega de trofeos. Compartimos mesa con Juanjo Alarcón, al que quiero agradecer su excelente trabajo inmortalizando la carrera de forma altruista.

Los laguneros nos llevamos la grata sorpresa de un tercer puesto en la categoría para Isidro, que llegó justo detrás de Luis, que tío más duro, enhorabuena!!

Ahora toca decidir cual será la próxima...quizá Camuñas...??? quién sabe.






jueves, 25 de abril de 2024

Doblete especial seguidores, Pepe y Paula, con todo el cariño.

 Cuando en la última crónica hablas de la primera posición (por categorías) en una carrera, después da pereza retomar la escritura, sobre todo si no hay otros podios de los que hablar... pero claro, aquí me dedico a contar experiencias de un humilde aficionado, no las de un campeón olímpico...

Hoy quiero hablaros sobre las dos carreras en las que he corrido este año, la primera, la Media Maratón de Valdepeñas, de la que solo había oído hablar de forma positiva y en la que me he estrenado, la segunda, la Capitán Duque, en la que firmo mi cuarta participación. Así que, Pepe, bebe un sorbito de agua, que vamos para un rato.

MEDIA DE VALDEPEÑAS

Pocas carreras he preparado tan a conciencia como esta. Además, apenas en un entrenamiento hubo un pequeño pinchazo en la zona isquiotibial de la pierna izquierda, que resolví sobre la marcha, con unos estiramientos. El resto de días, fueron como la seda. Total, más de 500 km de preparación específica. Todo el mundo me había hablado maravillas de esta prueba, y la verdad, que todo era cierto. Pero había un detalle que nunca escuché, y si lo hice, no lo memoricé: no es tan llana como pensaba. Tampoco voy a decir que es una rompepiernas, pero es que el día que se disputó, por desgracia, hacía un viento considerable, y las pequeñas pendientes acentuaban la dureza que genera tal distancia.
El caso es que eso lo descubrí sobre la marcha, una vez puestos manos a la obra, pero antes de dar la salida también hubo lo que ya os he contado, la preparación y esa mañana, la planificación y adaptación a lo que el día nos había preparado.
Varios laguneros nos habíamos animado a participar, cada uno con su objetivo. Yo me había preparado para rondar la hora y 26 minutos, y el viento, con más peso que mis entrenamientos, decidió que me dedicase a disfrutar mientras me empujaba de espaldas y a sufrirlo cuando lo llevaba en contra, haciendo poco caso a lo que el reloj me fuese contando.
Consigo un buen lugar en la salida y gracias a una ancha avenida, desde las primeras zancadas, pude correr sin ningún agobio por la gran cantidad de participantes. (en la prueba, a dos vueltas, también se celebra un 10 km).
Voy siguiendo a los corredores que marcan el ritmo de una hora y media, poco a poco los voy alcanzando y les acompaño dos o tres kilómetros. El ritmo que llevan es más rápido de lo que en teoría van a llegar a meta, tengo mis dudas a la hora de seguir ahí o aflojar un poco. Pero el inicio es muy favorable, tirando hacia abajo y con un pelín de viento a favor. Mantengo mi zancada y en lugar de acompañarlos, los adelanto. En la foto se ven justo detrás:
La Avenida del Vino (foto) es una larga recta, con los edificios lejos de la calzada, mucho me temo que cuando volvamos, el viento, que ahora ayuda, va a comenzar a machacarnos. Por suerte aquí hay poca inclinación, que es otro factor importante a tener en cuenta. Giramos y nos dirigimos al interior de Valdepeñas. No sopla muy fuerte, o al menos eso es lo que yo percibo. Voy a tope de fuerzas, con el depósito lleno y me parece casi mentira que pueda mantener el ritmo con tanta comodidad.
En esta recta de regreso voy adelantando a otros corredores y me planteo formar grupo con otros que vayan parejos a mi.
En el primer avituallamiento, km 5, adelanto al Villacañero Maxi. Le digo que se una a mi, pero ya lleva mala cara, va muy justo de fuerzas...y anda que no queda nada...
Poco después voy escuchando muchos gritos de ánimo a un corredor local que va cerca. Va con otro, que parece ser un conocido suyo, y decido unirme a ellos, a ver si entre los tres la carrera se hace algo más amena. 
En la primera oportunidad que tengo, le pregunto por el perfil y, efectivamente, me confirma que hay mucho sube-baja. No son grandes pendientes, pero desgastan un montón. Hablamos bastante, así los kilómetros pasan más rápido. Mucho público llamando por sus nombres a mis dos compañeros, vamos bien, BIEN!.
Pasamos el kilómetro 10 en 41'23'' según mi reloj. Aquí terminan algunos corredores, pero mis dos compañeros siguen para completar la media. Regresamos de nuevo a la Avenida del Vino y escuchamos una sirena justo detrás; es un policía local en moto, que escolta a una UVI, uf, que mal rollo... unos metros delante vemos a un corredor en el suelo, de los que iban por delante de nosotros, ya lo están atendiendo otros sanitarios. Se trata de Andy, vencedor del año pasado, que ha tenido un desmayo. Por suerte, luego nos enteramos que no fue nada grave. Aquí mis compañeros se aceleran un poco y al intentar seguirlos noto que me van a sacar de punto, así que les digo: uf, si aceleráis, yo no puedo seguiros. Curiosamente, ambos aflojan y me esperan, que lujo!!
Volvemos y callejeamos para ir finiquitando la prueba, me encuentro bien, pero el cansancio se va acumulando, aunque, de momento, yo no lo perciba.
Llegados a los últimos kilómetros tengo un pequeño bajón. Me empiezan a faltar las fuerzas y casi con desesperación voy buscando el cartel del 20. Pero la cabeza me juega una mala pasada y me digo a mi mismo que he perdido la cuenta, que como sea el 19 el que viene ahora, me hundo y me tocará arrastrarme hasta meta.
Terminamos el Paseo de Luis Palacios y giramos hacia la Calle de la Virgen, localizo el cartel y ... EL 20!! esto está hecho, menudo subidón!! parece mentira lo que hace la sugestión, un momento vas hecho polvo y una imagen te hace recuperar fuerzas de repente.
Empiezo a aumentar poco a poco el ritmo, hay que terminar dándolo todo. Se queda uno de los dos acompañantes y el otro va a mi lado. Encaramos la penúltima recta, se ven muchos arcos hinchables y no puedo sujetarme, venga, a tope!!
Cruzo la meta un minuto y pico más lento de lo que había planeado, pero teniendo en cuenta todos los factores, me doy más que por satisfecho.

Espero a mi sobrino Miguel, que llega enseguida, haciendo su mejor marca en media maratón, enhorabuena chaval!!
Después de este día, dedico aproximadamente dos semanas de recuperación, saliendo a hacer entrenamientos muy suaves y de pocos kilómetros. El cuerpo ha quedado bien castigado. Y con la vista puesta en el 21 de abril, fecha en la que se disputa la Capitán Duque, confecciono un plan de entrenamiento exclusivo para la prueba. Soy muy optimista, y como estoy haciendo buenas marcas en carrera, estoy convencido de que en Valdemoro correré por debajo de los 40 minutos (son 10 km no homologados). Pero la mala suerte llama a mi puerta y tengo un par de bajones por sobrecargas musculares, la última, a 12 días de la carrera. Me planteo incluso no participar.
La misma semana de la prueba retomo los rodajes suaves y el jueves ya no tengo ni el más mínimo rastro de molestia. Decido entonces inscribirme y disfrutarla, sin mirar el cronómetro.
 
XVI CARRERA SOLIDARIA CAPITAN DUQUE
Este año Ali me acompaña, aunque no va a correr. Pasamos por Villacañas a recoger al amigo Martín, que también ha estado dudando hasta el último minuto si correr o no, y con tiempo más que suficiente, nos plantamos en el Colegio de Guardias Jóvenes de Valdemoro. Allí nos encontramos con Jésica, que tampoco podrá participar, pero se ha acercado para saludar y darnos ánimos.
A pesar de haberme planteado salir a disfrutar de la carrera, decido hacer un buen calentamiento, ya que el circuito tiene muchas rampas y no quiero sorpresas. Última foto antes de empezar, y al lío!!

Me coloco en buena posición, por delante. Aquí corren muchos alumnos del colegio que van más despacio y no me gustan los apelotonamientos (vaya palabrota, jaja). Salida rápida, controlo el ritmo antes de salir de la pista hacia las calles y pongo el piloto automático. Trato de ir lo más cómodo posible todo el tiempo, teniendo en cuenta que estoy en una carrera y llevo un dorsal puesto, es decir, que no voy a ritmo de entrenamiento precisamente, pero tampoco echando las higadillas. Instintivamente, comienzo a mirar el reloj, para ver el pulso y la velocidad. Pues no voy nada mal, eh! a sabiendas de que las sensaciones del inicio siempre serán mucho mejores que las del final, claro está. Enseguida localizo a un corredor veterano de Valdemoro. Me pongo detrás y pienso que será buena liebre. Al ser local, conocerá bien el recorrido y al ser veterano, sabrá dosificarse. Pero la liebre me dura apenas 1500 metros. Yo voy un pelín más rápido.
Poco después del segundo kilómetro voy escuchando unos pasos muy cerca de mi. Llevo un corredor pegado (sin molestar en absoluto). No me giro para ver si es el de Valdemoro, pero me da la sensación que no. Vamos sumando metros y adelantando corredores. Antes de la mitad de la prueba alcanzo a uno que compite con un modelo de zapatillas Joma que yo uso para entrenar. Son comodísimas, no me extraña verlas en las carreras (Viper). El avituallamiento está en el 5'5, cojo una botella de agua, le doy dos tragos y justo antes de deshacerme de ella me giro hacia atrás para ofrecerle al corredor que va pegado a mi. Es un chaval de unos 20 años que la rechaza, me dice que le da flato, que él suele hacer bici y que corriendo no es capaz de beber. Comienzo a entablar conversación con él y me dice que va estupendamente siguiendo mi paso, que si fuese solo, seguro que ya habría reventado.
Aquí viene la parte más favorable de todo el circuito, hasta el km 7 es todo bajada. Procuro no acelerar demasiado, ya que luego quedan unas rampitas muy simpáticas...
Las afronto sin riesgos, sin darlo todo en absoluto. Recuerdo que en esta parte de la carrera, la última vez que la hice lo pasé fatal. Pero este año no va a ser así, no llevo pretensiones de tiempo en meta, voy sin agobios.
A falta de un km le digo a mi compañero que ya solo quedan dos rampas suaves, que no le de vergüenza acelerar y dejarme atrás. De primeras dice que no, pero enseguida se embala y me saca unos metros que ya no podré recortar hasta meta. Yo también acelero un poco, pero sin pisar a fondo...
Cruzo la meta en 41'27, un tiempazo, teniendo en cuenta lo bien que lo he pasado y el pico de exigencia que no ha llegado a ser el habitual, si no, más leve. Soy quinto de mi categoría.
Después de ponerme ropa seca me encuentro con el amigo Abel, de Puerto Lápice, con el que da gusto siempre intercambiar unas palabras.

A día de hoy, ya me he inscrito para el Cross Patio de la Mancha, en El Romeral, para el sábado 27. Aquí, si no pasa nada, habrá que darlo todo. Pero esa ya será otra historia que contar...