martes, 28 de enero de 2014

VI CROSS RUFINO GALAN, CAMUÑAS



La de hoy ha sido mi segunda participación en esta prueba, y al igual que hice en 2011, también he venido sin dormir, después de haber trabajado durante toda la noche del sábado. En el momento de escribir esta crónica, estoy convencido de que no merece la pena hacer este tipo de sobreesfuerzos. Tomo nota y espero acordarme.
Ahora la carrera.
Antes de nada, quiero resaltar la buena labor organizativa de nuestros vecinos. Le ponen cariño, se lo curran bien y el resultado es muy bueno, felicidades.
Con muy poco retraso, comienza la carrera de Ali. Es el mismo circuito que hace tres años, ya lo conoce bien y sale reservona. Antes de terminar la subida a las ruinas ya ha adelantado a algunos corredores y en la bajada da buena cuenta de alguno más. Termina muy cansada, aunque es la única participante de su categoría, se ha empleado a fondo. Otra copa más para mi campeona.

En cuanto llega el último participante se da la salida a nuestra carrera. Hay mucho “galgo”, hoy veo claro que no tengo opciones, y le propongo a Uti acompañarle para ver si consigue podio en su categoría. Se niega rotundamente, arrastra mucho cansancio esta semana y no se ve fino. Serán entonces Floren e Isidro los que intentarán llegar por delante de mí, algo que casi consiguen, por cierto. ¡Están fuertes el par de fichajes! Casero irá más tranquilo, haciendo de liebre a Sara y Resu. Pero el gemelo de Resu no estaba hoy por la labor y le ha jugado una mala pasada, haciendo que pierda varios minutos en carrera.
Tras el pistoletazo de salida, lo de siempre, estampida de valientes. En los primeros 200 metros ya se van desfondando muchos de los corredores que salen más rápido de sus posibilidades, la calle está empinada y pone a cada uno en su sitio.
Pasamos al lado del depósito del agua, ahora viene un falso llano en el que comienzo a rebasar atletas. Uno tras otro van cayendo hasta la base del cerro de las ruinas. Llevo delante a la primera mujer, pero antes de terminar la primera subida la adelanto sin demasiadas complicaciones. La bajada me cuesta horrores, hay mucha piedra y pretendo ir rápido, no es compatible una cosa con otra. Trato de recuperar el aliento entre los olivos para poder acelerar en el camino de regreso al pueblo, cosa que consigo con facilidad.
Veo por delante mucha gente, me lo voy a tomar con calma, no tengo opciones a podio. Paso la primera vuelta en la posición 32 de la general (he visto un video que lo corrobora) y comienzo la segunda subida. Bajada de ritmo y concentración. El ritmo medio es de 4’07” el mil.
A partir de ahora, adelantar será más difícil. Tampoco voy a darlo todo, ya que la cuestecilla de marras te deja completamente KO si te excedes lo más mínimo. Tan solo supero a los que comienzan a desfondarse y no pueden mantener el tipo.
Unos metros por delante distingo a Maxi, un conocido villacañero que está muy fino últimamente. En la Sansil Villacañera llegó justo delante de Fillo, y hoy pensaba que también me ganaría a mí. Pero poco a poco voy reduciendo la distancia que nos separa, lo que me hace animarme y subir con ganas la segunda vuelta, para intentar pillarlo en la bajada hacia el pueblo.
Dicho y hecho. Antes de completar la segunda vuelta me pongo a su lado, le saludo y le hago un pequeño cambio de ritmo para ver si me aguanta o puede quedarse conmigo. Va tocado y se queda algo detrás, pero no muy lejos, ya que comienza la tercera subida y vuelvo, prudentemente, a tomármelo con calma. A pesar de ello, sigo adelantando todavía a algún corredor más. No he podido contar cuantos han sido después de la primera vuelta, pero calculo que unos cinco o seis. El ritmo medio ahora es de 4’10”.
Tercera y última subida, hay que mantener el tipo. Conozco bien mis fuerzas, sé hasta dónde puedo llegar … o no. Corono las ruinas con la reserva encendida, algo mareado y con el rostro desencajado, miedo me da ver las fotos que hacían allí arriba. Giro la cabeza y veo a Maxi muy cerca. Se me enciende la vena competitiva, no puedo dejarme atrapar. Pero la cabeza “se me va”, me he pasado de rosca (recordad que no he dormido) y me da la impresión de ir demasiado lento.
Llegamos a las olivas, justo antes del camino de vuelta y vuelvo a tomar referencias de mi más inmediato perseguidor; ha desaparecido, he podido con él, ¡bien!. Ahora toca el último esfuerzo, dar caza al que llevo delante de mí, unos 20 metros.
Queda aproximadamente un kilómetro de carrera, cuesta abajo, tengo que intentarlo. Si, lo sé, es algo absurdo ganar un solo puesto cuando vas el ‘veintitantos’, pero a ver quién es el guapo que me sujeta … en el primer achuchón miro el garmin y veo que voy a 3’35’’, venga, que eso no es nada, tú puedes ir más rápido. Segundo achuchón y lo alcanzo, acelero algo más para que no me siga, voy por debajo de 3’30’’ unos metros y trato de mantener esa velocidad hasta la meta. Al final llego por delante, parando el crono en 29’49”.
Cansado, no, agotado es la palabra adecuada, pero satisfecho con mi carrera. Os dejo unas fotos y editaré cuando encuentre las clasificaciones.










3 comentarios:

Anónimo dijo...

De tal palo tal astilla,padre e hija dos autenticos portentos.coco

JL dijo...

Duro no,durísimo. El año que viene intentaré llegar más fuerta para ir pasando gente del club lal lagunas.

Eladio dijo...

Coco, muchas gracias.
Jose Luis, tendrás que entrenar muy duro jeje.