miércoles, 25 de abril de 2012

Proyecto Forrest 2.0

Lo más fácil, lo más cómodo, sería ver los toros desde la barrera, en todo caso, rascarse el bolsillo y arrimar el hombro económicamente cuando las circunstancias te ponen delante a una persona que, desinteresadamente ha creado un proyecto para recaudar fondos y dar a conocer a una asociación que busca mejorar la calidad de vida de niños que padecen cáncer, como es, en este caso AFANION. La persona que menciono es José María Silvestre Bernabéu, un trabajador de la conocida empresa FAMOSA, con base en Onil (Alicante). Pero yo decidí no quedarme de brazos cruzados cuando, primero Uti y luego Aurelio, me propusieron participar acompañando al que llamaremos por su apodo Forrest, a su paso por Villafranca de los Caballeros. Había muchos factores en contra, tuve turno de noche, por lo que tendría que correr sin dormir, acababa de salir de una lesión en el gemelo y los kilómetros entrenados hasta ahora eran insuficientes como para ponerme a rodar hasta Consuegra. Pero, como digo, preferí saltar al ruedo y hacer lo que más me gusta: correr, y hacerlo acompañado de Forrest. Pare conocer mejor su proyecto y leer sus crónicas, entrad a su blog: http://forrest20.blogspot.com.es/ Pocos minutos después de la hora prevista, diviso a lo lejos al grupo de corredores formado por Forrest, Uti y tres ciclistas alcazareños. El recibimiento y primeros ánimos lo dan Mónica, Rosa y su niña, es un buen comienzo. Tras las presentaciones partimos en busca de Antonio, uno de los jefes de Forrest en Onil, al que encontramos en la Avenida San Marcos. Un vano e insípido paso por el pueblo, en el que la falta de información ha sido la causante de que nadie nos esperase, nos hace charlar tranquilos y elegir el camino para llegar a Camuñas. Preferimos superficie de tierra, ya que el asfalto destroza a los corredores a paso acelerado. Junto a la ermita de San Antón, nos espera la comitiva de despedida, formada por mi padre y algunos amigos de los que se juntan en la fragua de Amador para charlar a diario y “resolver la crisis”. Sus aplausos nos dan la energía suficiente para encarar los 9 kms que nos separan de la vecina localidad. Como no podía ser de otra manera, Uti, en lugar de quedarse, decide acompañarnos, y es que con poco que le he “pinchado” ha sido suficiente para convencerlo ¡eres todo un ejemplo!. Gracias a los relatos de sus carreras y experiencias, nos plantamos en el pueblo de Francisquete sin darnos cuenta. Aquí nos esperan los alumnos del colegio en una ruidosa y calurosa bienvenida. Chocan nuestras manos y gritan ¡tu si que vales! Y no les falta razón. Nuestra escolta ciclista termina aquí su recorrido; abrazos de despedida y agradecimientos de todos por su compañía. Hacemos una parada técnica para las fotos y el avituallamiento y Forrest se dirige a los congregados para agradecer su apoyo emocional, y tras unos minutos, volvemos a nuestro recorrido, ahora escoltados por un grupo de corredores de Madridejos que nos han arropado, literalmente, hasta llegar a su pueblo. Gracias a estos amigos el camino se hace menos duro, ya que uno de ellos, el más ‘grande’ (perdona por no recordar tu nombre), se ha colocado en cabeza, tragándose todo el viento que, con fuerza, nos daba de cara. Aquí he aportado mi granito de arena, ya que, como yo tampoco soy precisamente pequeñito, colocado al lado de nuestro compañero, formábamos una pared humana que podía aprovechar Forrest para ser menos castigado con el viento. A pocos metros de Camuñas también se ha unido al grupo Isidoro, un corredor de Consuegra que hizo el domingo el Maratón de Madrid en un excepcional tiempo de 2 horas y 44 minutos. Chistes, anécdotas y enseguida vemos el coche de protección civil y de Policía Local de Madridejos. Nos escoltan con la sirena y con música hasta el pueblo, en el que, de nuevo, un nutrido grupo de niños nos espera y acompaña hasta la plaza del Ayuntamiento, en la que su Alcalde y alguna madre de la Asociación AFANION, nos saludan y agradecen el desinteresado esfuerzo. Enseguida partimos para afrontar el último tramo de la jornada, ahora con más compañía, ya que varios paisanos se nos han unido en Madridejos. Nada más comenzar, una de las chicas ha chocado inevitablemente con una señal de tráfico y comienza a sangrar por la ceja derecha. Gracias a Dios, la herida es leve y no le impide continuar la marcha, que apenas había empezado. Se me ocurre que a estas alturas debo estar ya con las reservas por los suelos, así que saco mi bote con gel casero que llevo en el cinturón. Le ofrezco a Uti, que le gusta una barbaridad, y es que este hombre es, como aquí decimos “muy galgo” (goloso) y yo apuro el resto. Pocos kilómetros más adelante comienzo a notar los primeros síntomas de fatiga que, para mi desgracia, llegan en forma de pájara. Bajo el ritmo, aprieto los dientes, y comienzo a poner la mente en funcionamiento para superar este mazazo. Recuerdo a mi compañera Montse, que hace un mes perdió a su padre y esta mañana, emocionada, me daba dinero para que lo ingresara en la cuenta de AFANION. Este gesto fue una de las causas por las que decidí no parar en Madridejos, que es hasta donde yo había aportado mi donativo (1 euro, 1 km) y continuar hasta Consuegra. También Cristina, la esposa de Miguel Ángel Rodríguez (conductor del coche de apoyo) me dijo que no importaba la cantidad que aportara, que agradecerían enormemente la compañía, por lo que, a pesar de las dudas en cuanto a mis fuerzas tomé la decisión de acabar con Forrest. Pero no todo estaba de mi parte y las fuerzas me fallaban a pasos agigantados, no como los míos, que cada vez eran más cortos y pesados. Enseguida, otro vehículo de apoyo, conducido por un profesor natal de Urda, me dice que suba, a lo que, por supuesto, me niego. No tardo en arrepentirme de mi decisión y cuando veo que voy a caer al suelo porque ya ni de pie me tengo, le digo que pare, que si, que me subo. En cuanto me siento los calambres hacen acto de presencia, me retuerzo, estiro, me hidrato, alzo la cabeza y veo que ya estamos en Consuegra … ¡pare, que yo me bajo!. No puedo hacer esto, llegar en coche, mientras los demás corren ¡no puedo!. Cruzamos parte del pueblo, el río Amarguillo, que antaño se llevó la vida de cientos de personas al desbordarse por causa de las fuertes lluvias y enseguida accedemos a la calle que da a la Plaza del Ayuntamiento. Se me ponen los pelos como escarpias al ver la cantidad de gente que hay congregada, gritando, aplaudiendo y no puedo reprimir unas lágrimas al cruzar el arco que indica el final de la etapa y fundirme en un abrazo con Forrest, José María, que nos agradece, uno a uno, el haberle acompañado. Regresamos al pueblo con, mi padre, que nos ha acompañado durante toda la jornada, emocionado por el gesto que, gente sencilla, gente anónima como yo, ha realizado. Pero el verdadero gesto, el gran esfuerzo, es de Forrest, que a pesar de que haya quien crea que es alguien que viste con capa de superhéroe y máscara, realmente se trata de una persona sencilla, amable y con un corazón que no sé como le cabe en el pecho. Poco más que contar, chuletón de ternera al llegar a casa, ducha y a la cama.

domingo, 22 de abril de 2012

I Trofeo Juan Puche, subida a la Antigua, Mora (Toledo)


Todavía sin fotos ni clasificaciones me aventuro a contaros, eso si, brevemente, la carrera que nos ha llevado hoy hasta la vecina localidad de Mora.
La cercanía y la gratuidad de la prueba nos animó a inscribirnos a unos cuantos laguneros, dícese: Antonio, Uti, Javi (Romo) y el que suscribe; también nos ha acompañado nuestro amigo jienense afincado en Alcázar, Gregorio. Al buscar información sobre la prueba, encontramos que su primera edición se celebró en septiembre del 78 y que en esta ocasión, la carrera empezaba en la ermita y bajaba hasta el pueblo, algo que, sin lugar a dudas, a más de uno hoy le hubiera gustado repetir, en vez de tener que subir hasta allí arriba para bajar de nuevo. Después no he podido averiguar cuantas ediciones se han celebrado, lo digo por lo de "I Trofeo Juan Puche".
A primera vista, la ubicación y la logística desplegada nos hace prever una buena carrera; la iglesia, la plaza del Ayuntamiento, calles cortadas y señalizadas, muchos voluntarios, fluidez en la recogida de dorsales y nuevas inscripciones ... muy buena imagen.
Ritual pre-carrera, pis, despojo de ropa, pis, calentamiento, pis y a la línea de salida. La salida la da el homenajeado Juan Puche, de viva voz y, como decimos por aquí, la gente sale 'escopeteá', vamos, que si no es por mi buena embregadura, me llevan por delante. Voy acompañando a mi hermano, que el viernes confesó su intención de llegar antes que yo a meta. Un pacto de no-sangre de última hora apacigua nuestras ansias de correr deprisa, por lo que pasamos el km 1 en 4'22.
Para el 2º km ya empieza a empinarse el terreno, así que bajamos a unos 4'40. Antes de llegar al 3º Antonio me dice que su isquio le está dando un toque de atención, que si me veo bien, que siga yo para arriba; y así hago, tratando de regular mi ritmo comienzo a adelantar a una veintena de corredores antes de coronar el cerro de la ermita. La bajada es demasiado rápida para mi, pasitos cortos y rápidos, pero de forma inevitable se me va cargando el cuádriceps de la pierna izquierda. No hay problema, para lo que queda, no pienso sufrir lo más mínimo ... bueno, a la que me descuido voy a 4' pelaos el mil, como se nota la bajada!!
Antes de entrar de nuevo al pueblo vuelvo a adelantar a más gente y ya en Mora, no puedo resistir acelerar para llevarme a otros dos que me preceden unos 20 metros. La plaza está abarrotada de público y los aplausos se agradecen un montón. Paro el casio en 31:09, sacando una media de 4'30'' el km, cosa que para mi estado de forma y teniendo en cuenta la lentitud de la subida, no está nada mal.
La parte negativa de la prueba llega aquí, tan solo una miserable lata de refresco al terminar (con gas, con lo mal que me sienta). Bueno, no iba a ser todo perfecto.
Poco después de mi entra mi hermano, algo dolido con su isquio (y con no poder ganarme, claro jeje). El resto, por supuesto, han acabado delante de nosotros y ya están esperándonos para quitarnos la camiseta y rodar unos minutos para lo que llamamos "soltar piernas".

Clasificaciones y más fotos: http://trofeojuanpuche.blog.com.es/

martes, 17 de abril de 2012

XXIV Carrera del Porvenir, Alcázar de San Juan

Varios acontecimientos han sucedido desde la carrera de Quintanar. Centrándonos en los, hasta ahora protagonistas de mis últimas entradas, más bien poco que contar; se entrena cuando los estudios lo permiten y se participa en carreras con la misma vara de medir, o sea cuando no hay exámenes a la vista.
La última ha sido en Alcázar de San Juan. Las categorías menores corrían minutos después de dar la salida a la "grande", así que nos perdimos todo el espectáculo de adultos para poder ver a nuestros chavales en acción.

Los primeros en participar fueron Ali y Juve. En esta ocasión se ha notado la falta de entrenamiento, con lo que Ali terminó con un gemelo por las nubes y Juve no quiso "castigarse", prefiriendo la compañía y la conversación de una participante de su categoría; al acabar confesaba que había ido de tranqui.


Como tuve que ir a la caseta de lesionados al terminar Ali, no pudimos ver tampoco a Paula, la cual finalizó 4ª en su prueba.
Los más veteranos cumplieron, como siempre. Uti encabezó la comitiva, parando el crono en un excelente 48:27, o sea, por debajo de 4' el km!! Antonio, mi hermano, acabó en 56:08, Jose (Coco) en 1:01:18 y Sara y Resurrección finalizaron los 12'5 kms en 1:06:03.

El que suscribe ha vuelto a calzarse las zapatillas ¡por fin! y esta vez tengo la determinación de ser más prudente y más continuo. Bueno, prudente, lo que se dice prudente ... me explico, el domingo pienso correr en Mora el I TROFEO JUAN PUCHE. Son aproximadamente 6'9 kms, los cuales transcurren desde Mora hasta la ermita de la Antigua y volver. Una pequeña cuesta que me evaluará físicamente. Para ello, comencé la semana pasada a correr a ritmo muy lento y pocos minutos. Hoy ha sido el día que más tiempo he estado, casi 55 minutos, en el parque, con Javi, Uti y Fito. El gemelo no se resiente, soy optimista. Mañana cuestas, por si alguien se anima.