sábado, 9 de diciembre de 2017

XXII Cross de la Constitución, Alcázar de San Juan, 2017.

    Para tratar de mantener la “chispa competitiva”, decido volver a participar en el Cross
de la Constitución que se celebra anualmente en Alcázar de San Juan. No soy crossero,
me va más el asfalto, pero tener al lado de casa una prueba que, además es gratuita, y
disponiendo del día libre, es una oportunidad que no se debe dejar escapar.
    Acudimos varios compañeros del club, también viene Ali, que participará después, en
categoría senior femenina.

    La mañana es especialmente fría, tenemos que hacer un buen calentamiento para
prevenir lesiones, así que acompaño a Ignacio y damos una vuelta completa al circuito
aumentando poco a poco el ritmo. Desde la primera zancada noto excesivamente duras
las zapatillas, no soy capaz de correr con buena técnica, cosa que achaco al terreno,
arena compactada y césped. No tengo el agarre que proporciona el asfalto, pero,
sabiendo que en esta plaza no me voy a acercar a los puestos de cabeza en mi categoría,
es algo que no me preocupa en absoluto, de hecho, voy relajadísimo a la salida, casi de
más…
    Ignacio, ambicioso, se coloca delante. Fillo se queda un rato charlando conmigo, pero
luego va a buscarlo. No veo a Javi ni a Alfonso, ni a Josué. Juanan, nada más dar la
salida, se pone a mi lado “voy contigo, que me traes suerte”, me dice jeje. A ver si es
verdad y te sale una buena carrera!!

    Curiosamente no me parece que el pelotón haya salido demasiado rápido,
exceptuando la cabeza, claro. Así que voy muy cómodo los primeros metros, sin
adelantar y sin que nadie me adelante. Pero tras los primeros giros ya me toca ir
esquivando y rebasando atletas “gaseosa” (de los que salen mucho más rápido de sus
posibilidades). El frío también hace que se me caiga la cinta del pulsímetro, así que, a la
primera de cambio me la quito y se la paso a Uti, que desde un rinconcito soleado nos
anima y hace algunas fotos.
    En un primer vistazo localizo a Ignacio por delante, detrás Alfonso, luego Fillo y su
hermano Javi, detrás Juanan y yo. A Josué no lo localizo. El pelotón se va estirando y la
ventaja de mis compañeros aumenta poco a poco.
    Pasado el primer kilómetro noto que Juanan no me sigue. No puedo hablar de ritmo
con exactitud, ya que en el parque Alces no se recibe muy bien la señal del gps y los
datos que arroja son erróneos, pero calculo que voy ligeramente por debajo de los 4
minutos el mil. Unos metros después, veo que tengo a tiro a Javi, y tras la primera
vuelta, que paso en 7’47”, lo alcanzo.

    A Ignacio casi no lo veo ya, Fillo está cerquísima de Alfonso y Javi se pega a mí,
parece que haremos las próximas vueltas juntos. Me planteo mantener el ritmo de la
primera vuelta, ya que así debería ir comiendo terreno a Alfonso. El día de antes
bromeaba diciéndole que iría detrás todo el rato, para luego adelantarle en la última
recta, estaría gracioso que se cumpliese mi premonición… Pero a pesar de ir rápido, no
recorto ni un centímetro. Va unos 50 metros por delante, con paso firme.
    Conforme va acabando la segunda vuelta, calculo mentalmente el crono con el que
debo pasar para llevar el mismo ritmo que en la primera. Pues 15’34”, leche, lo he
clavado!! Y lo mejor de todo es que, a pesar de ir con la respiración forzada por la
congestión, muscularmente me encuentro muy bien. Toca acelerar un pelín y hacer
algún cambio cuando no haya giros…

    Sin mirar atrás, percibo que Javi sigue a mi lado. Le hago el primer cambio y parece
que responde con facilidad. Adelantamos a varios corredores, llegamos al último
kilómetro y antes de llegar a una zona de giros, vuelvo a cambiar. Pero la jugada no me
sale tan bien como había planeado. Cuando pisamos el césped me noto sin fuerzas,
aflojo el ritmo y Javi se pone delante. Ahora es él quién acelera y yo veo imposible
seguirle, no puedo respirar bien, aunque las piernas responden sin problemas.

    Enseguida alcanza a Alfonso. Yo voy unos 15 metros detrás de ellos, y se
perfectamente que no podré cogerlos. En un giro a derechas en el que los pierdo de
vista, decido tomarme un respiro y no agobiarme. No nos estamos jugando nada, y mi
ansia competitiva se va apagando. Termina la curva y ahí están, ahora más cerca.
Acelero todo lo que puedo, pero no los pillo…
    Termino con un crono de 23’09”, o sea, que la tercera y última vuelta ha sido la más
rápida con diferencia. He mejorado el tiempo del año pasado en más de un minuto,
corriendo esta vez a 3’49” de media los 6060 metros de la prueba. Estoy más que
satisfecho y muy contento con mi compañero Alfonso, que lleva una progresión
espectacular.
    Alicia corre unos minutos después. En su categoría dan dos vueltas, y que podré darle
ánimos mientras participa. Como siempre, se toma la salida con calma, junto a Paula,
llevando a muchos atletas por delante en el primer kilómetro. Pero ella, con ritmo
seguro, va adelantando muchos puestos, sobre todo en la segunda vuelta. Termina muy
contenta, aunque muertecita de frío…

lunes, 30 de octubre de 2017

Socuéllamos 2017, 10 kilómetros de felicidad.

    No lo he podido evitar, la mejor palabra que define mi carrera de ayer es esa: felicidad. Y es que romper ciertas barreras nos hace felices a los corredores. Una de ellas es la de los 40 minutos en el 10K, a ser posible, homologados, como los de Socuéllamos.
    A mediados del mes pasado, cuando corrí en Herencia, ya lograba encontrar buenas sensaciones y la contunuidad y el haber parado apenas unos días por un gripazo, han dado por fin sus frutos. Unos frutos que se me estaban resistiendo desde hace tiempo, pero que, con suerte, seguiré cosechando.
    Empiezo, como siempre, contando el objetivo que llevaba en mente. Tocaba hacer de liebre, sin desaprovechar un buen resultado, en caso de que no fallasen las fuerzas.
    La gran progresión de Juanan nos hizo apostar por él, para marcarnos un 39 y pico. Alfonso también se apuntaba, aunque ya ha logrado romper esta barrera, en Tomelloso. Y cerrando el grupo de "elegidos" Uti e Ignacio. Mejor imposible.
    Tras un buen calentamiento con Rubén, me voy a la salida a buscar al resto, pero no hay manera. Ellos han calentado por un sitio y yo por otro. En el último minuto localizo a Juanan, están muy delante, y con gestos, le digo que salgan sin mi, que ya los pillaré en cuanto pueda. Confío en que sigan las pautas que acordamos: al menos el primer kilómetro a 4', luego aceleramos...
    Nada más dar el pistoletazo me entran las prisas, el pelotón se alarga rápidamente y mis compañeros se alejan a un paso endemoniado. Voy sorteando atletas por un lado, por otro, a alguno casi que me lo salto ... en fin, que el primer mil, que es un pelín cuesta arriba, ya me sale a 3' y pico. Isidro ha salido a mi lado, pero con mi temerario comienzo, ha preferido dejarme a mi aire.
    Antes de llegar al segundo kilómetro les doy alcance y trato de ponerme delante, al lado de Uti. Pero el amigo Alfonso no cede ni un centímetro, va en cabeza, tirando como un poseso. Curiosamente, siempre vamos en grupo con otros corredores, no ha sido nada fácil adelantar posiciones en las calles de Socuéllamos.
    Para no aburrir demasiado, voy a omitir tiempos, ya que, aunque el Garmin pitaba casi con total precisión en las marcas de la organización, al final me dio un error de 70 metros, y yo soy demasiado tiquis miquis, no me gusta dar datos sin ser del todo correctos.
    El caso es que, a sabiendas de que iba a pagar el esfuerzo extra del principio, tomo valiente mi papel de liebre, jurando llegar lo más lejos posible para que mis compañeros consigan su objetivo. Poco después del segundo kilómetro Ignacio reacciona. No le cuadran los tiempos para bajar su marca y opta por tirar algo más fuerte que nosotros. Un empecinado Alfonso, en lugar de ponerse "a rueda", le sigue con todas sus fuerzas. Y nosotros detrás. Incluso hay veces que adelanta a Ignacio para hacer de punta de lanza. Aunque yo le echo la bronca, he de admitir que si no hubiera sido por su coraje en estos tramos, el crono habría sido algo más lento. Seguro.
    Debió de ser por el tercer o cuarto kilómetro cuando se quedó Juanan descolgado. Y, despistado de mí, no me di cuenta hasta al menos, el quinto. En mi defensa diré que bastante tenía con tratar de seguir al resto. 

    Hay una calle en este pueblo, concretamente la Calle Santiago, en la que siempre me vengo abajo en la segunda vuelta. Ya había tenido que quedarme atrás en una o dos ocasiones, a punto de rendirme, pero es aquí donde me lo planteo seriamente. Voy con la respiración forzada y dudo de mis fuerzas. Volvemos a ponernos en fila india. Voy cerrando el grupo, y cuando otro corredor me supera y se coloca a la estela de Uti, es cuando aprieto los dientes y me digo a mí mismo que no, que no voy a dejarlos ir sin más, tengo que sacar de dentro lo que quede y pelear para lograr un buen crono.
    Pasamos el 8 y pierdo de vista a Alfonso. Se queda algo rezagado. Me pongo al lado de Uti y en un tramo favorable del asfalto pega un grito desgarrador ¡ay!. Se ha lesionado el abductor. Me freno un poco con él y le pido que pare o siga andando, que no agrave la posible lesión, pero ni me contesta, sigue corriendo. Entonces pienso que si acelero es posible que desista de ir rápido, mi intención es ayudar, y conociéndolo, seguro que si trato de frenarlo me llevo un "pescozón".
    Doy un apretón fuerte, alargo la zancada y pillo a Ignacio. Le doy la última novedad y veo que estamos llegando al noveno kilómetro. Animo al presi a seguirme y venga, el que pueda que tire.
    En estos últimos metros adelanto a muchos corredores. No doy crédito a la velocidad que voy y solo espero ser capaz de mantenerla hasta meta y no caer desplomado antes...
    Último esfuerzo y cruzo la meta. Es una muy buena marca para este modesto corredor. Tras de mí llegan el resto de laguneros. Rápidamente nos vamos con Uti a enfermería, es la prioridad.
    Ahora toca un pequeño cambio en los entrenamientos y llegar a las San Silvestre a tope. En la página de carreras Ciudad Real tenéis resultados y más fotos.

lunes, 25 de septiembre de 2017

41ª Carrera Popular Villa de Herencia, 17-09-2017

    Carrera que me gusta incluir en el calendario que, por una u otra razón, apenas puedo participar. Normalmente nos pilla en fiestas en el pueblo, aunque eso no es excusa (al menos para mí). Mi ausencia suele ser por alguna inoportuna lesión. Y una "lesión" es lo que ha hecho posible este año que la corriese, ya que tenía previsto un viaje para esa fecha y un pequeño accidente de un familiar hizo que nos quedásemos en casa. Triste por un lado, pero me consuelo con correr.
    Somos 5 laguneros los que participaremos en la prueba absoluta, David, Alfonso, Isidro, Juanan y yo. Además, Krystian dará la primera vuelta con nosotros, ya que en su categoría se hace solo la mitad de este cirucuito a dos vueltas(por supuesto, ganó).
    En el corto trayecto que nos separa de Herencia, decido acompañar a Juanan e Isidro, les haré de liebre. Nada más aparcar, aparece Alfonso, con el que no contábamos, y también se suma al grupo. David, a pesar de estar recuperándose de una lesión en el gemelo, dice que cerrará el pelotón lagunero. Vamos, que correremos todos juntitos.
    Hacemos un buen calentamiento. Yo no me veo con muy buenas sensaciones, pero conociéndome, sé que tampoco son malas. Hasta que no arranquemos no sabré exactamente lo que puedo dar de sí.
    Me han pedido una media de 4'10" aproximadamente (4'15" en realidad, pero están muy bien de forma y hoy vamos a marcarnos un buen crono). Durante la primera vuelta voy sujetando siempre a Alfonso, va desbocado, y cada pocos centenares de metros tengo que decirle que se pegue a mi lado, que no se adelante y nos parta el ritmo. En fin, que con mucho trabajo (para no ir más rápidos) pasamos el kilómetro 5 en 20'45", a 4'09" el mil, dentro de los límites que yo había planeado.

    Aquí, David e Isidro comienzan a quedarse unos metros atrás, y es que el paso por el parque penaliza si no aflojas, ya que en la arena hay que esforzarse un poco más.
    Mis sensaciones son estupendas, hemos ido hablando todo el rato, haciendo gracias y sacándo cálculos anticipados del tiempo final (que, por cierto, no atiné); y ahora Alfonso y Juanan empiezan a mostrar sus verdaderas cartas. Se ponen delante y aceleran. Enseguida les advierto "váis muy rápidos", pero ellos asienten y siguen igual. Les voy cantando el ritmo de vez en cuando, Juanan se anima cuando le digo que va a hacer marca personal con toda seguridad y desde el km 7 empiezo a sufrir.
    Hasta aquí había llegado bien, pero ahora mi respiración es muy forzada y un pequeño molestar abdominal, signo inequívoco de que vamos deprisa, hace acto de presencia. Por unos momentos dudo si seguir con ellos o aflojar y quedarme con Isidro, al que voy buscando puntualmente en algunos giros y calles con pendiente, pero, bien conocedor de mis posibilidades, decido continuar y dar lo necesario para que hoy salga una marca decente.
    A falta de poco más de un kilómetro, me pongo en modo "combate" y tomo el control del grupo. Juanan se queda a mi lado y Alfonso unos metros (pocos) detrás. Entramos en el parque y mantenemos la velocidad. Tras el giro de 180 grados, aceleramos un poco más para tratar de arañar algún segundo al crono. Por un momento Juanan se despista y casi se sale del circuito, menos mal que yo iba algo más centrado y contesto rápido "¡por aquí!" cuando esquivamos una farola y me pregunta "¿por dónde?". Último arreón, me quedo sin fuerzas y en la salida del parque aflojo, hoy no soy yo el protagonista, le toca a mi compi llegar delante, parando el crono en 40'30" ¡menuda segunda vuelta!. Yo paso tres segundos detrás, Alfonso diez después, Isidro en 41'12" y David en 41'25", mejor imposible.
    A lo tonto, mi mejor marca del año en 10k y buenísimas sensaciones para la media de Alcázar...¿volveré a ver buenos cronos de nuevo? quién sabe...
Gracias a FOLBAP por las fotos.


martes, 29 de agosto de 2017

XXI Carrera Popular Las Lagunas de Villafranca, 27-08-2017

    Primer M.I.L.*
    Los nervios se hicieron con su lugar en el estómago después de Criptana. Hasta que no cruzase la meta en Villafranca, ahí estarían dando por saco. Ya soy veterano en carreras, pero cuando es en casa, esta sensación se apodera de uno como si fuese novato.
    La semana de tapering tampoco fue como yo hubiese deseado. Diversas ocupaciones me restaron tiempo de los entrenamientos; aunque, a carro pasado, puede que me viniese hasta bien.
    El sábado por la mañana acusaba cierto cansancio desde que me tocó transportar los plátanos del avituallamiento post carrera. Comentaba con Ignacio que las cajas se hacían pesadas para llevarlas desde el coche hasta su lugar en el pabellón, y aunque fueron pocas, me dejaron flojísimo. Poco después nos iríamos a cargar el camión con los regalos del sorteo, agua, y demás logística. A última hora de la mañana, etiquetar y llevarnos las casi 600 longanizas de Inzaji's, con mi hermano y el amigo Casero.
    La tarde no fue más tranquila. Me he abonado a la brocha y junto con Juanan, Krystian y Ali, pintamos el recorrido y algunas palabras de ánimo.

    Dos tilas para dormir no fueron suficientes. Con más sueño que una cesta de gatillos, acudo al café con los compañeros laguneros al bar de mis cuñados Use y Ali. Tampoco me hace el efecto que deseaba y todavía sin ganas de nada, empezamos a colocarlo todo en su sitio, vallas, mesas, sillas, arcos, cinta, carteles... falta más de una hora para nuestra carrera y no puedo con mi alma.
    Los andarines ya casi están dispuestos para salir, también comienzan a llegar los primeros corredores para recoger su dorsal, toca espabilar de una vez. Son muchos los amigos y conocidos que se me acercan para saludar y nada más dar la salida de andarines, me escabullo para vestirme de guerrero.
    Entre saludos e indicaciones a los que piden ayuda, me dan las diez menos cuarto...y sin calentar. Aprovecho el último abrazo a mi amigo José, con el que corrí la Media de Madrid, y me lo llevo conmigo a calentar, así podremos ponernos al día y contar nuestras inquietudes para hoy. Él irá en grupo, rodaje controlado que entra en la preparación de su primer maratón. Le doy algún consejo de este modesto maratoniano y rápidamente a posar para la foto del club.
    Julián, nuestro alcalde, da la salida puntual. Voy bien colocado, en puestos muy delanteros. Procuro llevar el ritmo del grupo, aunque sé de sobra que es demasiado rápido (los primeros metros son criminales), ya habrá tiempo de abrirse en el primer giro y poner la marcha adecuada.
    Por fortuna, me he puesto al lado de Uti. Quiere ir a 4' aproximadamente y eso me viene genial para los dos primeros kilómetros. Mi objetivo es claro, quiero ser el primer M.I.L.* (luego traduzco), y para ello hay que llevar una estrategia de carrera muy definida. Tengo dos rivales directos muy duros, Javi (el Rapi) y Matías. No veo a ninguno de ellos hasta que salimos al camino de las lagunas.
    El primer kilómetro lo hemos pasado más o menos en el ritmo previsto, justo por detrás de JuanJe y Jesús Maroto. Nada más tomar dirección a las lagunas nos adelanta Andrés Camuñas, otro duro competidor. No puedo evitar acelerar y preguntarle el año de nacimiento (1974), para volver a refrenarme más tranquilo ahora, al saber que está en otra categoría.
    Segundo kilómetro con Uti (pero cómo me gusta su compañía!!) en 8 minutos exactos. Ahora diviso unos 50 metros por delante al que parece ser Matías. Comienza la subida a San Isidro y la locomotora Alfonso nos adelanta sin piedad alguna. Por un lado me disgusta que mis compañeros vayan por delante, pero por otro, me alegro un montón de verlos tan fuertes. En el caso de Alfonso... a ver cuánto dura ahí delante...jejeje.
    Bajamos y llegamos al avituallamiento. En el último segundo decido no coger agua, mala idea. Menos mal que se me acerca Jesús M. y me ofrece su botella. Agradecido, le doy un sorbo y se la devuelvo. Pasamos el tres en 12'08", todo correcto. Uti me confirma que "el que va de negro" por delante es Matías. Le hemos comido unos metros y ahora, en el asfalto, nos acercamos más deprisa todavía. Contesto que voy a guardarle la distancia unos minutos, y justo en ese momento, no sé si Uti cambió de ritmo, o yo perdí el mío, el caso es que empiezo a quedarme detrás y no me veo con fuerzas para seguirle. Enseguida gira la cabeza y me hace señas, pero no me van las piernas como deberían. Tengo un jodido momento de debilidad, las dudas comienzan a venir a mi cabeza, quizás todo el cansancio acumulado esté ahora pidiendo a gritos que me pare. El trayecto que va desde el km 3 hasta la entrada a la arena se me hace eterno.
    Nada más pasar al recinto lagunar comienzo a buscar entre los corredores que llevo detrás a mi otro rival fuerte. No pierdo demasiado tiempo, ya que lo llevo pegado a mis talones. Mientras busco la parte más firme y con menos pendiente para correr, me veo ligeramente desplazado y doy un traspiés, hundiendo el pie derecho en la arena más blanda. Otro esfuerzo extra para no perder el equilibrio y caer al suelo.
    A pesar de la tormenta que he empezado a soportar, con tantos factores en contra, mi parte testaruda se impone, no soy de los que tiran la toalla facilmente. Cuando se ensancha el circuito doy alcance a Matías. Enseguida le pregunto (tratando de hacerle parecer que voy fresco) qué tal va, y me contesta con voz entrecortada ¡jodido!, claro "así vamos todos" le replico PAUSA, FOTÓGRAFO:
    Por dónde iba?? ah, si, vamos mal, pero yo voy a cambiar de ritmo (puñalada psicológica que hunde al rival). Me cuesta horrores, pero acelero. Veo muy cerca a Alfonso (no, si ya decía yo), lo adelanto y le digo "chin pun", me contesta lo mismo jajaja fue un momento muy divertido.
    Salimos al asfalto y pongo la directa. Tengo que ir fuerte hasta el kilómetro 6 si quiero adquirir una ventaja preciosa. Pero poco después de pasar por Las Banderas me vuelve a dar otro bajón. Menos mal que ahora también he alcanzado a JuanJe, que, al verme, se ha frenado, ha esperado que me ponga detrás y ha vuelto a acelerar. Llego al 6 en 24'38". Mi compañero coge agua, me pasa la botella, bebo, se la devuelvo, bebe y me echa el resto por la cabeza, tira de mí hasta San Isidro y se vuelve a frenar para dejarme bajar solo por delante. Desde luego, hoy tengo una suerte con mis compañeros que no me la merezco. He pasado de ir hundido en la miseria a llevar la moral a tope gracias a ellos.
    El regreso a Villafranca lo planteo así: motívate cazando a los que van por delante y controla a los que te siguen. Andrés Camuñas, lo adelanto. Giro la cabeza y veo un grupo de laguneros buscando guerra, acelero. Otros dos corredores en el km 7, los adelanto, 28'40". Uti por delante, David el fisio con él, a ver si los pillo.
    Giramos en la calle el Pez, Uti ha desaparecido como por arte de magia (bueno, en realidad yo sé que le gusta hacer un último mil muy fuerte y el resultado se ha notado). Llego al 8 en 32'42". Miro de nuevo hacia atrás, los laguneros siguen ahí. Comienzo el último kilómetro ya desfondado y rogando para que no se me aparezca ninguno de ellos y tenga que esprintar al final. Mi vecino León aplaude y me manda ánimos. En el cruce con mi calle están las vecinas, les grito y me aplauden (estas cositas cargan las pilas). Tuerzo hacia San Marcos, voy mirando todo el rato atrás, igualito que Fermín Cacho (pero mucho más lento, claro). David el fisio ha dejado de ser objetivo, no tengo fuerzas para pillarlo.

 
 Encaro hacia meta y la gente que me conoce comienza a gritar mi nombre. Doy un último acelerón (hay que mantener el tipo, queda poco) y acabo en 36'27" reales (36'30" oficiales).

 
    Objetivo cumplido, primer M.I.L.*
 
    *M.I.L. madurito interesante local, queda mejor que veterano B, gracias Ascen, cuñada, por darme la idea ;-)

     Sin un segundo que perder, me cambio de ropa y voy a ocupar mi lugar en meta. Cuando ya casi han entrado todos, salgo en busca de Ali, y la localizo perfectamente escoltada por nuestro compi David y Tony Layos, gracias amigos!!
    También Roberto se ha animado a correr, en benjamines, por supuesto. Aunque su frase al terminar la carrera me dejó con alguna duda: "¡NO VUELVO A CORRER MÁS!"
    El resto de la mañana fue espectacular. La entrega de trofeos, el sorteo, el obsequio a las afectadas por cáncer de mama, la comida con la maravillosa familia lagunera...


jueves, 17 de agosto de 2017

XL Marathón Popular Manchega Villa de los Molinos, Campo de Criptana, agosto de 2017.

    Estamos en la recta final de nuestra XXI Carrera Popular Las Lagunas de Villafranca. Lo ideal, de cara a afinar, es participar en alguna prueba un par de semanas antes, con el fin también de llegar bien descansado. Este año he optado por Campo de Criptana, ya que tengo la opción de elegir distancia, 5 ó 10 kms, y después de haber corrido en Membrilla y Tembleque (no hay crónica de estas pruebas), me decanto por la más corta.
    Hasta aquí he llegado entrenando bien, pero nada contento con los tiempos que voy marcando en las series. De hecho, a las dos pruebas que he mencionado antes, de las que no hay crónica, llegué poco motivado. En Membrilla, a pesar del calor, bajé de los 42 minutos en el 10 k, y en Tembleque preferí hacer de liebre a Mónica antes que salir a "degüello".
    Pero hay que cambiar el chip. Si uno no tiene ganas de competir tan cerca de nuestra carrera, se las inventa. Y algo así hice el pasado día 15. Mientras los compañeros Floren, Casero, Fillo, Mónica, Ignacio y Bienve se iban a Fuente el Fresno, en el vecino pueblo de Sara Montiel habíamos planeado correr Uti, Alonso, Alfonso, Lili y yo. Por desgracia, la delicada salud de la madre de Uti hizo que su vida se apagara la noche antes de la prueba, por lo que nuestro querido compañero causó baja en el grupo. Desde aquí vuelvo a presentarle mis condolencias, un abrazo, amigo.
   
    La mañana se presentaba muy calurosa. El recorrido está lleno de continuos sube-baja. Y los criptanenses corren que se las pelan... pero aquí hay "truco", los más rápidos suelen participar en el 10 k y no quedan galgos apenas para la prueba de veteranos (el 5k), extra de motivación.
    Tras los pertinentes saludos a Torres, Carlos Enrique, Mari Tere, etc., hacemos un pequeño calentamiento y nos colocamos en la señal del kilómetro 5. Nuestra salida se da cuando todos los del 10 k han pasado por este punto, y a la que te descuidas, zas!! al ataque!!
    Ando muy avispado y procuro colocarme muy delante, así aprovecharé la fuerte bajada que hay al principio para sacar una buena ventaja a los que vayan a correr a mi ritmo. Voy contando cabezas (con canas) y yo hago el número 4. En la primera calle que hay más o menos llana, antes de acabar el primer kilómetro, se pega a mi espalda otro veterano, pero no me adelanta. En principio pienso que voy a llevar acompañante para toda la carrera, pero en cuanto hacemos el primer giro y acelero para perder lo mínimo el ritmo que llevaba, se queda atrás. Miro de reojo el gps, voy a 4' "pelaos", de hecho, pico el primer mil en 3'58". Un poco más delante, en una subida, me da caza Lili, le veo corriendo con cierta facilidad. Es un hueso duro de roer, pero si alguno tiene que adelantarme, prefiero que sea un lagunero.
    No obstante, esto no ha hecho nada más que empezar, y las páginas de los 4 kilómetros restantes están en blanco. Y yo soy de los que le gusta llevar la pluma.
    Tras unos metros siguiéndome, pero sin dar ningún relevo, decido empezar a ponérselo difícil. En las subidas bajo ligeramente el ritmo, pero en las bajadas acelero con ganas. Y estas piernas largas con las que estoy dotado hacen que bajar conmigo se torne complicado...
    El segundo kilómetro cae en 4'10". Tiro de memoria para ver si estoy más rápido que hace dos años (el día anterior me estudié los tiempos de paso en cada kilómetro la última vez que corrí aquí), efectivamente, voy mejor. Nuevo puntito de motivación.
    Lili comienza a quedarse a varios metros y, aunque le voy animando para que me alcance (es una trampa, ya que acelero cada vez que lo hago), me hace señales de que siga yo hacia adelante. Por cierto, los tres que van delante han desaparecido, imagino que van mucho más deprisa que nosotros... En el avituallamiento procuro estar atento y coger una botella. Un pequeño trago y un poco de agua por la cabeza y como nuevo otra vez.
    Kilómetro 3, 4'12", vamos bien de fuerzas. Como mi carrera se ha vuelto táctica, apenas me fijo ya en el ritmo por cada mil. Solamente me preocupo de empezar las subidas tratando de aprovechar la inercia, aflojar ligeramente y acelerar en el último tramo. Si a continuación se baja, alargo la zancada todo lo que puedo. Si es llano, es entonces cuando me fijo en el gps para ir a 4 minutos. Todo esto unido, claro está, a alguna mirada de reojo para localizar a mi amigo Lili.
    La parte buena de esta carrera es que ya solo me quedan dos kilómetros. La parte mala es que voy genial de fuerzas y voy a subir las pulsaciones un poco más. De hecho, el cuarto mil lo marca el Garmin en 3'56", y es que la mayor parte de este kilómetro es con perfil favorable, excepto al final, que hay una empinada cuesta. Aquí volví a animar a Lili para que se pusiese a mi lado, pero al igual que antes, guardó las distancias.
    Como ya nos conocemos bien y sé de sobra que no va a tirar la toalla, pongo la última marcha para no tener que vérmelas con él en un sprint final. Aunque confío mucho en mí, el amigo es también muy rápido, y no quiero darle opciones.
    Penúltima calle, cuesta arriba, dándolo todo. Faltan pocos metros para llegar al final de esta calle y me quedo vacío, no tengo más remedio que aflojar muchísimo para hacer el último giro y encarar la recta hacia la meta. En apenas 10 ó 15 segundos recobro el aliento y comienzo la bajada a todo lo que puedo. Voy estrenando zapatillas, son unas Joma de las rápidas. Hasta ahora he ido pisando mucho de talón, pero toca probar entrar de metatarso. El resultado es buenísimo, son cómodas pise como pise. Y me hacen entrar en meta en 19'55", treinta segundos menos que hace dos años. Medalla de chocolate, pero muy contento por lo bien que me han respondido las fuerzas.
    Justo detrás Lili y Alfonso, luego otro veterano, y entra Alonso en octavo lugar. Lo hemos hecho todos genial.
    Ahora a "entrenar en secreto" hasta el 27... :-)

lunes, 5 de junio de 2017

VII Carrera Popular Argamasilla de Alba, 4 de junio de 2017

    Tercer diez mil en pocas semanas en el que participo. La lógica dice que tendría que mejorar mis tiempos, pero esto de correr no son matemáticas puras; si no se dan todos los factores positivos el día de la carrera, no hay nada que hacer.
    A última hora decido cambiar Mota del Cuervo por Argamasilla de Alba. Y es que no quería dejar ir solo a mi hermano (vale, si, Argamasilla es completamente plana, eso también me llama la atención). Nos subimos al barco mi hermano, mi cuñado Rubén, que se está animando a todas las que voy, y yo. De pomponero va mi padre, olé!!
    Los entrenamientos fueron muy bien después de Sonseca. Incluso a principios de la semana pasada, las sensaciones eran muy buenas. Pero he acumulado muchos días durmiendo muy pocas horas, trabajando también de noche, y eso lo he pagado. Una vez ataviados de atletas, saludamos a nuestros conocidos, y, como no, la foto de rigor:

    Tras un breve calentamiento, nos colocamos en la línea de salida. Mi hermano me anima a ponerme delante, ya que quiero intentar rondar los 40 minutos "pelaos", pero prefiero quedarme un poco más atrás, ya que la salida despavorida típica en estos eventos, hará que desde el primer metro ya me ponga a la velocidad esperada.
    Dicho y hecho. Puntuales, comenzamos la prueba. Hace calor, pero no demasiado, sopla un poco viento, pero no demasiado, llevo mucha gente delante...pero no demasiados... En menos de 300 metros ya se puede correr con sitio de sobra para adelantar o dejar que te adelanten. En unos 500 metros, ya nadie volverá a adelantarme a mí*.
    He decidido llevar en la pantalla del Garmin el ritmo actual, para poder exprimirme lo justo y para no dormirme en los laureles. Desde el principio me encuentro muy cómodo, no me agobio en absoluto cuando veo que el primer kilómetro lo paso en 4'07", tengo tiempo para recuperarme. Acelero un pelín y punto. Continuamente voy rebasando a otr@s atletas. La organización nos ha informado que un 27 % son mujeres, o sea, más de 200. Es un buen dato, aunque todavía distante al porcentaje de otros países. Me gusta usar como referencia la bici que acompaña a las tres primeras, práctica que se ha consolidado (la de la bici) en muchísimas carreras. En un circuito tan llano, si veo bicis, es que voy bastante bien. Suele haber muy buen nivel en chicas.
    Las calles de Argamasilla son sombreadas. También hay un buen número de espectadores y estos son de los factores positivos que hacen falta para correr bien. Llegando al segundo kilómetro pasamos del asfalto a un camino de tierra. Tan solo en un lateral hay algo de sombra, pero todavía no voy tan cansado como para buscarla. El sol tampoco castiga demasiado, así que adelanto por el centro a unos cuantos más. Paso en 4'01", bien.
    Giramos y volvemos a población. Más sombra, más asfalto y muy cerca, el primer avituallamiento. Agarro una botella y le doy un generoso trago, que bien me ha venido. Como voy solo, no le ofrezco a nadie lo poco que queda y la tiro cerca de un contenedor.
    Las calles son "largas", los escasos giros apenas te hacen perder velocidad, pero al kilómetro 3 llego en 4'07". Hasta ahora he ido cómodo y me surge la duda de si tratar de acelerar o mantener. Lo más sensato será dejarme llevar por sensaciones. Si no he podido ir por debajo de cuatro minutos hasta ahora con facilidad, el objetivo de rondar los 40 minutos o menos, desaparece por completo.
    La noche anterior a la carrera estuve echando un vistazo a las clasificaciones del año pasado. Resulta que para hacer podio en mi categoría hay que rondar los 37 minutos, o bajarlos. Voy sin presión, hoy se de sobra que eso será imposible. Coloco el chip de "disfrutar" y punto.
    Y no hay mejor manera de disfrutar que seguir adelantando gente todo el rato....
    4'05" para el cuarto kilómetro. Pronto acabaremos la primera vuelta y allí estará mi padre animando. Vamos por una calle larguísima, en la que al final hay un puente para cruzar el Guadiana. El puente es pequeñito, pero aflojo bastante para subirlo, no voy a desgastar ni un gramo más de lo necesario de mis energías. Giramos a izquierdas, paso el 5 en 4'09" y saludo a Pepe con una sonrisa y el pulgar hacia arriba.
    Nuevamente por las anchas calles del principio, con su sombrita, disfrutando del día. Pero ahora ya voy notando cierto cansancio y el calor ha aumentado más de lo esperado. Tras un giro a derechas, llego al 6, en 4'07" y veo una bici delante. Es la tercera chica. Durante todo el recorrido he visto a otros ciclistas, pero estos ofrecían agua, un gran detalle de la organización.
    En el siguiente giro salimos de nuevo al camino de tierra. Esta vez la cosa no va tan bien como en la primera vuelta. Hace más calor y no hay sombra. Para colmo, durante la pasada semana he cogido algo de frío y voy congestionado. Inconscientemente, acelero un pelín para salir de allí cuanto antes y paso el 7 en 4'06". Pisamos el asfalto y me coloco a unos tres metros detás de la tercera fémina. Una de las bicis que la acompaña va constantemente buscando la sombra y se me cruza al menos tres veces, haciéndome frenar bruscamente. Con este gesto me acaba de dar la puntilla. Voy con las fuerzas justas y no estoy para estas cosas jeje. El 8 cae en 4'14" ( es lo que tiene acomodarse y dejar de adelantar...)
    Fijo la mirada al fondo de la calle, voy buscando el avituallamiento, ya no disfruto tanto... Esta vez, además de beber, me echo el agua por la cabeza, trato de evitar un recalentamiento.
    Y a partir de entoces ocurre algo que no esperaba. Se escucha a la gente decir que va un corredor "malo" por delante. Supongo que con eso se refieren a que va en malas condiciones. Cuando voy llegando a su altura y lo veo, se me vienen a la cabeza las imágenes del pequeño de los hermanos Brownlee. El pobre va de lado a lado. Se sube (sin querer) a la acera y choca con la pared. Lo insólito es que la gente, en lugar de ayudar, le anima a seguir...de locos. Le grito al de la bici que me de agua para él. Le vuelvo a gritar, y así hasta cinco veces hasta que me hace caso y me lanza un botellín. Lo pillo al vuelo, paro y vuelvo sobre mis pasos hasta dar con él. Le abro la botella y mientras le doy de beber le sujeto el brazo e intento sentarlo. Imposible. Apenas sin poder hablar, me dice que lo deje, que tiene que llegar a meta. Insisto, NO, ¡siéntate! Pero no me hace nada de caso, me empuja y contesta que andando llega bien. Ante tal cabezonería y después de, al menos, haberle dado agua, lo dejo seguir y reanudo la carrera.
    Paso el 9 y ya no miro el cronómetro, es lo de menos (ahora en casa veo que me fui a 4'31"). Continúo la marcha tranquilamente, paso de nuevo el puente y ya se ven los arcos de meta. Al final llego en 41'44".
    En meta están Antonio Layos, padre e hijo. Les saludo y rápidamente me voy con mi padre. Poco después llega Rubén, acalorado y al rato mi hermano, que tampoco pasó frío.

    Recomendaciones: ir rápido a la barra de la cerveza, porque como te descuides, se forma allí un pelotón enorme.
    La bolsa es muy generosa, la camiseta muy chula. Esta carrera es para repetirla.


domingo, 21 de mayo de 2017

IV Carrera de la Torre Tolanca, Sonseca 20-05-2017

    Apenas una semana después de haber corrido en Valdemoro, me animo a hacerlo en Sonseca, también 10 kms y también un circuito nada llano. Para redondear, también se viene mi cuñado Rubén, pero esta vez, Ali se queda en casa.
    El formato de esta carrera es un circuito de 5 kilómetros, ida y vuelta por el mismo recorrido. Salimos desde Una bonita plaza de Sonseca, llegamos a la Torre Tolanca y damos la vuelta por nuestros pasos. Me dedico unos minutos los días previos a mirar el perfil, utilizando Google Earth Pro; hay una pendiente media del 2 %, ascendiente hasta la torre, así que habrá que dosificar en la ida e intentar ir rápido a la vuelta... pero una cosa es hacer previsiones y otra poder cumplirlas...
    Durante el viaje voy lamentando el haber olvidado ponerme protector solar, nos vamos achicharrando en el coche por el sol. Hace unos 28 grados y todo indica que, si nos ponemos a darle caña a las piernas, vamos a sufrir de lo lindo. Al menos hay una parte que nunca olvido, y no es otra que hidratarme bien durante todo el día. Quizás un poco en exceso, ya que cuando me puse a calentar, la tripa me iba dando botes...jeje.
    En toda la semana apenas he salido a entrenar. El lunes hice un rodaje suave, descansé el martes. El miércoles otro rodaje, cansado y con mucho calor, y el jueves unos minutos de elíptica, acompañados de unas sentadillas y ejercicios de core. Nada de "calidad". Supongo que este cuerpo serrano no va a asimilar tanta caña, si compito dos veces en siete días.
     Mientras calentamos coincimimos con Julio Rey, que corrió la semana pasada los 101 kms de Ronda, quedando 6º clasificado. Nos cuenta lo mal que lo pasó, por haber salido en primer lugar durante muchísimos kilómetros. Hoy va de acompañante, con sus hijos.

    Somos pocos participantes, de hecho, en la categoría general, llegamos tan solo 59 atletas. A esta cantidad hay que sumarle los de relevos, que serían otros tantos aproximadamente. Como el circuito empieza subiendo y somos poquitos, decido ponerme casi a cola del pelotón. Esta es una buena estrategia para no salir disparado, llevado por la inercia de los primeros, y ser reservón desde el primer kilómetro.
    Efectivamente, nada más salir, el ritmo no es precisamente lo que había pensado. A pesar de ir muy fresco, sé prefectamente que vamos por debajo de 4'30". Nada más pasar el primer kilómetro, todavía dentro del pueblo, el pelotón se ha estirado y puedo mantener el "ritmo crucero" sin que nadie me estorbe, comenzando a adelantar a bastantes corredores.
    Mientras recogíamos el dorsal no puedo evitar fijarme en los demás, igualito que en Valdemoro, finos, jóvenes, fibrosos...galgos. Y hoy veo por delante una buena hilera de atletas (a proporción de los que estamos participando), así que, teniendo en cuenta que corro en la categoría senior, de 16 a 45 años, y que no hay opción alguna de buscar un podio ni una buena marca, decido sobre la marcha no excederme en absoluto y disfrutar al máximo de la carrera.
    Salimos del pueblo. El paisaje me gusta, olivos y al fondo la sierra. En las calles de Sonseca había algunos espectadores animando y en los caminos también hay gente que ha salido a vernos. Viene una suave brisa fresca y eso anula completamente al sol, la temperatura es ideal, leches, estoy disfrutando de veras. En el kilómetro 2'5 hay un avituallamiento y lo aprovecho, ya que durante el calentamiento se me había quedado la boca seca. Unos metros después me da alcance un corredor local que, al ver mi camiseta (la del Club Atletismo Las Lagunas, evidentemente) comienza a darme algo de conversación. Va un puntito más deprisa que yo, pero como soy un tío educado, para responder y que no tenga que frenarse, acelero "una mieja", como diríamos aquí.

    Nos ponemos a hablar de triatlón, de maratón, de nuestras marcas personales, hasta que llega un punto en el que o corro o hablo. Hemos llegado a la base de la Torre Tolanca y la cosa se empina (el camino, claro). Le dejo ponerse delante, ya que me he quedado en ese tramo sin resuello y llego a la mitad del recorrido con la lengua fuera en unos 22'20".
    Nada más girar y comenzar el descenso me adelanta un corredor veterano (o eso me parece, al ver las canas). Baja rapidísimo, y yo bastante tengo con recuperar el aliento como para intentar pegarme a él. Mi "colega" de Sonseca ya me saca también unos buenos metros, pero yo, lejos de hundirme en la miseria, me lo tomo con paciencia y procuro no ir dando acelerones para intentar pillarlos, cosa que sin duda acabaría con mis fuerzas.
   
    Me fijo en los corredores que nos cruzamos, en busca de Rubén, pero no lo veo, lo cual significa que va muy fuerte, cerca de mi, y que nos hemos cruzado en la Torre, él por un lado y yo por el otro, por eso no nos hemos visto.
    A la postre, hará mejor crono que en Valdemoro, bravo cuñado!!
    He olvidado mencionar que en la bifurcación de la Torre había otro avituallamiento, un detalle muy bueno de la organización. A la ida no me fue necesario, pero a la vuelta opto por coger una botella, a ver si con esa "gasolina" llego a meta. Poco a poco voy recortando metros al sonsecano y al veterano que me adelantó bajando, el cual también ha rebasado a éste último. Y fruto de haber sabido regularme, lo alcanzo cuando todavía queda un buen trecho de carrera.
    Ahora ya son pocos los corredores a los que vamos pillando, tan solo veo a lo lejos a un amigo veterano de Rubén con el que habíamos charlado antes de empezar. Llegamos al avituallamiento y cogemos al veterano, que se ha parado a echarse agua por la cabeza. Da la impresión de haber "petado", le animamos y continúa con nosotros. Enseguida entramos de nuevo en población, donde también damos alcance al amigo de Rubén. Pero es pisar el asfalto y mis tres acompañantes salen disparados. Queda poco más de un kilómetro y no me veo con fuerzas para seguirlos.
    Comienzo a sufrir un poco, miro hacia atrás, y en vista de que los que me siguen ya no tienen opciones para darme alcance, opto por tirar la toalla y dejarme llevar a un ritmo más suave.
    Llego al último kilómetro, hay varios giros en los que había perdido de vista a mis predecesores, y tras una esquina encuentro al veterano, sí, al que me adelantó nada más comenzar la bajada. Que voy a decir ahora que no sepáis...si, lo sé, no nos estamos jugando nada, pero yo no puedo evitar acelerar y darle alcance (jijiji). En cuanto se percata de mi presencia cambia de ritmo y me adelanta un par de metros. Y eso para mi es una invitación, quiere entrar al juego. Y yo, que no rechazo un envite, menos todavía, llevando buenas cartas (los metros que he bajado el ritmo me han dejado nuevo), lanzo un órdago, dando unas zancadas que ni el mismísimo Usaín Bolt habría sido capaz de seguir (vale, lo sé, he exagerado un poco...). Tal es mi acelerón que en la entrada a meta doy también alcance al sonsecano, que ha parado para entrar con una niña pequeña de la mano. Me freno bruscamente y paso detrás, para no estropear la foto ;-)
    Acabo en 42'46", el 16º de la general. Contento, por supuesto. CLASIFICACIONES.
    Ahora a preparar la de Mota del Cuervo, otra con buenas cuestas...
 


martes, 16 de mayo de 2017

X Carrera popular Capitán Duque, Valdemoro 14-05-2017

    Si te presentan una carrera con circuito rompepiernas, calor y poco público, lo más probable es que ni se te ocurra asistir. Pero si te dicen que la organiza el Colegio de Guardias Duque de Ahumada, que buena parte de lo recaudado en la inscripción será destinado para el estudio de la esclerosis múltiple y la ELA y que habrá paella al terminar, la cosa cambia rotundamente.
    Con este panorama nos presentamos en Valdemoro mi cuñado Rubén, mi hija Ali y yo. Ali estaba encantada conociendo la academia, y mi a cuñado se le notaba algo nervioso ... jejeje.


    En la recogida del dorsal encuentro a mi amigo y compañero Angel. Le pregunto por el perfil del recorrido y me dice que no me preocupe, que es suave. Por lo poco que conozco Valdemoro, deduzco que se está quedando conmigo y que de suave no tiene nada. La idea hoy es venir a emplearme a fondo, pero no quemar todos cartuchos en el primer kilómetro. Bolsa-mochila, camiseta conmemorativa y algunas cosillas más al acabar; es una buena bolsa del corredor.
    Como es habitual en mi, voy fijándome en todos los corredores con los que me encuentro. ¡Leches! hoy se ven por aquí un montón de "galgos" (corredores finos finos, con las piernas fibrosas y el moreno particular que te deja la ropa de entrenamiento). Mecachis, mira que venía yo con ganas de hacerlo bien...en fin.
    Apuro como los coches de fórmula uno en las calificaciones todo el tiempo que puedo para calentar hasta cinco minutos antes de la salida. Me despido y deseo suerte a mis acompañantes, acordando con mi cuñado ir en busca de Ali cuando terminemos y discretamente me voy a buscar un buen sitio en la salida. Empezamos y terminamos en la pista de atletismo del Colegio, busco la calle interior, lo más delante posible (tengo que colarme) y antes de que me de cuenta ¡PUN! el Capitán Duque, de un disparo, nos lanza a la prueba.
    Somos aproximadamente 1000 inscritos, 500 de ellos pertenecen al Colegio, y la arrancada en pista, evidentemente, es lenta. Tomamos la primera calle, en subida, y me abro, haciendo algún metro de más, para adelantar a los que se lo van a tomar con más paciencia que yo. Callejeamos un poco en el Colegio, aproximadamente un kilómetro, y salimos al exterior. Ahora vamos por una avenida muy ancha, en ligera cuesta arriba. Es el momento de preguntarle al cuerpo cual será el ritmo crucero ideal.
    Para hoy he decidido llevar en el gps nada más que el cronómetro e ir haciendo cálculos mentales en cada punto kilométrico, aprovechando que están perfectamente señalizados, con un cartelito y un alumno al lado. En cada vistazo que hago al frente no soy capaz de ver cabeza de carrera, hay mucha gente todavía por delante. ¿Y mis sensaciones corriendo? pues geniales. Apenas acabamos de comenzar, voy un pelín por encima de 4' el kilómetro y me encuentro muy fresco. Paso el segundo kilómetro en poco más de 8 minutos. Bien, tranquilo, hay tiempo para recuperar estos pocos segundos.
    Antes de llegar al tercer kilómetro, y todavía subiendo la avenida, me adelanta un muchacho bastante joven. Lleva un ritmo muy fuerte y, sinceramente, mi primer sentimiento fue de envidia ... pero unos metros más delante, justo en el k 3, se pone a andar... uy, ahora será a él al que le de envidia de mi...jejeje.
    Giramos a izquierdas y accedemos a otra calle ancha, en la que ahora si, puedo ver la cabeza de carrera y a todos los que llevo por delante. Calculo que iré por la posición 150, que teniendo en cuenta que somos casi mil, está bastante bien (además de haber visto a los galgos, eh!). Hasta ese momento he ido adelantando a mucha gente, algo habitual en mi forma de competir. Pero entonces aparece otro corredor, esta vez no tan joven, y me da una buena pasada. Aparentemente va muy cómodo y eso merma un poco mi moral, ya que el calorcito está empezando a bajarme los humos. Lejos de rendirme tan facilmente, lo tomo como referencia, decisión a la postre acertada, ya que se unió a un grupo de locales más adelante, y ellos, conociendo perfectamente el perfil, van a ir marcando un ritmo ideal para mis prestaciones.
    En el cuarto kilómetro salimos del asfalto (he omitido que ha habido una pequeña bajada, en la que pude tomar un respiro), y volvemos a subir. Si, lo se, todo lo que sube baja, pero este Valdemoro da la impresión de ser diferente, no hay tiempo para tomar aliento cuando, de nuevo, aparece alguna cuesta!
    El ritmo viene siendo más o menos el mismo, así que descarto por completo poder acercarme a los 40 minutos "pelaos". Pasamos por debajo de la M423 y de nuevo otra subida. Aquí doy caza a la primera mujer. Lleva una liebre, así que mejor no la animo a que me siga. Termina la rampa más fuerte y ahora el desnivel es menor. Decido empezar a dar un poco de guerra, conocedor de mis fuerzas y con la esperanza de que ahora el perfil será favorable.
    Llego al quinto kilómetro en 20'50" y avanzo por el camino adelantando a más corredores. En el 6 ya sumo más de 21 minutos. Cruzamos de nuevo la carretera y empieza el regreso a la ciudad. Tras el siguiente giro está colocado el avituallamiento y temo no poder coger agua, ya que mi pequeño esfuerzo extra me ha llevado hasta el grupo del que hablaba antes (el del tipo que me adelantó y los corredores locales). Voy cerrando el pequeño pelotón y por suerte, todos se acercan al lado del agua cuando uno de los voluntarios se va hacia el otro, con dos vasos en las manos. Inmediatamente me voy hacia él y cojo uno dándole las gracias. He elegido mal, me he llevado el que menos tenía, y de un pequeño trago lo vacío rápidamente.
    El kilómetro 7 lo paso en poco más de 29 minutos. Y volvemos al asfalto. Mejora la tracción, puedo ir más rápido, me pego más al grupo, giramos a izquierdas y ... otra cuesta!! no me lo puedo creer, vaya pueblecito!! jaja. Afortunadamente es cortita y la bajada ahora es fuerte. Paso el kilómetro 8 sin recuperar apenas segundos, pero con la certeza de que bajaré de 42 minutos en meta.
    Decido entonces dejar el grupo, confío en que el perfil ya no se vuelva en mi contra y hago un cambio para dejarlos atrás definitivamente. Última rotonda en la ciudad, giramos a izquierdas y ... maldita sea mi estampa, otra vez hacia arriba!!! La visión de esta última cuestecilla (para hacer honor a la verdad, apenas tienen pendiente) me frena de tal forma que uno de los locales me da caza. Va animando al resto de su grupo, pegado a mi costado. No puedo evitar decirle: ahora me váis a dejar bien atrás, por hacerme el chulo ... Educadamente me contesta que ellos juegan con ventaja, conocen a la perfección el circuito. Desvío la mirada hacia atrás y veo que los demás no van mejor que yo. Pasamos el kilómetro 9, unos metros más adelante volvemos a entrar al colegio. A mí se me infla la vena competitiva y, ahora si, doy el hachazo definitivo. Los dejo atrás con relativa facilidad.
    Me quedan fuerzas para acelerar fuerte y bajar unos segundos, pero con el día de calor que hace y el circuito tan duro que hemos tenido, decido no hacerlo, mejor reservo fuerzas para ir a buscar a Ali.
    Entro en la pista y, a pesar de "tener a tiro" a dos corredores, prefiero acabar discretamente tras ellos, parando mi crono en 41 minutos exactos. El tiempo oficial será de 41'06". Con las características de hoy, estoy más que satisfecho con el resultado. Y no digamos cuando veo en las clasificaciones provisionales que he acabado el 33 de la general, 15º de mi categoría...
    El fin de carrera de Ali tiene su miga. Podría escribir otra crónica casi tan larga como la que llevo hasta ahora. Pero para no ser pesado, voy a resumir. Apenas ha entrenado, viene molida trotando-andando y a falta de unos 300 metros se desploma en mis brazos. El susto es monumental. Pero su fuerza de voluntad y coraje supera todo eso y en menos de dos minutos, de un salto, se aparta del médico que la está atendiendo y me dice que ella ha venido para terminar en la meta, no aquí. Bajamos a la pista y cruza con una mueca en su rostro, mezcla de sufrimiento y alegría. Es muy valiente. Reponemos líquidos con Mari Sol y Jose (mis cuñados) y regresamos a casa con una experiencia más en la mochila.

lunes, 24 de abril de 2017

Madrid, 23 de abril del 2017, la media del Rock&Roll...

    Algo en mi interior me decía que en la media de Madrid no iba a correr rápido. Algo me animaba a salir a disfrutar de la ciudad olvidándome de conseguir un buen registro. Debió ser algo muy poderoso, porque los niveles de competitividad los tengo muy subiditos y Madrid es un sitio excepcional para lucirse cuando uno está en buena forma. Con esa sensación en el cuerpo, consigo llegar a la salida con la mente fría, con los pies en el suelo, nada de locuras.
    Escaso calentamiento, acompañado de Juanan, y con tiempo más que de sobra, me voy al privilegiado cajón número 2, tras la élite. Mientras esperamos nuestro turno, disfrutamos del espectáculo de los clásicos paracaidistas, es muy emocionante. Cruzo algunas palabras con un corredor que hay a mi lado, y cuando nos queremos dar cuenta, estamos en medio de una amena conversación. La casualidad hace que entre las más de 22000 personas que allí nos agolpamos, mi nuevo amigo sea de Puebla de Almoradiel. Y eso no es todo, afirma conocerme (por las redes sociales, supongo), con la expresión: "¡claro, tú eres uno de Villafranca que corre mucho!". Hablamos sobre las marcas que venimos a buscar hoy y su respuesta es contundente: me voy contigo. Le advierto que si no me veo fino, bajaré el ritmo lo necesario, y a pesar de ello, se decide a correr a mi lado; y es que más vale ir con un conocido que correr en soledad...
    Pistoletazo de salida y al ataque!!
    No me cansaré de criticar a aquellos que se colocan delante del todo en estas carreras. Y cuando digo delante del todo, me refiero a delante de la salida, sin dorsal y ocupando la calle, estorbando a los que llevan (llevamos) un ritmo mucho más alto que ellos. Tardé tan solo 8 segundos en pasar bajo el arco de salida, es la ocasión en que más adelantado me he puesto, y a pesar de ello, tuvimos que sortear a muchísimos de estos corredores mal situados. En fin...
    Los 6 primeros kilómetros son en subida, lo tengo muy bien aprendido. No pienso echar a perder toda la carrera aquí, así que, tras los primeros metros, en los que hay que seguir el ritmo de la marabunta, busco mi cómodo ritmo de crucero y me voy adaptando a las circunstancias de la carrera, o sea, a adelantar gente y no estorbar a los pocos (casi ninguno) que me adelantan. En todo momento voy buscando con la mirada a Jose (así se llama mi compañero), y siempre me contesta: tranquilo, voy a tu lado.
    No llevamos ni diez minutos de carrera y noto que me cuesta trabajo hablar. Voy fresco, el ritmo es llevadero, así que no le doy mucha importancia. Cuando por fin se va alargando el pelotón, podemos correr juntos e intercambiar las primeras impresiones. Le digo a José que se fije bien, que apenas se aprecia la subida, y que si somos prudentes, en poco tiempo podremos ir mucho más rápidos.
    Nos adelantan los globos del maratón, los de 3 horas. Dentro de mi cabeza voy haciendo cálculos "estos van a llevar una media de 4'10" aproximadamente, si no se nos van muy lejos, llevaremos una buena referencia".
    En un santiamén llegamos al primer avituallamiento y me lanzo desesperado a por una botella de agua. Al haberme colocado tan pronto en la salida, descuidé la hidratación y llevaba la boca seca desde hace mucho rato. Pasamos el kilómetro 5 en 22'03" (daré siempre el tiempo neto), bastante discreto. Giramos en el 6, tras llegar a la cota más alta de la carrera y comenzamos la bajada.
    Los globeros van unos 15 metros por delante, y aunque comenzamos a rodar a 4 minutos pelados el mil, no rebajamos ni un solo metro. El ahora terreno faborable hace que me recupere enseguida del esfuerzo de la subida y me atreva incluso a ir intercambiando anécdotas de otras carreras con José. Presumo de marcas en maratón, de haber subido al Veleta, de haber hecho triatlón ... leche, el kilómetro 10!!! Había planeado tomarme un gel aquí, pero voy tan agusto que únicamente echo un trago de agua. Picamos 42'18". No está mal.
    Poco antes de despedirnos de los globos (sobre el kilómetro 14), encontramos algún repecho. Sabemos bajar el pistón lo suficiente como para perder pocos segundos y reservar fuerzas; mi compañero es también un experto y lee perfectamente mi forma de correr, nota enseguida que, llegados a este punto, cualquier esfuerzo innecesario pasará una elevada factura.
    El 15 lo abordamos en 1:03:10. Pero este dato ya no lo doy de memoria, si no revisando los parciales oficiales de la carrera. Hoy he venido a disfrutar y si me obsesiono con el tiempo, no va a ser así.
    Es ahora cuando por fin decido tomar el gel que llevo en mi cinturón. Seguramente no voy a notar el efecto, ya que apenas queda carrera, pero este gesto me va a dar un pequeño empujoncito. Ya vemos el parque del Retiro, ahora toca rodearlo y luchar contra las dos cuestas finales.
    Animo a José a terminar sin mi en el caso de que el calor, que está empezando a apretar ahora, y los kilómetros acumulados, mermen mis fuerzas. Contundente y muy animado, se niega, "pero hombre, hemos empezado juntos y juntos llegaremos a meta". No voy a tener suficientes palabaras de agradecimiento hacia él por animarme cuando empieza el calvario.
    Desde que empezamos la primera de las subidas voy sin resuello. Me noto con fuerzas todavía, pero la respiración ya no acompaña. Bajo el pistón, José se coloca delante animando y sigo corriendo con ganas. Una mala pasada me hace creer que estoy llegando al kilómetro 20, cuando de repente encontramos la pancarta del 19... Mentalmente voy entero, la carrera se me ha hecho muy corta, gracias a la conversación, pero ahora fallan las fuerzas y no me veo nada bien para enfrentarme a la última subida. Nuevamente, mi acompañante vuelve a levantarme el ánimo, se pone a tirar hacia arriba y yo detrás, con la mirada en el suelo, los dientes apretados y sabedor de que en muy poco llegaremos al final.
    El kilómetro 20 lo cruzamos en 1:23:56. Nos acercamos a la puerta del Retiro, llegamos a la mejor parte de todas, el final y cuesta abajo. Subidón de moral, alegría y a dar todo lo que queda dentro, pero sin excesos, claro.
    Tiendo mi mano a José para cruzar la meta y acabamos en 1:28:29 (1:28:37 oficiales). Por dentro me queda un sabor agridulce. Es una buena marca hoy, pero lejos de lo que yo sé que soy capaz de conseguir. Habrá otras ciudades, habrá otras carreras, ya me desquitaré.
    De 12122 llegados a meta, he sido el 193, el 26º de mi categoría, en la que corrimos 1234 "viejunos". Como ya he dicho antes a otros, creo que está bien ;-)
    La alegría más inmediata me la da Juanan, que ha pegado un buen mordisco a su marca, llegando en 1:34.
    La comida, el el restaurante que nos han preparado Jesús y Sonia, la paso con Marisa, Ali y el resto de laguneros, pero la cabeza está con Javi, en el hospital, que ha sufrido un golpe de calor. Un abrazo compañero.

martes, 11 de abril de 2017

IX Cross Rufino Galán, Camuñas 08/04/2017.

     Dentro de la preparación para la media maratón en Madrid el próximo 23, entraba participar en el cross Rufino Galán, a modo de test, para evaluar el estado de forma conseguido durante estos meses. He de decir que he tenido un gran bajón de forma, desde hace aproximadamente un mes. De un día para otro, correr durante más de una hora a buen ritmo y bajas pulsaciones pasó a ser ir lento y cansado. Tengo más o menos claro lo sucedido, entrenar sin haber dormido bien y no respetar días de descanso.
     A pesar de todo, había buenas sensaciones el sábado y me propuse dar todo lo que llevaba dentro, eso sí, tratando de pasarlo bien desde el principio.

  

     Unos 20 grados centígrados nos aguardaban en Camuñas, ni una nube y algo de brisa fresca. Comí bien, me hidraté y tras evaluar a los rivales de mi categoría, me quité un peso de encima al bajar la presión, ya que no tenía opciones de podio.
     Con un poco de retraso en el horario previsto y tras un calentamiento diferente a cargo de los animados organizadores, se dio la salida a la prueba, que sería una combinación de abosuluta, juveniles y modalidad "hard running". Éramos pocos participantes y a pesar de colocarme muy delante, apenas me rebasan los "lanzados" del principio. Enseguida ocupo el puesto quinceavo (más o menos) y poco varió al final de la carrera.
     Durante el calentamiento se me cargaron un poco ambos sóleos, estiré un poco y no quise hacerles caso. Por suerte, no dieron guerra.
     En la primera subida al molino llevo al compañero Esteban a mi lado. Me dijo que haría la carrera conmigo, ya que le adelanté que iba a ir prudente al principio. Subimos bien, aparentemente sin forzar demasiado. En la bajada me dejo caer y adelanto a un corredor local. Giramos hacia el pueblo y animo a Esteban a que siga a mi lado en el falso llano.
     Aquí cometí un error, al que achaco mi flojo resultado final, y no fue otro que guiarme por el gps. Los 3'50" que marcaba de ritmo me parecía poco, ya que íbamos bajando levemente, así que aceleré con ganas.
     Llego bien, pero con mucho calor al final de la primera vuelta. Nada más pasar el arco de meta alcanzo a un corredor que va pagando el sobreesfuerzo, lo adelanto con facilidad y comienzo la segunda subida y en cuanto el camino empieza a empinarse, aparece de nuevo Esteban a mi lado. No tardo en darme cuenta de que va mucho mejor que yo y enseguida le animo a que se vaya por delante, pero con la voz entrecortada por el esfuerzo, desiste y se queda conmigo. La parte final de la subida me deja KO y tengo que hacerla andando. Mi compañero se adelanta y se frena en la bajada para que vayamos juntos. Ahora soy algo más prudente y no acelero. Tampoco es que pueda ir mucho más rápido de lo que voy...
      En la curva anterior a meta nos espera Uti con una botella de agua que me da la vida (aunque no más fuerzas), y comenzamos la última subida a las ruinas.
     Nada más terminar el asfalto vuelvo a decirle a Esteban que siga sin mi, que voy fundido y no me voy a castigar en la subida. Le sigo unos metros más y tengo que ponerme a andar en el último y más empinado tramo de la prueba. Rápidamente me saca unos 10 metros de ventaja, que ya no podré recortar en absoluto. Termino de subir algo mareado, ya que, a pesar de ir andando, he subido con fuerza. Me dejo caer en la bajada y, tras un rápido vistazo a la retaguardia, decido tomármelo con calma hasta meta. Hoy no sufro más. Me salen 6'5 kms de carrera, que se me han hecho eternos. Termino en uos discretos 28 minutos, siendo el cuarto de mi categoría y el 12 ó 13 de la general.
     La nueva equipación, además de bonita, es de mejor calidad que la anterior, parece que no llevas nada, y eso es un gran punto a nuestro favor.
     El bueno de mi amigo Uti me anima diciendo que no haga caso al ritmo de hoy, que si el calor, que si la cuesta, que si me escurría con las Pegasus...pero no puedo evitar pensar en que el ambicioso objetivo que me había planteado para la media de Madrid (bajar de 1:24) es una quimera imposible.
     La organización nos obsequia con una bolsa del corredor con fruta, camiseta, bebidas. Es una carrera sencilla, pero muy recomendable.