lunes, 13 de noviembre de 2023

VI 10 K Almoradiel, 12-11-2023.

 Me he saltado un par de crónicas este año, la principal, la del pueblo, la XXV edición de la carrera popular Las Lagunas de Villafranca. Este año la hice con Miguel, de liebre, y la disfruté como pocas veces he hecho. La otra fue el 10 K de Herencia, también de liebre con Miguel y también en modo disfrute.

Desde la última parada por molestias a principios de julio no he vuelto a recaer. Entreno bien y no me duele nada. No hago ritmos altos, voy siempre controlando las pulsaciones.

Y con muchos kms acumulados en las piernas, nos presentamos Uti, Miguel, José y un servidor en La Puebla de Almoradiel. Una temperatura perfecta y una ligera brisa que servirá para refrigerar los motores. (el amigo José no llegó a tiempo para la foto).

Las sensaciones desde el calentamiento son muy buenas, me encuentro muy optimista y, aunque tenía la esperanza de lograr un podio en mi categoría, al ver los "viejunos" allí presentes, no quise hacerme muchas ilusiones.

Nos encontramos a muchos conocidos. Menos mal que llegamos temprano y nos dio tiempo de saludar a todos.

Trotamos unos 3 km, meto algún progresivo muy suave y nos vamos directos a la línea de salida. Me coloco prácticamente en la primera fila. Conozco el recorrido de memoria, cada pequeña subida, cada bajada, la zona del río, los apenas dos giros algo más estrechos, no va a haber sorpresas.

Empezamos puntuales y a pesar de mi buena colocación, tengo que esquivar a un señor que se ha colocado delante, pero que anda muy lento, le rozo un poco con el codo y me disculpo.

La primera calle es en una ligera subida, trato de ir lo más lento que el pelotón de corredores me deja, ni adelanto ni me adelantan. Giramos a izquierdas y comienza la bajada. Me pongo al lado de Victoria y le pregunto por sus intenciones, me contesta que va a ir por sensaciones (o sea, que va a ir controlando a las rivales jeje). La adelanto pocos metros después. Se va acercando el primer kilómetro, justo a la salida del pueblo. En esta zona viene un poco de aire de frente, así que decido buscar algún corredor que me haga de pantalla. Veo delante a dos que van juntos y me digo: ""estos son"". Acelero y los alcanzo enseguida. Paso el primer km por debajo de los 4 minutos, más rápido de lo previsto, pero como dije al principio, hoy soy optimista, voy a jugar con el recorrido, ya bajaremos la marcha cuando sea necesario.

Mis dos acompañantes van cumpliendo su función perfectamente, uno de ellos va dando instrucciones al otro, me recuerda a mí cuando voy con Miguel. Voy mirando el cronómetro de reojo, vamos todo el rato ligeramente por debajo de los 4 minutos el km. Imagino que llevan el objetivo de bajar de 40 minutos en meta y empiezo a pensar que correremos juntos todo el tiempo.

Llegamos al río, giramos a izquierdas y seguimos nuestra marcha. Voy tan cómodo que ni me lo creo. Vuelvo a mirar el crono y vamos a 4'10''...ya decía yo. No le doy mucha importancia, me vendrá bien para guardar fuerzas, que seguramente después necesitaré.

Desde el primer km localizo visualmente a Luis, un villacañero de mi grupo de edad que anda, normalmente, más rápido que yo. Desde que pasamos el puente y giramos de nuevo al pueblo, le empiezo a recortar distancia. Miro el crono, voy muy "relajado", los km 3 y 4 los hemos pasado algo más lentos, por encima de 4', así que, aprovechando un pequeño hueco, adelanto a los dos compañeros y sigo solo hacia adelante. Mantengo un ritmo alegre, pero no me excedo, ya que ahora vienen unos pequeños desniveles en positivo hasta llegar a terminar la primera vuelta. En la última de estas subidas alcanzo a Luis, me pongo a su lado y no lo adelanto. Cruzamos el arco de meta, según el crono oficial, en 20 minutos y 4 segundos. Giramos, me voy hacia el avituallamiento y cojo un vaso de agua, está muy lleno, pero apenas me caen unas gotas encima tras echarle un sorbo. Luis sigue a mi lado, no ha aprovechado mi bajada de ritmo al beber agua para adelantarme. Estoy decidido a dejarlo atrás, pero no va a ser nada fácil.

Comienza de nuevo la bajada. Mantengo el ritmo los primeros metros, pero enseguida comienzo a alargar la zancada en un par de ocasiones, quiero ver si mi contrincante responde. Y efectivamente, responde, escucho su respiración justo un metro por detrás. Pero no es una respiración controlada, va algo agitado, buena señal (para mi, claro). Pasamos el 6 por debajo de los 4 minutos. Sigo con unas sensaciones estupendas, pero antes de volver a entrar a los caminos de grava, me empiezan a dar pinchazos en el isquio de la pierna izquierda. No me lo puedo creer, ¡con lo bien que voy! Empiezo a plantearme una posible retirada, pero al presionar con la mano en la zona donde me pincha, el dolorcillo se alivia, así que decido continuar. El km 7 también lo bajo de 4 minutos. Aquí alcanzo a otro corredor, que, al verme, parece sorprendido. Me dice algo, pero no lo entiendo, y le contesto "hay que ir de menos a más". Lo adelanto enseguida.

Paso la zona del río sin pena ni gloria. Veo corredores delante y trato de alcanzarlos. A poca distancia parece ir la primera mujer, acompañada de Javier, un corredor local que siempre llega por delante de mi. Doy por hecho que le va haciendo de liebre, pero cuando les doy alcance, Javier me dice que va "tocado" y la mujer se adelanta. Corro unos metros en paralelo a ella, justo para salir en una foto (a ver si la publican jeje) y enseguida continúo a lo mío. El km 8 lo paso en 4 minutos justos.

A unas decenas de metros va un corredor de Villacañas, es más joven que yo, pero también trato de alcanzarlo. Aunque lo llevo como objetivo, mantengo mi ritmo y paso el km 9 también en 4 minutos justos. Vamos a entrar al pueblo y quedan unos pocos metros de subidas que, si no has ido controlando las fuerzas, se te pueden atragantar. Pisamos asfalto. Alcanzo al villacañero...espera, no, se ha girado y me ha visto, acelera un poco y no se deja adelantar. Imagino que quiere luchar la posición, pero no es mi guerra, mi objetivo en este momento es bajar de los 40 minutos en meta y ya voy soltando todo lo que tengo en las piernas. En el penúltimo giro llegamos a la última subida, acelero y enseguida se queda atrás el otro corredor. Encaro la meta y alargo lo que puedo las zancadas. Acabo con la respiración muy agitada, pero no tardo nada en recuperarme. Enseguida miro el cronómetro: 39:45 según mi reloj. La alegría que tengo en ese momento es enorme. Era muy optimista antes de empezar y soñaba con esta posibilidad. El haberlo logrado es realmente satisfactorio. ¡Y encima tercero de la categoría!

Miguel y Uti llegan enseguida, en 43 y 44 minutos respectivamente ¡enhorabuena compañeros! A José no lo veo de llegar, ya que acompaño a mi pupilo (Miguel) mientras recupera el resuello. Otra anécdota de la carrera es que justo al terminar, el corredor de Villacañas que adelanté en la subida me pregunta: ¿como es posible que acabes tan fuerte?, en lugar de responder, me quito la braga de la cabeza, a lo que se contesta a sí mismo: ya veo, peinas muchas canas jajaja.