martes, 29 de octubre de 2013

XVII Carrera Urbana de Socuéllamos. 10 kilómetros.

El 10000 de Socuéllamos ha sido el broche perfecto para finalizar esta temporada. He tenido la gran suerte de no lesionarme en muchos meses; también de encontrar casi siempre algún compañero del Club de Atletismo las Lagunas para que me acompañara los días de series. No voy a decir que me ha resultado fácil entrenar desde la media maratón de Alcázar, pero el estado de forma que he conseguido gracias a los planes de Uti han hecho que cada mil, cada 400 ó 500 saliese de forma casi mecánica, apenas variando uno o dos segundos entre lo escrito en el papel con lo que decía el crono. Cada día vamos conociendo mejor nuestro cuerpo y nuestras posibilidades, aunque, a decir verdad, el buen resultado del domingo me ha sorprendido gratamente. El objetivo era 38 minutos y 20 segundos, pero algo dentro de mi decía: “tienes que ser más ambicioso, más rápido, tu puedes”. El cambio de hora de la madrugada del domingo nos benefició en gran medida, sobre todo a mi, que estuve todo el sábado de cumpleaños, bien empleado en la barbacoa, sin sentarme apenas en varias horas; y es que no vamos a cambiar un rato de esparcimiento con la familia, celebrando el cumple de mi pequeño (Roberto), por nada del mundo. Para poner bien en funcionamiento la máquina, nada como un café en el bar de mi cuñado (del cual vamos “detrás” para que nos esponsorice). Viaje corto, autovía, apenas da tiempo a repasar la táctica de la carrera. En mi caso es fácil, salir a 3’50’’ el mil y acelerar, si quedan fuerzas, en la segunda mitad. La organización de las carreras celebradas en Ciudad Real es exquisita, encuentras todo bien dispuesto, sin complicaciones; así que en cuanto todos tenemos el chip y el dorsal, nos vamos a los coches para despojarnos de nuestra uniformidad y comenzar el calentamiento.
A estas alturas tengo muy claro lo que soy, un corredor de fondo. Necesito un buen calentamiento para poder rendir al máximo, nada de cinco minutitos y a la línea de salida. Hasta tal punto me gusta ser metódico que todos los amigos a los que saludaba me decían lo mismo: “pero para ya, que vas sudando y no hemos empezado!”. Pues no, yo sigo, y aprovecho hasta el último minuto para hacer un par de progresivos, no quiero sorpresas desagradables. Mi compañero volverá a ser Fillo. No he hablado con él desde la media de Alcázar, pero se que está muy bien de forma y querrá llegar por delante de mi. Eso es motivación extra para ambos. Nos colocamos muy delante y salimos fuerte los primeros 500 metros, pero en cuanto la fila de corredores se ensancha, bajamos para ponernos al ritmo previsto. En ese momento comienza a adelantarnos todo el mundo, casi escandalosamente. Vamos por debajo de 4 minutos el kilómetro y contamos por decenas a los corredores que nos sobrepasan. Hay que tener la cabeza muy fría y las ideas muy claras para no cometer el garrafal error de engancharse a algún grupete y darlo todo antes del segundo kilómetro. Por experiencia sabemos que todos estos que ahora nos adelantan quedarán por detrás en la línea de llegada. Poco después del primer mil se hace realidad la evidencia y ya van quedando atrás corredores que se han ido estrellando con su ímpetu. El solecito les va a hacer un flaco favor a todos estos que ya van sufriendo desde el principio. El nuevo trazado de esta carrera es absolutamente plano y sus calles invitan a mantener un ritmo constante todo el tiempo. Pero han incluido varios giros pronunciados y cuando vas deprisa eso se penaliza en forma de unos preciosos segundos. Seguimos derpisa, pero conservadores, hasta la mitad de la prueba, que pasa sin apenas darnos cuenta, en poco más de 19 minutos.
Me voy guiando por los datos que me da el garmin, a sabiendas de que en ciudad mide algo de menos y el ritmo real será más rápido del que me indique. Pero antes de llegar al sexto kilómetro ya hemos puesto el turbo y aunque vaya tomando referencias no seré capaz de procesarlas. Viene la parte más dura, en la que hay que dar el do de pecho y la cabeza no va a estar en condiciones de hacer cuentas. Las calles no son estrechas, resulta relativamente fácil adelantar gente, pero cuando van en paralelo tres o cuatro hay que hacer un esfuerzo extra yéndote a los lados. Cada corredor que hay delante es un objetivo. Con paso firme y decidido vamos dejando atrás a todos aquellos que osaron salir deprisa al principio; ahora nosotros vamos fuertes y ellos en declive. Antes de llegar al kilómetro 9 mi acompañante se muestra en mejores condiciones, haciéndome gestos para que no me separe de él cuando cambia el ritmo. Pero yo voy demasiado justito y desistiré en su segundo envite. Queda poco más de un kilómetro y quiero terminarlo con dignidad, no arrastrándome en los últimos metros. Así, se me va hasta unos 20 metros aproximadamente, que iré recortando en los últimos 200, en los que apuro todas las fuerzas que me quedan, para terminar a tan solo 4 segundos detrás suyo. He bajado de 38 minutos. La alegría es inmensa. No he tenido que esprintar para ello, tan solo dejándome llevar, he conseguido una marca personal de 37’52’’. Sin palabras.
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domingo, 6 de octubre de 2013

XVII media maratón Alcázar de San Juan y carrera de la mujer.

Dicen que el que menos se cansa en una carrera es el primero en cruzar la meta. No se como estará el que ha ganado hoy en Alcázar, pero yo me encuentro divinamente. Ni cansancio, ni dolores, ni calambres en las piernas ... de hecho, no he sido capaz ni de dormir la siesta; aunque parte de esa culpa tiene el café de la parienta :D Después de la carrera de Herencia, en la que, por primera vez bajé de los 40 minutos en diez mil metros, continuamos el plan de entrenamiento exclusivo para la media maratón que nos diseñó nuestro "Sensei" Uti. Las sensaciones que tuve en el pueblo de la "i" me han mantenido la moral muy alta, tanto que, cada entrenamiento de calidad lo he solventado con la máxima concentración posible. Buen calentamiento, ritmo muy controlado cada 100 metros, especial atención a la zancada y, como no, exigiéndome cada vez un poquito más. El resultado ha tomado forma esta mañana, en Alcázar. Los dos días previos, de descanso. A pesar de la confianza en lo que he entrenado y en el buen estado de forma que me encuentro, no dejan de llegar las dudas, los miedos. Desde el viernes congestión nasal y picor de garganta. Menos mal que no ha pasado de ahí. Desde el martes los cuádriceps cargados ... ese último 400 en 1'10'' sabía yo que no podía ser bueno ... ¿y el estómago? ... mejor me ahorro los comentarios ;-) A las 8:30 cafetito en el bar de mi cuñado (a ver si lo convencemos para que se haga patrocinador). Los primeros intercambios de sensaciones dicen que todo irá bien, aunque Uti refiere algunas molestias en las piernas. Viaje corto, recogida de dorsal y a las 9:30 empieza el calentamiento. Yo no se las veces que habremos ido a orinar hoy!!! señal de que vamos bien hidratados, claro. Más de 800 participantes hemos corrido hoy la media, sin contar las chicas que hacían la carrera de la mujer, así que ya os podéis imaginar como estaba la Avenida de Herencia de atletas. Sin duda nuestros vecinos le ponen mucho cariño a su carrera y esto hace que cada vez más gente venga aquí a disfrutar, a sabiendas de que la excelente organización de la misma hará que sus zancadas tengan una buena recompensa. Nada más dar la salida le grito a Fillo para que me localice. Nos hemos colocado cada uno en un lado de la calle y hemos estado a punto de salir sin vernos. Uti, prudentemente, sale unos metros atrás, y el resto de laguneros, Coco, Resu, Casero, Bienve, Oliver, Floren y mi hermano, toman también la posición que mejor se adapta al ritmo que llevarán en carrera. Voy a procuar no dar muchos datos de ritmos, no quiero que os volváis locos. El caso es que los dos primeros kilómetros los hacemos siguiendo los sabios consejos de nuestro entrenador y vamos reservones. A partir de ahí, ponemos el ritmo previsto, a 4' más o menos. Desde el principio de la prueba vamos adelantando a otros corredores y antes de llegar a la mitad vamos formando un grupo, marcando el ritmo, sin acelerones ni frenazos. Claro que, cuando llegan las pequeñas bajadas, uno se embala y hay que retenerse para no pagar los excesos. El paso por el km 10 lo hacemos en 40'40'' y desde aquí mi compañero Fillo empieza a acelerar paulatinamente. Como si de un envite se tratara, pronto nos toman el relevo los corredores con los que formamos el grupo, haciendo que permanecer juntos sea cada vez más difícil. No quiero quedarme ni un metro atrás ya que, aunque vaya bien físicamente, el factor psicológico puede hacer que te hundas y no logres seguir al resto, así que cada vez que alguno se me cruza delante tengo que esforzarme algo más de la cuenta e irme hacia los lados para no descolgarme. Cuando llevamos dos terceras partes de la carrera, dos del grupo, uno de verde (no recuerdo su club) y un tomellosero (que a la postre resultó ser el entrenador de Javi Romo, el sobrino de Fillo), toman la decisión de alegrar el ritmo, empezando a tirar con algo más de ganas. Vamos por debajo de 4' el kilómetro y no es nada fácil seguirlos, pero soy valiente, optimista ¡tengo que intentarlo! Pero a mi compañero de club no le ha sentado nada bien ese cambio y empieza a decirme que tire con ellos si voy con fuerzas, mientras va quedándose unos metros detrás de nosotros. Yo le animo a seguir, es muy fuerte y viene bien preparado, pero nuevamente me contesta lo mismo: tira tu, ve con ellos!. Dicho y hecho, "modo competitivo on", estos dos a mi no se me escapan. Sobre el km 18 veo que el de verde se queda, mientras el tomellosero, implacable, mantiene su velocidad, acelerando incluso de vez en cuando, imagino que para dejarme también a mi "hundido". Pero no, amigo mío, yo entreno en el Centro de Alto Rendimiento de la Chela (el CARC), estoy hecho de otra pasta, no voy a rendirme fácilmente; en la última parte de la carrera siempre lo doy todo y no voy a dar mi brazo a torcer. Poco antes del km 20 nos adelanta Miguel Vera, un super-clase que hoy a venido a rodar tranquilo. Con el sentido del humor que le caracteriza, me dice que por fin me da caza, que hoy yo era su objetivo y sigue su marcha, imagino que por debajo de 3'30''. El tomellosero me anima a seguirle, "¡venga, vamos a por él!", pero me niego en rotundo, le digo que ni se le ocurra, que en el kilómetro que falta nos destroza y no somos capaces ni de llegar a meta. Pero la inercia que lleva hace que nuevamente cambie el ritmo y me ponga de nuevo en un aprieto. "Lo vamos a pagar caro" pienso mientras yo también acelero para no quedarme atrás ... Acaba la avenida y giramos hacia la calle del mercadillo, último avituallamiento. Echo un trago corto y le ofrezco a mi acompañante la botella. No quiere, total, para lo que queda ... y sin despedirme ni nada, y, por supuesto, sin previo aviso, soy yo el que hace un nuevo cambio de ritmo (iba a poner brutal, pero mejor no, jaja), al que no encuentro respuesta por su parte. En cuanto enfilo la Avenida Herencia veo un corredor a unos metros, va rápido, pero, para seguir fuerte sin bajar el pistón, me planteo adelantarlo. Le doy caza entre los dos arcos de meta, bien!. A unos metros del final veo el crono 1:23:56, 57, 58, 59 ... nooooo!!! se me escapa el sub 1:24 por tan solo 4 segundos, que lástima!!! ... espera ... 1:24:04????? como dice el triatleta Javier Gomez Noya cada vez que gana una prueba ¡¡¡TOMAAAA!!! El resto de laguneros fenomenal, Fillo pasa también por debajo de 1:25, Uti 1:26, Floren 1:30, Casero 1:32, Bienve 1:38, Coco y mi hermano 1:44, Super-Resu 1:50 (y de Oliver no se nada). Enhorabuena a todos. El avituallamiento final y la bolsa del corredor, como siempre, impecable. En el título menciono la carrera de la mujer; y es que, paralelamente, se celebra esta prueba de 6 kms solo para chicas. Aquí ha corrido mi amiga Montse; la pobre tiene que aguantar una y otra vez mis relatos carreriles y al final se ha decidido a probar. Así que enhorabuena compañera, además de pasarlo bien, has hecho un crono de lujo!! CLASIFICACIÓN GENERAL