El domingo 2 de febrero se celebró la décima edición de esta carrera. Es la primera vez que he participado, aunque no de la forma que a mi me hubiese gustado. Con el buen pico de forma que he alcanzado, me inscribí para tratar de mejorar mis últimas marcas en 10 kilómetros, pero, desgraciadamente, una lesión a la altura del aquiles de la pierna derecha, me hizo llegar muy justito. De hecho, todavía la tengo presente y, a día de hoy, con dolor que me impide correr.
Mi pensamiento era calentar muy suave y empezar a correr. A la más mínima señal, ser precavido y abandonar. Esta es la idea que expongo a los compañeros del club mientras tomamos café. También ha venido mi compi de trabajo Fran, que está encantado con el circuito de carreras de Ciudad Real ¿y quién no?
Mientras calentamos vamos saludando a un montón de conocidos, entre ellos Antonio Layos, vistiendo de corto y con un dorsal en el pecho. Nos damos un gran abrazo y le digo lo que me alegra verle correr, es un fuera de serie. No voy notando ninguna molestia, empiezo a ser optimista.
Como voy sin presión, me coloco de los últimos en la salida. Comenzamos andando, seremos casi 900 participantes. El inicio es cuesta abajo y enseguida empiezo a buscar huecos y a adelantar corredores. Voy muy tranquilo, casi pasando frío (y eso que he decidido correr con camiseta de manga larga y guantes). No miro ni el pulso, ni el ritmo ni nada, solo voy atento a mi aquiles.
Poco después del primer kilómetro alcanzo a nuestra compañera Sara. Bromeo con ella diciéndole que la han dejado sola el resto del grupo y a los pocos metros, continúo algo más rápido. Voy disfrutando un montón, un ritmo llevadero y adelantando a muchos corredores. El recorrido está plagado de público, cosa que siempre se agradece. Hay que aclarar una cosa: aunque la organización habla de recorrido llano, hay varias "tachuelas" que te dejan sin fuerzas si vas demasiado apurado. Voy pensando que si llego a venir a tope, seguramente habría pasado varios malos ratos en los últimos kilómetros. Pero hoy no es el día de sufrir, al contrario, lo estoy pasando genial.
De vez en cuando voy notando un leve pinchazo en el tobillo, señal de que si acelero, o piso mal, puede volver el dolor. Pero concentro mis esfuerzos en observar bien el asfalto, para no pisar baches, alcantarillas, pasos de peatones elevados ... etc. y la cosa no va a más.
Sería más o menos a mitad de carrera cuando alcancé a José Antonio, amigo de Lillo con el que coincido muchísimo. Poco después, me pongo a la altura de Antonio Layos y me quedo unos instantes charlando con él. Me dice que, a unos 100 metros, va delante Floren, pero no logro distinguirlo entre los atletas. Llegamos a una cuestecilla que se las trae y conservo mi ritmo. Eso hace que Antonio y muchos otros se queden atrás. No tardo mucho en cazar a Resu y Floren. Se alegran un montón al verme, señal de que voy sin dolor. Los acompaño un rato y no tardo en decirles que el cuerpo me pide algo más de ritmo, que voy a tirar hacia adelante.
Continúo adelantando a mucha gente, siempre con precaución, buscando huecos o por la parte exterior de la calle cuando giramos en alguna esquina. Tras un par de kilómetros alcanzo a ver a mi compañero Fran. Cuando llego a su altura puedo apreciar que va algo tocado, pero mantiene un buen ritmo a pesar de ello. Me pongo a charlar con él, aunque le pido que no hable mucho, que aproveche todo el oxígeno posible, ya que todavía queda la cuestecilla de marras... Ahora si miro el crono de vez en cuando. Vamos a 4'35" y antes de llegar al último kilómetro Fran me dice que siga yo solo. Lógico, seguro que voy un puntito más rápido de lo que a él le gustaría y no es cuestión de sacarlo de punto y hacer que sufra, lo quiero conservar como amigo jeje.
Pues nada, acelero y sigo adelantando gente. Llegamos a la cuesta. Veo a Mónica y me pongo a su lado. Me dice que va fatal, fundida, así que decido quedarme con ella y darle ánimos hasta la meta, que ya está muy cerca.
Terminamos en unos 46 minutos, aunque mi tiempo real son unos 35 segundos menos, ya que puse en marcha mi reloj al cruzar el arco de salida. Muy contento por haber acabado. Carrera que he disfrutado mucho y que me tomo como un entrenamiento de calidad.
Los compañeros del club terminan genial, Isidro, Teo, Sara, Floren, Resu (que ha batido su mejor marca en 10 K), Ignacio, con un tiempo brutal y el incombustible Uti, que nos tiene acostumbrados a subirse al podio y aquí hizo tercero de su categoría.
¿La próxima? Me hubiese gustado ir a Valdepeñas, pero, a día de hoy, faltando tan poco tiempo, es imposible. Habrá que esperar a la Capitán Duque.
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