domingo, 14 de abril de 2019

IX Cross Popular Patio de La Mancha, El Romeral abril 2019

El sábado 13 de abril, junto a mi compi Martín, nos desplazamos a El Romeral para participar en el cross popular Patio de La Mancha. No entraba en "mi calendario", pero viendo que seguramente no podré ir a Manzanares y atendiendo a la invitación de Miguel (vecino de El Romeral y organizador de la prueba), me animé a correr allí.

Como en la mayoría de las carreras, cada conocido al que saludaba me exponía sus males y dolencias; que si un esguince, que si no he entrenado, que si vengo a disfrutar de tranqui... yo también voy cansado, sin dormir y habiendo entrenado más de la cuenta estos días; pero como les contesto a todos: verás que paso pillamos cuando den la salida...
Tras un breve calentamiento con Martín, en el que me enseña parte del recorrido, nos vamos al molino del Gorrino para entrar en faena. Puntuales, empezamos con una subidita por pista de tierra al molino más alto. Aunque me he colocado casi de los primeros, llevo gente delante formando tapón; pero eso poco importa, ya que es preferible empezar la subida con calma y aprovechar el camino más ancho de bajada para ir tomando posiciones.
El primer descenso es por una senda estrecha y con algún giro que te obliga a frenar con ganas. Consigo sobrepasar a varios corredores en esta parte y, sorpresa, al volver a girar aparece de nuevo otra subida corta, pero también empinada. Pues nada, calma de nuevo y a subir despacito. Al volver a descender, una agradable brisa fresca nos da de frente, cosa que se agradece enormemente, ya que hoy la temperatura es algo más alta que los últimos días. Tengo justo delante a Maxi "Tachuela" y me pego a él para animarle. Unos 15 metros más allá me preceden tres corredores de mi categoría, Miguel, Luis y otro de naranja que tiene pinta de ser duro. Más delante va otro que también parece veterano, pero no lo se con seguridad. Entonces, a ver, uno, dos tres cuatro...y yo el quinto. Mal vamos si quiero pillar algo hoy...
Giramos de nuevo y el camino asciende ligeramente. Ahora la brisa viene de espaldas y nos ayuda, cosa que aprovecho para dar un cambio de ritmo, dejar atrás a Maxi y adelantar al de naranja. Bajamos otra vez, otro acelerón para intentar sacar unos metros. Pero ahora ya no hay viento y prudentemente, aflojo un pelín, no sea que el calor me finiquite antes de terminar la primera vuelta.
En el siguiente giro encaramos hacia el pueblo, por unos segundos van a perderme de vista los que me siguen (el de naranja), así que vuelvo a acelerar. Tengo a la vista a Luis y Miguel, pero aunque he acelerado no les recorto ni un metro.
Entramos al Romeral y comienza la subida más larga. Son unos 550 metros. La primera mitad es asfalto y pendiente suave, la segunda es la pista del molino, donde completamos la primera vuelta. En cuanto pillo esta última me doy cuenta de que voy al límite de mis posibilidades, tanto acelerón me está pasando factura, asi que, aunque me adelanten mis perseguidores, decido bajar bastante el ritmo. Unos metros antes de llegar a la parte más alta ya se me han pegado dos corredores a la espalda, uno de ellos me adelanta por fuera al girar y empezar a descender. Pero se ve que lo ha dado todo para pillarme y en cuanto empezamos a bajar lo vuelvo a superar. Llevo el corazón que se me sale por la boca, pero bajo igual que si me persiguiera el mismo diablo, quiero tomar una pequeña ventaja para la subida "sorpresa", en la que tendré que aflojar de nuevo si o si.
La táctica me sale redonda y aunque me han vuelto a dar caza, no pueden adelantarme. Bajamos de nuevo y acelero con ganas. Tengo cerca a Roberto Roldán, un auténtico galgo villacañero y pienso que si me pego a él me va a ir de lujo. Acelero otro poco y me pongo a su altura. Al percatarse de mi presencia me ofrece una botella de agua, la cual acepto con gusto y le devuelvo agradecido después de echar un trago.
Frenazo, giro a izquierdas y volvemos a subir. En este punto echo un rápido vistazo y analizo: Miguel va demasiado lejos y a toda pastilla, Luis algo detrás pero fuerte, no creo que pueda adelantarlo, el otro veterano desconocido ha desaparecido también por delante y el de naranja...ay el de naranja...me sigue a unos 20 metros sin desfallecer.
Me pongo delante de Roberto y antes de girar y volver a bajar, me sobrepasa de nuevo. Miro hacia atrás, creo que he adelantado unos metros más al de naranja, pero tengo que asegurarme bien, acelero y adelanto de nuevo a Roberto. Giramos de nuevo y tras tomar un breve respiro, doy otro arreón. Estoy en el último (y único) tramo más o menos llano de la carrera. En la primera vuelta iba por esa zona a 3'50", y en la segunda no puedo ir a más de 3'55". Ya faltan pocos metros y dejo de tomar referencias con el de naranja, entramos en el asfalto (subida) y trato de no bajar el ritmo. Roberto se me pega a la espalda y doy el último cambio de ritmo. Enseguida me doy cuenta de que no va a disputarme el puesto, ya que, como me comentó al acabar, al no pertenecer a la misma categoría, no merecía la pena darse ese último calentón.
Acabo la carrera en 26'29", con la incertidumbre de saber si seré el cuarto veterano B...pero por delante del de naranja :D. Son unos 6'4 km a una media de 4'10", me doy por satisfecho.
A continuación se celebran las carreras infantiles y una divertida mixta de relevos. Aunque me animan a participar, tengo que negarme, ya que me he empleado a fondo y no me quedan ganas ningunas de darme otro achuchón jeje.
Poco antes de irnos a la Casa de la Cultura para degustar unos aperitivos y un trago de zurra, Miguel me dice que he sido tercer veterano B, toma ya, menuda alegría!!


lunes, 8 de abril de 2019

XXXI Carrera Popular El Porvenir, abril de 2019

Ya tenía ganas de volver a correr en Alcázar. Llevo mucho tiempo sin hacer la media, y más todavía sin correr en el barrio del Porvenir. Pues por fin, ayer me quité la espinita. Lo cierto es que me hizo falta un empujón de mi compañero Miguel Ángel para inscribirme, si no es por sus ánimos, se me pasa la fecha y otra vez que me quedo fuera. El caso es que allí nos presentamos ambos ayer, coincidiendo con otro par de laguneros, Javi y Albertuki, y con muchísima gente conocida del mundillo de las carreras, entre ellos mi cuñado Rubén, mis compañeros Alfonso y Antonio ... y muchos más que no voy a poder nombrar, o no terminaría nunca.
La entrega de dorsal fue rápida, luego hicimos algo de tiempo subidos en el coche, ya que el airecito que venía te dejaba helado. Tal era que decidí correr con dos camisetas, manguitos y guantes.
Tras un corto calentamiento, nos vamos a buscar sitio bajo el arco de salida. Está "petao" y me voy por la acera lo más delante posible. No dejo de mirarme las pulsaciones; están algo más altas de lo normal, supongo que serán los nervios del principio, ya que por muchas carreras que lleve, siempre salen a relucir antes del inicio. Me tranquiliza saber que voy bien entrenado y bien descansado.
Cuenta atrás, disparo y salida. Muchos corredores más lentos se han puesto delante y no queda más remedio que aguantarse o adelantar por las aceras. Así voy más de un kilómetro. Pero en cuanto llega el tramo de tierra, se ha estirado mucho la carrera y todo es más fácil.
A estas alturas, y como era de esperar, ya me sobran camiseta, guantes y manguitos, pero ahora no queda más remedio que joderse y tirar con ello. A pesar de ser un circuito con suaves desniveles, voy llevando una media muy cercana a los 4 minutos por kilómetro con relativa comodidad. A partir del 4'5 la cosa se complica, hay una subida hacia el merendero de los molinos.
Conozco bien la cuesta, la he subido muchas veces con la bici y se que los últimos metros son los más empinados, así que voy regulando desde el principio, para poder darlo todo hasta arriba. Durante toda la carrera tan solo me adelantan dos corredores, uno en el km 3 y el otro que de naranja de la foto (al final pude adelantar a este último antes de meta). Justo cuando estoy llegando a la parte más alta, que es donde se encuentra el avituallamiento, adelanto a María Victoria (tercera mujer en meta). Al saludarla me pide que le de una botella de agua, y engancho una para cada uno. ¡¡Un sorbo rápido y a bajar!!
Si la subida es chunga, cuando tienes que ir frenándote para no estrellarte contra el asfalto bajando, es casi peor. Durante bastantes metros se me va cargando toda la musculatura del cuerpo, hasta que llega un punto menos empinado y por fin puedo alargar la zancada y dejarme llevar.
Esta parte dura bien poco, ya que enseguida toca subir el puente que cruza la vía del tren... es un suplicio, llevamos 6'5 km y voy extenuado y dolorido. Por un momento pensé que lo iba a pasar realmente mal. El lado bueno es que no me cuesta respirar, que en el asfalto se tracciona mejor y que en el casco urbano el viento apenas va a molestar.
Durante la bajada noto que un corredor de amarillo se ha puesto a mi lado, se ve que tengo la complexión perfecta para que los demás se aprovechen yendo a rebufo. Miro de reojo y calculo que será poco mayor que yo... ya empezamos... mira que se de sobra que hoy no hago podio, ni de lejos, ya que hay unos galgos en mi categoría que no los pillo ni por asomo... peeeerooo la vena competitiva me puede y si alguno de "pelo blanco" se me pone a tiro o trata de adelantarme, aquí el que suscribe aprieta los dientes y acelera lo que haga falta.
Pues nada, otros tres veteranos a unos 10 metros por delante. Acelero. El de amarillo sigue a mi lado. Regulo el ritmo, nadie me adelanta. Esto se pone interesante.
El km 8 lo pasamos por debajo de 4'. Me cuesta mantener el ritmo hasta el km 9, y ronda por mi cabeza frenarme un poco y dejarme llevar hasta meta. El caso es que no recuerdo si bajé o no el ritmo, pero ninguno de los que he adelantado, ni el de amarillo, me sobrepasan (pero están ahí, lo se, les escucho sus pisadas jeje)
Unos 200 metros después del km 9 empiezan las hostilidades. El de amarillo acelera, aprovechando que vamos a adelantar a otro corredor más joven, y toma el lado cerrado de la calle para ganar la posición antes. Mi cabeza me dice que si se coloca delante yo voy a hundirme y mis piernas me dicen: acelera pitorra, aunque sea por el exterior, corre y sigue delante!!
Dicho y hecho, empiezo a acelerar, sigo por delante. Voy tragando bocanadas de aire por donde puedo, nariz, boca, orejas... aguanto unos metros más y al fondo distingo el arco de meta. Sin pensarlo dos veces empiezo a darlo todo. Hay otro corredor veterano por delante, va rápido, pero no tanto como yo. Lo sobrepaso poco antes de llegar a meta y detengo el crono el 40'45", por delante de los otros viejunos que me han acompañado.
Lo gracioso del tema es que ninguno de los que iban conmigo, o de los que adelanté cerca de meta, eran de mi categoría... pero, y lo bien que me lo he pasado??
El último acelerón me dice que soy capaz de ir más rápido durante más tiempo. Habrá que correr una más llanita y probar a ver...
Por cierto, Miguel, la cervecita de después me dio la vida jejeje, en Manzanares repetimos ;)