En Navidad le regalaron unas zapatillas para correr, unas Saucony. Estaba deseando ir a probarlas con su padre. Cuando en el colegio le tocaba educación física llegaba a casa presumiendo ser la chica de la clase que más aguantaba corriendo, ahora tendría que demostrarlo.
Pero los días cargados de agua no hacían nada más que retrasar su entrenamiento, su prueba, su sueño ... y el de su padre.
Por fin llegó una mañana algo más clara; aunque seguía amenazando tormenta, no dudaron en ponerse la ropa de correr y sus estupendas zapatillas.
Su padre le daba instrucciones de vez en cuando: más despacio, no saltes, no hables tanto; pero sin ninguna rigidez, la iba a dejar disfrutar todo lo que pudiese.
Conforme se acercaban al segundo km comienza a quejarse del 'flato'. No te preocupes, nos paramos y descansas, la animó su padre. Dicho y hecho. Decidimos volver a casa, el asalto a las lagunas tendrá que esperar unos días, cuando ella esté más entrenada.
Al día siguiente, lejos de haber perdido los ánimos, le pide a su padre si puede volver a acompañarlo ¡por supuesto!.
Hoy regresamos antes, casi hemos hecho tres kilómetros del tirón. Su padre le da instrucciones para hacer los estiramientos correctos y vuelve a la carga, unos 43 minutos al ritmo de siempre.
Su padre sueña con una hija atleta, y quizás ¿por que no? triatleta. El pequeño seguro que se anima al ver al resto corriendo ;)
2 comentarios:
Sueños de padre diria yo.
Feliz año Eladio. A ti, al equipo de atletismo y a la que soporta vuestras locuras. :P
Un saludo.
Gracias Luis, feliz año a ti también de parte de todos los habitantes de mi casa ;)
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