Los que posamos en esta foto tan solo somos una pequeña parte de lo que esconde un evento que mueve a unos mil participantes entre todas las pruebas. El resto, a la sombra, pero constituyendo el eje central de la prueba, hacen que todo salga sobre ruedas y todo aquel que corre en Villafranca, está deseando repetir. Quiero, desde este humilde blog, dar las gracias a todos y cada uno de ellos, tanto miembros del Club de Atletismo Las Lagunas, como voluntarios.
Y ahora paso a relatar mi visión particular de la prueba, que como todos sabéis, empieza mucho antes de que suene el despertador el último domingo de agosto. Desde que la junta directiva lo propone, comenzamos a movernos, hablando con patrocinadores, gestionando donaciones para el sorteo, y los que llevan la batuta, coordinando con el Ayuntamiento y demás entidades para asegurarse del buen funcionamiento global.
El sábado nos lo estuvimos currando, sobre todo, haciendo las bolsas de los corredores. Personalmente, acabé con tremendo dolor de piernas del cansancio...cosas de la edad, supongo.
El domingo me desperté antes de que sonara la alarma, los nervios previos a la carrera y las ganas de darlo todo en la organización, me hicieron descansar poco. Pero no lo voy a poner como excusa, siempre pasa lo mismo. Peor lo tuvo Uti, que despertó a las 3 de la madrugada y ya no pudo dormir...quizá por eso me sacó tanta ventaja en la carrera, habrá que probar su técnica...
En cuanto quedó todo preparado, me fui a casa para ponerme el "traje de guerra" y tratar de calentar un poco. Si, digo tratar de calentar, porque con la cantidad tan grande de amigos que vienen a correr al pueblo, al pararme a saludar a cada uno de ellos, se me van pasando los minutos y al final apenas me queda tiempo. Menos de un kilómetro de trote pude completar. En fin, bueno va...
Me coloco no muy delante, quiero salir reservando (como siempre). Pistoletazo y para adelante!!
A los pocos metros se pone Resu a mi lado. Me da ánimos y yo le contesto, Resu, mal vamos, a 4 minutos pelados hemos arrancado y todavía no hemos llegado al primer giro jajaja. Ambos nos refrenamos ligeramente para torcer hacia la C/ Mayorca. No se van haciendo grupos muy numerosos en la posición en la que me encuentro, bien, así podré adelantar, o dejar que me adelanten, hasta que cada uno coja su ritmo. C/ Santa Lucía, ahí están las vecinas dando ánimos. C/ El Pez, mas vecinas saludando. Y en un suspiro, ya estamos en el camino de las lagunas.
Voy controlando el ritmo, tratando de ir entre 4'15" y 4'20''. No miro el pulso me encuentro muy cómodo, así que voy a tratar de mantener esa sensación hasta el tercer kilómetro. La decisión de adelantar media hora la carrera, haciéndonos coincidir con los andarines, que ya vuelven al pueblo, ha sido estupenda ¡cuántos ánimos recibí! familiares y conocidos no dejaban de llamarme por mi nombre y de darme ese empujoncito emocional que tan bien nos viene a los corredores.
Enseguida empiezo a adelantar corredores. Algunos hacen "la goma" conmigo, pero ninguno se queda. Hoy no he quedado con ningún amigo o compañero para ir juntos, he preferido hacer mi carrera solito, disfrutando lo máximo posible, guardando un poco las fuerzas hasta el último tercio del recorrido.
En la suave subida hacia San Isidro bajo ligeramente el ritmo. A pesar de ello, sigo adelantando a más gente. Llevo muchos más por delante, no creo que se me acaben jeje.
Avituallamiento del kilómetro 3. Botellín de agua, un par de sorbos y el envase a un cubo. Acelero hasta La Jorja, que es donde entramos en la arena. Voy detrás de un grupo de unos 5 corredores. Van ocupando todo el carril y me empiezo a agobiar, se han frenado un poco. En el primer hueco que veo, doy un arreón y los paso a todos. Mantengo unos metros más la velocidad, para consolidar la posición y poder ver bien dónde piso, ya que el firme es muy irregular y no quiero lastimarme. Soy consciente de que un acelerón, quedando más de la mitad de la carrera, puede ser fatídico, pero confío en mis fuerzas y, cuando ya no escucho las pisadas de mis perseguidores, bajo al ritmo "disfrute". Unos metros más delante alcanzo a otro corredor. Tengo que sortear los tarays y hacer otro pequeño cambio de velocidad para adelantarlo. Sin problemas. Vamos bien. El resto, hasta la salida al carreterín en el Aula de la Naturaleza, sin novedad.
Una vez vuelvo a pisar asfalto, me da por comprobar, por primera vez, el pulso. 158 ppm, bien, muy bien. A ver si puedo ir algo más rápido, ahora que se tracciona mejor.
Me mantengo hasta el avituallamiento del km 6. Otro botellín, dos tragos y a un cubo. Subo la minicuesta de San Isidro muy lento, con más cadencia, pero despacio. Hasta aquí he gestionado perfectamente las fuerzas y no quiero arruinarlo en escasos 100 metros.
Mi planteamiento se está cumpliendo a la perfección, así que ahora toca intentar ir más rápido.
En el momento en que he aumentado el ritmo, comienzo a escuchar unos pasos justo detrás de mi. Poco a poco noto que me van dando alcance. Me resulta extraño, ya que prácticamente nunca me pasa, que a estas alturas de la carrera me adelanten. Pues así es, un veterano (creo que de Camuñas), se pone a mi lado, en dos zancadas me sobrepasa, respira fuerte y vuelve a frenarse para quedarse, de nuevo detrás de mi. Llegamos juntos a la C/ El Pez. Allí están las gemelas "lentejas" (con todo el cariño), también dando ánimos. El camuñano me dice que es genial correr junto a un local, así también se aprovecha de esos ánimos jeje. Río con él, pero dentro de mi, voy pensando en el cambio de ritmo que le voy a dar en cuanto giremos en la C/ Santa Lucía...
Dicho y hecho. Saludo a las vecinas y alargo la zancada. Llevaba un pequeño nudo en la garganta desde que dejamos el camino de las lagunas (el pulso ya había subido), así que ahora, la respiración es mucho más agitada. Y lo de "ritmo disfrute" nada de nada. Esas mitocondrias tan competitivas que llevamos algunos me obligan a dejar atrás, quiera o no, a todo aquel que me encuentre.
Reconozco que dudaba si iba a llegar a meta o a caer desfallecido antes, pero ahí estaba Pepe (mi padre, para el que no lo sepa) gritando mi nombre y haciéndome volar los últimos metros. Fue capaz hasta de sacarme unas fotos...
A mi madre, Paula, le encantó el trofeo.
Aprovecho para mandar ánimos a mi hermano, estoy deseando volver a correr contigo Antonio!!PD.- hoy no he mencionado a cuanto me salía cada km, ya que el garmin sonaba muy descompensado con los puntos marcados por la organización.
Estoy sin objetivo próximo, se aceptan sugerencias...