Para no aburrir más de lo habitual a mis lectores, voy a omitir un resumen de lo que el año 2013 me ha dejado en el plano atlético. Solo espero que en este 2014 pueda volver a batir todas mis marcas, aunque lo tengo muy difícil.
Un afortunado cambio de última hora me permitió ayer participar en la carrera de San Antón, que se celebra en la vecina localidad de Herencia. Conmigo se desplazaron mi hija Ali, Resu, Uti, Casero y Bienve. Tras el cafetito reglamentario y los 5 minutos de coche a través de una espesa niebla, llegamos de los primeros a la ermita de San Antón, que es donde se realizan las inscripciones de la prueba. Seguidamente nos inscribimos y encomendamos al santo para que nos de fuerzas y seamos capaces de disfrutar de la prueba y, a ser posible, quedar entre los primeros de los allí presentes.
Primer vistazo a los allí presentes, se ve gente fina, como en todas las carreras, unos conocidos, otros no, tengo mis dudas, pero Uti y mi cuñado Rubén me dicen que puedo estar entre los 5 primeros. Me despisto como nunca he hecho antes y apenas me da tiempo a calentar. Van a retrasar la salida unos treinta minutos, ya que las inscripciones han ido algo más lentas de la cuenta, lo que me da algo de vidilla. En los cuatro trotes que doy de un lado para otro me noto fuerte, confiado y le digo a Ali que en la primera vuelta cuente los que llevo por delante ...
Saludos y deseos de suerte a los demás participantes, entre ellos mis compañeros Jose Luis, Alfonso y su gemelo y a la de tres tomamos la salida.
Enseguida toman ventaja Jose Antonio y Víctor, los dos locales más rápidos allí presentes. Detrás formamos un grupo otros cuatro corredores, seguidos muy de cerca del gemelo de Alfonso y de Uti. Por una vez, soy capaz de contenerme y no seguir mis impulsos, y aunque me veo muy capaz de seguir más de cerca a los dos primeros, me quedo en el grupo, a un ritmo relativamente cómodo de 3'50'' el km. En poco más de mil metros ya nos llevan unos 100 de ventaja. Pero aguanto, voy a ser paciente.
Los dos que van tirando no dejan de charlar todo el rato, se les ve fuertes; pero yo hoy también me he levantado muy optimista y estoy seguro de que no me van a dejar atrás sin sufrir de lo lindo. Poco antes de dar la primera vuelta me parece ver a Víctor algo más cerca. Creo que ha empezado muy fuerte y es posible que no aguante el ritmo que lleva hasta el final. Con un poco de suerte le daremos caza.
Ahora no soy capaz de apreciar cuantos formamos el grupo, ya que solo controlo a los dos de delante y a un cuarto que se nos pega de vez en cuando.
Primera vuelta. Ritmo medio 3'50''. Ali levanta el pulgar dándome ánimos y muestra los cinco dedos indicándome la posición actual. Voy fresco, decido jugármela a una carta e invito a mis acopañantes a intentar alcanzar al segundo clasificado. Pero ellos parece que no están por la labor, creo que se conforman con los puestos que llevan y me dejan tomar la cabeza del grupo al instante.
Enseguida el más joven se pone a mi lado, quedando los otros detrás. Pasamos el siguiente kilómetro a unos 3'40''. Me encuentro fuerte, optimista, no bajo el ritmo ni un ápice. Mi acompañante se ve bien y los perseguidores están muy muy cerca. Empiezo a pensar que les estoy llevando de la mano en la segunda vuelta y si tienen un buen final me voy a quedar el último del grupo. Cuando estamos llegando al quinto kilómetro vemos a Víctor muy cerca, también noto las pisadas detrás de mi; estos aguantan de lo lindo, me va a costar hacerme con ellos. Volvemos a pasar en 3'40'' y el chaval que va a mi lado acelera para intentar adelantar un puesto. Le aguanto unos metros, pero, "divina juventud, este no respeta las canas, me va a dar de lo lindo" pienso entre mi.
A falta de unos 400 metros de la meta, y en vista de que no conseguirá alcanzarlo, afloja el ritmo. Unos metros más y me pongo a su vera. Me mira y me dice que no puede con él, que ya solo estamos los dos. No sé que es lo que se le pasaría por la cabeza, igual quería que entrásemos juntos a meta, pero nos estamos jugando el tercer puesto de la carrera y mi chip competitivo ya había fijado un punto para dar el "hachazo" final. Un lugar tan lejos de meta que sorprendería a mi rival y a la vez tan cercano que no le daría opciones de reacción, o sea, unos 30 metros.
En los últimos 100 metros pasan un montón de cosas por mi cabeza, pero sobre todo el hecho de que no me haga un último cambio de ritmo que me deje allí sentado.
Llegamos a mi referencia y ¡zas!, aquí te quedas. Pongo el turbo, alargo la zancada, me cierro en la pequeña curva que hay antes de meta y logro mi objetivo, tercer puesto.
Antes de haber recuperado el aliento comienzan a llegar el resto de laguneros, Uti, con un fantástico 8º puesto, Casero, Bienve y Resu, que será la tercera mujer.
Nada más llegar el último participante llega el turno de Ali. Será la única participante de su categoría, con la exclusividad de hacer todo el recorrido ella sola. Yo no puedo resistirme y la acompaño en las dos vueltas que dura su prueba. Para mi es un gran logro que esté a mi lado, participando en una carrera un domingo por la mañana. Lo repetiré hasta la saciedad, no puedo estar más orgulloso de ella.
6 comentarios:
ERES UN CRACK¡¡
Gracias Resu. Tu si que vales!!
Describes las carreras de la hostia,las vivo casi igual que tu pero no me canso.Enhora buena.
Federico.
Gracias por tus comentarios Federico. Me alegro de verdad que te gusten mis crónicas.
Estás hecho un campeón.Nos vemos en Camuñas
Muchas gracias. Allí estaremos.
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