domingo, 20 de diciembre de 2015

I Carrera Popular Mascaraque en marcha.

    En cuanto vi en el cartel que era a favor de AFANION, corrí buscando mi agenda para ver si libraba. Afortunadamente, así era, así que ya solo quedaba inscribirme con Ali para solidarizarnos con una buena causa a la vez que nos divertimos practicando nuestro deporte favorito.
    Ha pasado poco más de un mes del maratón de Valencia y los entrenamientos van viento en popa. Estoy asimilando muy bien todo, empezando suave y con poca distancia, y aumentando paulatinamente la intensidad y duración de los rodajes. Con la intención de ser competitivo en la San Silvestre de Villacañas, me presento a Mascaraque a modo de test, así sabré aproximadamente el ritmo que puedo llevar el 31.
    A última hora unas molestias estomacales y una noche demasiado larga en el hospital (de acompañante) hacen que nuestra participación penda de un hilo. Pero con la voluntad suficiente, no hay excusa que valga.
    La mañana es fresquita, pero la previsión es de temperatura agradable y nada de viento. Recogemos el dorsal y calentamos juntos Ali y yo, intentando averiguar el recorrido de la prueba. En la organización nos dicen que es a una sola vuelta, así que teniendo en cuenta lo pequeño que es el pueblo, seguro que salimos a terreno rural. Dentro de población hay algunos giros de 90º, trato de mentalizarme que no debo ir demasiado derpisa, que con este chasis de casi metro noventa, me puedo ir contra las paredes si me paso con la velocidad jijiji.

    Cuando estamos acabando con el calentamiento comienza a dolerme ligeramente la cadera derecha, igualito que en agosto. Ya había tenido un aviso el jueves, y creí que con el descanso del viernes y un ibuprofeno se pasaría, pero la cosa no pinta muy bien. A pesar de todo, decido intentar correr, eso sí, colocándome por el centro del pelotón, para no estorbar demasiado.
    Con un pelín de retraso sobre la hora oficial, se da la salida. La calle es muy estrecha y enseguida se hacen dos giros a derechas. Procuro no desbocarme, y aunque adelanto a varios niños y niñas que se me han colocado delante, sujeto bien el ritmo desde el principio.


    Desde los primeros metros voy algo molesto, pero "me deja correr". Salimos del pueblo y veo que delante irán cerca de 60 corredores. Pasamos el primer kilómetro por debajo de 4 minutos y, como siempre pasa en estas carreras, ya van las locomotoras bufando y resoplando por el exceso en la salida.
    Antes del segundo kilómetro adelanto a cerca de veinte corredores. El circuito es bastante llano, y el firme muy bueno, aunque a mí se me antoja algo cuesta arriba. Aunque voy continuamente adelantando gente, mi ritmo es reservón y llego al segundo km a ritmo de 4'02". En este punto hay un puente, que subo sin dificultad. Justo arriba acelero un poco y trato de alcanzar a más atletas que me preceden. Van cayendo poco a poco y a la que me descuido, soy yo el adelantado. Es un corredor muy alto, debe tener unos 30 años, y en un análisis rápido, veo que si me pego a él, me llevará un buen tramo a "ritmo", adelantando puestos. Dicho y hecho, me convierto en su sombra y, al cabo de unos 300 metros, se viene abajo... vaya, con eso no contaba. Poco antes había contado a "grosso modo" los corredores que llevaba delante, unos 40. A partir de ahora será más difícil mejorar puestos.
    Kilómetro 3, a 3'59". Continúo con algo de molestias, aunque ahora es algo menor. Como tengo todavía la cabeza en modo maratón, el pensar que ya llevo la mitad y que no queda nada para terminar, hace que me olvide del dolor y que ni me moleste en vigilar el pulsómetro.
    Alcanzo a otro corredor veterano. Me pego a él unos metros, pero enseguida se abre a la izquierda y me deja paso libre. Decido tomarme un pequeño respiro y llego al cuarto kilómetro en 4'06". Regresamos al pueblo y si hubiese ido en modo "competición" sería el momento de cambiar el ritmo. Pero no, hoy voy a disfrutar de la soleada mañana, no tengo ganas de que se me salga el corazón por la boca.
    Kilómetro 5, a 4'05". El último mil es ligeramente cuesta abajo. Delante llevo un chaval muy joven, otro que seguramente es de mi categoría, y un tercero, al que no logro ver la cara. Venga, un último apretón, a ver si adelanto al menos a uno (pero sin pasarse). En chaval cae enseguida, va fundido el pobre, pero el de mi categoría sigue a la misma distancia. Miro el Garmin y veo que voy a 3'50"... venga, pues mantengo así...
    Un par de giros más y llego a un grupo de niño que en lugar de animar iban contando atletas. Cuando llego a su lado suena el 33. Me giro y les pregunto ¿cual habéis dicho? ¡TREINTA Y TRES! contestan a lo unísono. Vaya, pues si que he adelantado gente. Miro hacia atrás y no veo perseguidores con canas (jeje), aflojo un poco, encaro la calle en la que está la meta, sonrío a Aurelio, que está con sus fotos y paro el crono en 24'02", habiendo corrido el último mil en 3'49". Puesto 33, 15º de la categoría. Me doy por muy satisfecho.

    Sin perder ni un segundo, me pongo una camiseta seca y voy en busca de Ali con una botella de agua. Decido hacer el circuito al revés, y por suerte, en un giro, en lugar de seguir la línea marcada, la distingo a unos 200 metros, antes de llegar al kilómetro 5. Me pongo rápidamente a su lado y le doy para que beba un poco. Va muy tranquila y me dice que ha tenido que parar a estirar porque le molestaba el sóleo. Conmigo tiene que volver a detenerse, porque sigue algo tocada, aunque el último kilómetro lo hace del tirón, acelerando en la parte final. Termina tercera de su categoría, otra copa para la vitrina!



Muchísimas gracias a Aurelio Gomez Castro por las fotos y vídeos.
AQUI  podéis ver las fotos de Aurelio y AQUI las clasificaciones.