domingo, 21 de mayo de 2017

IV Carrera de la Torre Tolanca, Sonseca 20-05-2017

    Apenas una semana después de haber corrido en Valdemoro, me animo a hacerlo en Sonseca, también 10 kms y también un circuito nada llano. Para redondear, también se viene mi cuñado Rubén, pero esta vez, Ali se queda en casa.
    El formato de esta carrera es un circuito de 5 kilómetros, ida y vuelta por el mismo recorrido. Salimos desde Una bonita plaza de Sonseca, llegamos a la Torre Tolanca y damos la vuelta por nuestros pasos. Me dedico unos minutos los días previos a mirar el perfil, utilizando Google Earth Pro; hay una pendiente media del 2 %, ascendiente hasta la torre, así que habrá que dosificar en la ida e intentar ir rápido a la vuelta... pero una cosa es hacer previsiones y otra poder cumplirlas...
    Durante el viaje voy lamentando el haber olvidado ponerme protector solar, nos vamos achicharrando en el coche por el sol. Hace unos 28 grados y todo indica que, si nos ponemos a darle caña a las piernas, vamos a sufrir de lo lindo. Al menos hay una parte que nunca olvido, y no es otra que hidratarme bien durante todo el día. Quizás un poco en exceso, ya que cuando me puse a calentar, la tripa me iba dando botes...jeje.
    En toda la semana apenas he salido a entrenar. El lunes hice un rodaje suave, descansé el martes. El miércoles otro rodaje, cansado y con mucho calor, y el jueves unos minutos de elíptica, acompañados de unas sentadillas y ejercicios de core. Nada de "calidad". Supongo que este cuerpo serrano no va a asimilar tanta caña, si compito dos veces en siete días.
     Mientras calentamos coincimimos con Julio Rey, que corrió la semana pasada los 101 kms de Ronda, quedando 6º clasificado. Nos cuenta lo mal que lo pasó, por haber salido en primer lugar durante muchísimos kilómetros. Hoy va de acompañante, con sus hijos.

    Somos pocos participantes, de hecho, en la categoría general, llegamos tan solo 59 atletas. A esta cantidad hay que sumarle los de relevos, que serían otros tantos aproximadamente. Como el circuito empieza subiendo y somos poquitos, decido ponerme casi a cola del pelotón. Esta es una buena estrategia para no salir disparado, llevado por la inercia de los primeros, y ser reservón desde el primer kilómetro.
    Efectivamente, nada más salir, el ritmo no es precisamente lo que había pensado. A pesar de ir muy fresco, sé prefectamente que vamos por debajo de 4'30". Nada más pasar el primer kilómetro, todavía dentro del pueblo, el pelotón se ha estirado y puedo mantener el "ritmo crucero" sin que nadie me estorbe, comenzando a adelantar a bastantes corredores.
    Mientras recogíamos el dorsal no puedo evitar fijarme en los demás, igualito que en Valdemoro, finos, jóvenes, fibrosos...galgos. Y hoy veo por delante una buena hilera de atletas (a proporción de los que estamos participando), así que, teniendo en cuenta que corro en la categoría senior, de 16 a 45 años, y que no hay opción alguna de buscar un podio ni una buena marca, decido sobre la marcha no excederme en absoluto y disfrutar al máximo de la carrera.
    Salimos del pueblo. El paisaje me gusta, olivos y al fondo la sierra. En las calles de Sonseca había algunos espectadores animando y en los caminos también hay gente que ha salido a vernos. Viene una suave brisa fresca y eso anula completamente al sol, la temperatura es ideal, leches, estoy disfrutando de veras. En el kilómetro 2'5 hay un avituallamiento y lo aprovecho, ya que durante el calentamiento se me había quedado la boca seca. Unos metros después me da alcance un corredor local que, al ver mi camiseta (la del Club Atletismo Las Lagunas, evidentemente) comienza a darme algo de conversación. Va un puntito más deprisa que yo, pero como soy un tío educado, para responder y que no tenga que frenarse, acelero "una mieja", como diríamos aquí.

    Nos ponemos a hablar de triatlón, de maratón, de nuestras marcas personales, hasta que llega un punto en el que o corro o hablo. Hemos llegado a la base de la Torre Tolanca y la cosa se empina (el camino, claro). Le dejo ponerse delante, ya que me he quedado en ese tramo sin resuello y llego a la mitad del recorrido con la lengua fuera en unos 22'20".
    Nada más girar y comenzar el descenso me adelanta un corredor veterano (o eso me parece, al ver las canas). Baja rapidísimo, y yo bastante tengo con recuperar el aliento como para intentar pegarme a él. Mi "colega" de Sonseca ya me saca también unos buenos metros, pero yo, lejos de hundirme en la miseria, me lo tomo con paciencia y procuro no ir dando acelerones para intentar pillarlos, cosa que sin duda acabaría con mis fuerzas.
   
    Me fijo en los corredores que nos cruzamos, en busca de Rubén, pero no lo veo, lo cual significa que va muy fuerte, cerca de mi, y que nos hemos cruzado en la Torre, él por un lado y yo por el otro, por eso no nos hemos visto.
    A la postre, hará mejor crono que en Valdemoro, bravo cuñado!!
    He olvidado mencionar que en la bifurcación de la Torre había otro avituallamiento, un detalle muy bueno de la organización. A la ida no me fue necesario, pero a la vuelta opto por coger una botella, a ver si con esa "gasolina" llego a meta. Poco a poco voy recortando metros al sonsecano y al veterano que me adelantó bajando, el cual también ha rebasado a éste último. Y fruto de haber sabido regularme, lo alcanzo cuando todavía queda un buen trecho de carrera.
    Ahora ya son pocos los corredores a los que vamos pillando, tan solo veo a lo lejos a un amigo veterano de Rubén con el que habíamos charlado antes de empezar. Llegamos al avituallamiento y cogemos al veterano, que se ha parado a echarse agua por la cabeza. Da la impresión de haber "petado", le animamos y continúa con nosotros. Enseguida entramos de nuevo en población, donde también damos alcance al amigo de Rubén. Pero es pisar el asfalto y mis tres acompañantes salen disparados. Queda poco más de un kilómetro y no me veo con fuerzas para seguirlos.
    Comienzo a sufrir un poco, miro hacia atrás, y en vista de que los que me siguen ya no tienen opciones para darme alcance, opto por tirar la toalla y dejarme llevar a un ritmo más suave.
    Llego al último kilómetro, hay varios giros en los que había perdido de vista a mis predecesores, y tras una esquina encuentro al veterano, sí, al que me adelantó nada más comenzar la bajada. Que voy a decir ahora que no sepáis...si, lo sé, no nos estamos jugando nada, pero yo no puedo evitar acelerar y darle alcance (jijiji). En cuanto se percata de mi presencia cambia de ritmo y me adelanta un par de metros. Y eso para mi es una invitación, quiere entrar al juego. Y yo, que no rechazo un envite, menos todavía, llevando buenas cartas (los metros que he bajado el ritmo me han dejado nuevo), lanzo un órdago, dando unas zancadas que ni el mismísimo Usaín Bolt habría sido capaz de seguir (vale, lo sé, he exagerado un poco...). Tal es mi acelerón que en la entrada a meta doy también alcance al sonsecano, que ha parado para entrar con una niña pequeña de la mano. Me freno bruscamente y paso detrás, para no estropear la foto ;-)
    Acabo en 42'46", el 16º de la general. Contento, por supuesto. CLASIFICACIONES.
    Ahora a preparar la de Mota del Cuervo, otra con buenas cuestas...
 


martes, 16 de mayo de 2017

X Carrera popular Capitán Duque, Valdemoro 14-05-2017

    Si te presentan una carrera con circuito rompepiernas, calor y poco público, lo más probable es que ni se te ocurra asistir. Pero si te dicen que la organiza el Colegio de Guardias Duque de Ahumada, que buena parte de lo recaudado en la inscripción será destinado para el estudio de la esclerosis múltiple y la ELA y que habrá paella al terminar, la cosa cambia rotundamente.
    Con este panorama nos presentamos en Valdemoro mi cuñado Rubén, mi hija Ali y yo. Ali estaba encantada conociendo la academia, y mi a cuñado se le notaba algo nervioso ... jejeje.


    En la recogida del dorsal encuentro a mi amigo y compañero Angel. Le pregunto por el perfil del recorrido y me dice que no me preocupe, que es suave. Por lo poco que conozco Valdemoro, deduzco que se está quedando conmigo y que de suave no tiene nada. La idea hoy es venir a emplearme a fondo, pero no quemar todos cartuchos en el primer kilómetro. Bolsa-mochila, camiseta conmemorativa y algunas cosillas más al acabar; es una buena bolsa del corredor.
    Como es habitual en mi, voy fijándome en todos los corredores con los que me encuentro. ¡Leches! hoy se ven por aquí un montón de "galgos" (corredores finos finos, con las piernas fibrosas y el moreno particular que te deja la ropa de entrenamiento). Mecachis, mira que venía yo con ganas de hacerlo bien...en fin.
    Apuro como los coches de fórmula uno en las calificaciones todo el tiempo que puedo para calentar hasta cinco minutos antes de la salida. Me despido y deseo suerte a mis acompañantes, acordando con mi cuñado ir en busca de Ali cuando terminemos y discretamente me voy a buscar un buen sitio en la salida. Empezamos y terminamos en la pista de atletismo del Colegio, busco la calle interior, lo más delante posible (tengo que colarme) y antes de que me de cuenta ¡PUN! el Capitán Duque, de un disparo, nos lanza a la prueba.
    Somos aproximadamente 1000 inscritos, 500 de ellos pertenecen al Colegio, y la arrancada en pista, evidentemente, es lenta. Tomamos la primera calle, en subida, y me abro, haciendo algún metro de más, para adelantar a los que se lo van a tomar con más paciencia que yo. Callejeamos un poco en el Colegio, aproximadamente un kilómetro, y salimos al exterior. Ahora vamos por una avenida muy ancha, en ligera cuesta arriba. Es el momento de preguntarle al cuerpo cual será el ritmo crucero ideal.
    Para hoy he decidido llevar en el gps nada más que el cronómetro e ir haciendo cálculos mentales en cada punto kilométrico, aprovechando que están perfectamente señalizados, con un cartelito y un alumno al lado. En cada vistazo que hago al frente no soy capaz de ver cabeza de carrera, hay mucha gente todavía por delante. ¿Y mis sensaciones corriendo? pues geniales. Apenas acabamos de comenzar, voy un pelín por encima de 4' el kilómetro y me encuentro muy fresco. Paso el segundo kilómetro en poco más de 8 minutos. Bien, tranquilo, hay tiempo para recuperar estos pocos segundos.
    Antes de llegar al tercer kilómetro, y todavía subiendo la avenida, me adelanta un muchacho bastante joven. Lleva un ritmo muy fuerte y, sinceramente, mi primer sentimiento fue de envidia ... pero unos metros más delante, justo en el k 3, se pone a andar... uy, ahora será a él al que le de envidia de mi...jejeje.
    Giramos a izquierdas y accedemos a otra calle ancha, en la que ahora si, puedo ver la cabeza de carrera y a todos los que llevo por delante. Calculo que iré por la posición 150, que teniendo en cuenta que somos casi mil, está bastante bien (además de haber visto a los galgos, eh!). Hasta ese momento he ido adelantando a mucha gente, algo habitual en mi forma de competir. Pero entonces aparece otro corredor, esta vez no tan joven, y me da una buena pasada. Aparentemente va muy cómodo y eso merma un poco mi moral, ya que el calorcito está empezando a bajarme los humos. Lejos de rendirme tan facilmente, lo tomo como referencia, decisión a la postre acertada, ya que se unió a un grupo de locales más adelante, y ellos, conociendo perfectamente el perfil, van a ir marcando un ritmo ideal para mis prestaciones.
    En el cuarto kilómetro salimos del asfalto (he omitido que ha habido una pequeña bajada, en la que pude tomar un respiro), y volvemos a subir. Si, lo se, todo lo que sube baja, pero este Valdemoro da la impresión de ser diferente, no hay tiempo para tomar aliento cuando, de nuevo, aparece alguna cuesta!
    El ritmo viene siendo más o menos el mismo, así que descarto por completo poder acercarme a los 40 minutos "pelaos". Pasamos por debajo de la M423 y de nuevo otra subida. Aquí doy caza a la primera mujer. Lleva una liebre, así que mejor no la animo a que me siga. Termina la rampa más fuerte y ahora el desnivel es menor. Decido empezar a dar un poco de guerra, conocedor de mis fuerzas y con la esperanza de que ahora el perfil será favorable.
    Llego al quinto kilómetro en 20'50" y avanzo por el camino adelantando a más corredores. En el 6 ya sumo más de 21 minutos. Cruzamos de nuevo la carretera y empieza el regreso a la ciudad. Tras el siguiente giro está colocado el avituallamiento y temo no poder coger agua, ya que mi pequeño esfuerzo extra me ha llevado hasta el grupo del que hablaba antes (el del tipo que me adelantó y los corredores locales). Voy cerrando el pequeño pelotón y por suerte, todos se acercan al lado del agua cuando uno de los voluntarios se va hacia el otro, con dos vasos en las manos. Inmediatamente me voy hacia él y cojo uno dándole las gracias. He elegido mal, me he llevado el que menos tenía, y de un pequeño trago lo vacío rápidamente.
    El kilómetro 7 lo paso en poco más de 29 minutos. Y volvemos al asfalto. Mejora la tracción, puedo ir más rápido, me pego más al grupo, giramos a izquierdas y ... otra cuesta!! no me lo puedo creer, vaya pueblecito!! jaja. Afortunadamente es cortita y la bajada ahora es fuerte. Paso el kilómetro 8 sin recuperar apenas segundos, pero con la certeza de que bajaré de 42 minutos en meta.
    Decido entonces dejar el grupo, confío en que el perfil ya no se vuelva en mi contra y hago un cambio para dejarlos atrás definitivamente. Última rotonda en la ciudad, giramos a izquierdas y ... maldita sea mi estampa, otra vez hacia arriba!!! La visión de esta última cuestecilla (para hacer honor a la verdad, apenas tienen pendiente) me frena de tal forma que uno de los locales me da caza. Va animando al resto de su grupo, pegado a mi costado. No puedo evitar decirle: ahora me váis a dejar bien atrás, por hacerme el chulo ... Educadamente me contesta que ellos juegan con ventaja, conocen a la perfección el circuito. Desvío la mirada hacia atrás y veo que los demás no van mejor que yo. Pasamos el kilómetro 9, unos metros más adelante volvemos a entrar al colegio. A mí se me infla la vena competitiva y, ahora si, doy el hachazo definitivo. Los dejo atrás con relativa facilidad.
    Me quedan fuerzas para acelerar fuerte y bajar unos segundos, pero con el día de calor que hace y el circuito tan duro que hemos tenido, decido no hacerlo, mejor reservo fuerzas para ir a buscar a Ali.
    Entro en la pista y, a pesar de "tener a tiro" a dos corredores, prefiero acabar discretamente tras ellos, parando mi crono en 41 minutos exactos. El tiempo oficial será de 41'06". Con las características de hoy, estoy más que satisfecho con el resultado. Y no digamos cuando veo en las clasificaciones provisionales que he acabado el 33 de la general, 15º de mi categoría...
    El fin de carrera de Ali tiene su miga. Podría escribir otra crónica casi tan larga como la que llevo hasta ahora. Pero para no ser pesado, voy a resumir. Apenas ha entrenado, viene molida trotando-andando y a falta de unos 300 metros se desploma en mis brazos. El susto es monumental. Pero su fuerza de voluntad y coraje supera todo eso y en menos de dos minutos, de un salto, se aparta del médico que la está atendiendo y me dice que ella ha venido para terminar en la meta, no aquí. Bajamos a la pista y cruza con una mueca en su rostro, mezcla de sufrimiento y alegría. Es muy valiente. Reponemos líquidos con Mari Sol y Jose (mis cuñados) y regresamos a casa con una experiencia más en la mochila.