lunes, 8 de abril de 2019

XXXI Carrera Popular El Porvenir, abril de 2019

Ya tenía ganas de volver a correr en Alcázar. Llevo mucho tiempo sin hacer la media, y más todavía sin correr en el barrio del Porvenir. Pues por fin, ayer me quité la espinita. Lo cierto es que me hizo falta un empujón de mi compañero Miguel Ángel para inscribirme, si no es por sus ánimos, se me pasa la fecha y otra vez que me quedo fuera. El caso es que allí nos presentamos ambos ayer, coincidiendo con otro par de laguneros, Javi y Albertuki, y con muchísima gente conocida del mundillo de las carreras, entre ellos mi cuñado Rubén, mis compañeros Alfonso y Antonio ... y muchos más que no voy a poder nombrar, o no terminaría nunca.
La entrega de dorsal fue rápida, luego hicimos algo de tiempo subidos en el coche, ya que el airecito que venía te dejaba helado. Tal era que decidí correr con dos camisetas, manguitos y guantes.
Tras un corto calentamiento, nos vamos a buscar sitio bajo el arco de salida. Está "petao" y me voy por la acera lo más delante posible. No dejo de mirarme las pulsaciones; están algo más altas de lo normal, supongo que serán los nervios del principio, ya que por muchas carreras que lleve, siempre salen a relucir antes del inicio. Me tranquiliza saber que voy bien entrenado y bien descansado.
Cuenta atrás, disparo y salida. Muchos corredores más lentos se han puesto delante y no queda más remedio que aguantarse o adelantar por las aceras. Así voy más de un kilómetro. Pero en cuanto llega el tramo de tierra, se ha estirado mucho la carrera y todo es más fácil.
A estas alturas, y como era de esperar, ya me sobran camiseta, guantes y manguitos, pero ahora no queda más remedio que joderse y tirar con ello. A pesar de ser un circuito con suaves desniveles, voy llevando una media muy cercana a los 4 minutos por kilómetro con relativa comodidad. A partir del 4'5 la cosa se complica, hay una subida hacia el merendero de los molinos.
Conozco bien la cuesta, la he subido muchas veces con la bici y se que los últimos metros son los más empinados, así que voy regulando desde el principio, para poder darlo todo hasta arriba. Durante toda la carrera tan solo me adelantan dos corredores, uno en el km 3 y el otro que de naranja de la foto (al final pude adelantar a este último antes de meta). Justo cuando estoy llegando a la parte más alta, que es donde se encuentra el avituallamiento, adelanto a María Victoria (tercera mujer en meta). Al saludarla me pide que le de una botella de agua, y engancho una para cada uno. ¡¡Un sorbo rápido y a bajar!!
Si la subida es chunga, cuando tienes que ir frenándote para no estrellarte contra el asfalto bajando, es casi peor. Durante bastantes metros se me va cargando toda la musculatura del cuerpo, hasta que llega un punto menos empinado y por fin puedo alargar la zancada y dejarme llevar.
Esta parte dura bien poco, ya que enseguida toca subir el puente que cruza la vía del tren... es un suplicio, llevamos 6'5 km y voy extenuado y dolorido. Por un momento pensé que lo iba a pasar realmente mal. El lado bueno es que no me cuesta respirar, que en el asfalto se tracciona mejor y que en el casco urbano el viento apenas va a molestar.
Durante la bajada noto que un corredor de amarillo se ha puesto a mi lado, se ve que tengo la complexión perfecta para que los demás se aprovechen yendo a rebufo. Miro de reojo y calculo que será poco mayor que yo... ya empezamos... mira que se de sobra que hoy no hago podio, ni de lejos, ya que hay unos galgos en mi categoría que no los pillo ni por asomo... peeeerooo la vena competitiva me puede y si alguno de "pelo blanco" se me pone a tiro o trata de adelantarme, aquí el que suscribe aprieta los dientes y acelera lo que haga falta.
Pues nada, otros tres veteranos a unos 10 metros por delante. Acelero. El de amarillo sigue a mi lado. Regulo el ritmo, nadie me adelanta. Esto se pone interesante.
El km 8 lo pasamos por debajo de 4'. Me cuesta mantener el ritmo hasta el km 9, y ronda por mi cabeza frenarme un poco y dejarme llevar hasta meta. El caso es que no recuerdo si bajé o no el ritmo, pero ninguno de los que he adelantado, ni el de amarillo, me sobrepasan (pero están ahí, lo se, les escucho sus pisadas jeje)
Unos 200 metros después del km 9 empiezan las hostilidades. El de amarillo acelera, aprovechando que vamos a adelantar a otro corredor más joven, y toma el lado cerrado de la calle para ganar la posición antes. Mi cabeza me dice que si se coloca delante yo voy a hundirme y mis piernas me dicen: acelera pitorra, aunque sea por el exterior, corre y sigue delante!!
Dicho y hecho, empiezo a acelerar, sigo por delante. Voy tragando bocanadas de aire por donde puedo, nariz, boca, orejas... aguanto unos metros más y al fondo distingo el arco de meta. Sin pensarlo dos veces empiezo a darlo todo. Hay otro corredor veterano por delante, va rápido, pero no tanto como yo. Lo sobrepaso poco antes de llegar a meta y detengo el crono el 40'45", por delante de los otros viejunos que me han acompañado.
Lo gracioso del tema es que ninguno de los que iban conmigo, o de los que adelanté cerca de meta, eran de mi categoría... pero, y lo bien que me lo he pasado??
El último acelerón me dice que soy capaz de ir más rápido durante más tiempo. Habrá que correr una más llanita y probar a ver...
Por cierto, Miguel, la cervecita de después me dio la vida jejeje, en Manzanares repetimos ;)


No hay comentarios: