miércoles, 6 de enero de 2010

Consejos de nutrición.

Hoy voy a escribir algo diferente, hablaré de comida.
Va a ser un artículo corto, ya que únicamente lo he estado poniendo en práctica durante el periodo vacacional de navidades, no os voy a aburrir.
Hablaré del polvorón, de este excelente sustituto a los powergeles, barritas y similares aglutinados calóricos que los atletas, en un momento u otro de nuestra actividad, solemos probar.
Este energético en cuestión les gana de mano a todos los comerciales y de marcas conocidas, empezando por el precio; echad un ojo si no os lo creéis a las ofertas de los hipermercados, o mejor, al pequeño comercio de toda la vida, en el que os lo venderán de manera personalizada.
Una vez ganada la batalla del precio hablemos del sabor ¡DONDE VA A PARAR! De esto se puede decir bien poco, ya que basta con elegir la variedad que más nos guste (chocolate, canela, limón ... ummm) y no nos llevaremos nunca una desagradable sorpresa, como podría pasar con uno de los otros.
A la hora de comerlo también salimos ganando. Después de apretujarlo bien en nuestra mano y hacerlo una bolita más consistente, retiramos el envoltorio, normalmente estampado con alegres colores y nos disponemos a degustalos. Es entonces cuando una explosión de sabor inunda nuestra boca, haciendo que toda su masa se extienda por el paladar, la lengua, entre los dientes ... está claro, que cuando comemos uno mientras corremos, debemos concentrarnos al máximo en mantener acompasada la respiración (y no olvidar un traguito de agua después). Cuando tomamos uno 'comercial', es rasgar el envoltorio y tragar como los pavos ¡ala! sin saborear ni nada, puag!!
Ahora las calorías. Contrariamente a lo que muchos piensan, el polvorón no engorda (en todo caso engordaría el que se lo come). Es una mentira de las gordas el que estos productos se instalen en los michelines de los atletas. Esta leyenda urbana se la inventó seguro uno de marketing de los 'comerciales', para que sólo comamos sus barritas y geles ¡ja, lo llevan claro!
Este estudio está avalado en mi propio metabolismo. Me he hartado todas las fiestas a polvorones (aunque no entrenara) y los michelines están igual que el primer día, yo no los veo aquí pegados.
Espero que os sea de utilidad y que si todavía os quedan en casa, no dudéis en comeros todos ;)
Otro día hablaré de las gachas.

Sigue habiendo un tiempo horroroso para entrenar, pero yo no lo dejo. Si llueve demasiado me subo a la elíptica, si no, corro. Cuando no cae ni gota, bici de montaña. Por cierto, ayer me puse de barro hasta las orejas con la bici, cosa que no había hecho en mi vida :P

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