La de hoy ha
sido mi segunda participación en esta prueba, y al igual que hice en 2011,
también he venido sin dormir, después de haber trabajado durante toda la noche
del sábado. En el momento de escribir esta crónica, estoy convencido de que no
merece la pena hacer este tipo de sobreesfuerzos. Tomo nota y espero acordarme.
Ahora la
carrera.
Antes de nada,
quiero resaltar la buena labor organizativa de nuestros vecinos. Le ponen
cariño, se lo curran bien y el resultado es muy bueno, felicidades.
Con muy poco
retraso, comienza la carrera de Ali. Es el mismo circuito que hace tres años,
ya lo conoce bien y sale reservona. Antes de terminar la subida a las ruinas ya
ha adelantado a algunos corredores y en la bajada da buena cuenta de alguno
más. Termina muy cansada, aunque es la única participante de su categoría, se
ha empleado a fondo. Otra copa más para mi campeona.
En cuanto
llega el último participante se da la salida a nuestra carrera. Hay mucho
“galgo”, hoy veo claro que no tengo opciones, y le propongo a Uti acompañarle
para ver si consigue podio en su categoría. Se niega rotundamente, arrastra
mucho cansancio esta semana y no se ve fino. Serán entonces Floren e Isidro los
que intentarán llegar por delante de mí, algo que casi consiguen, por cierto. ¡Están
fuertes el par de fichajes! Casero irá más tranquilo, haciendo de liebre a Sara
y Resu. Pero el gemelo de Resu no estaba hoy por la labor y le ha jugado una
mala pasada, haciendo que pierda varios minutos en carrera.
Tras el
pistoletazo de salida, lo de siempre, estampida de valientes. En los primeros
200 metros ya se van desfondando muchos de los corredores que salen más rápido
de sus posibilidades, la calle está empinada y pone a cada uno en su sitio.
Pasamos al
lado del depósito del agua, ahora viene un falso llano en el que comienzo a
rebasar atletas. Uno tras otro van cayendo hasta la base del cerro de las
ruinas. Llevo delante a la primera mujer, pero antes de terminar la primera
subida la adelanto sin demasiadas complicaciones. La bajada me cuesta horrores,
hay mucha piedra y pretendo ir rápido, no es compatible una cosa con otra.
Trato de recuperar el aliento entre los olivos para poder acelerar en el camino
de regreso al pueblo, cosa que consigo con facilidad.
Veo por
delante mucha gente, me lo voy a tomar con calma, no tengo opciones a podio.
Paso la primera vuelta en la posición 32 de la general (he visto un video que
lo corrobora) y comienzo la segunda subida. Bajada de ritmo y concentración. El
ritmo medio es de 4’07” el mil.
A partir de
ahora, adelantar será más difícil. Tampoco voy a darlo todo, ya que la
cuestecilla de marras te deja completamente KO si te excedes lo más mínimo. Tan
solo supero a los que comienzan a desfondarse y no pueden mantener el tipo.
Unos metros
por delante distingo a Maxi, un conocido villacañero que está muy fino
últimamente. En la Sansil Villacañera llegó justo delante de Fillo, y hoy
pensaba que también me ganaría a mí. Pero poco a poco voy reduciendo la
distancia que nos separa, lo que me hace animarme y subir con ganas la segunda
vuelta, para intentar pillarlo en la bajada hacia el pueblo.
Dicho y hecho.
Antes de completar la segunda vuelta me pongo a su lado, le saludo y le hago un
pequeño cambio de ritmo para ver si me aguanta o puede quedarse conmigo. Va
tocado y se queda algo detrás, pero no muy lejos, ya que comienza la tercera
subida y vuelvo, prudentemente, a tomármelo con calma. A pesar de ello, sigo
adelantando todavía a algún corredor más. No he podido contar cuantos han sido
después de la primera vuelta, pero calculo que unos cinco o seis. El ritmo
medio ahora es de 4’10”.
Tercera y
última subida, hay que mantener el tipo. Conozco bien mis fuerzas, sé hasta
dónde puedo llegar … o no. Corono las ruinas con la reserva encendida, algo
mareado y con el rostro desencajado, miedo me da ver las fotos que hacían allí
arriba. Giro la cabeza y veo a Maxi muy cerca. Se me enciende la vena
competitiva, no puedo dejarme atrapar. Pero la cabeza “se me va”, me he pasado
de rosca (recordad que no he dormido) y me da la impresión de ir demasiado
lento.
Llegamos a las
olivas, justo antes del camino de vuelta y vuelvo a tomar referencias de mi más
inmediato perseguidor; ha desaparecido, he podido con él, ¡bien!. Ahora toca el
último esfuerzo, dar caza al que llevo delante de mí, unos 20 metros.
Queda
aproximadamente un kilómetro de carrera, cuesta abajo, tengo que intentarlo.
Si, lo sé, es algo absurdo ganar un solo puesto cuando vas el ‘veintitantos’,
pero a ver quién es el guapo que me sujeta … en el primer achuchón miro el
garmin y veo que voy a 3’35’’, venga, que eso no es nada, tú puedes ir más
rápido. Segundo achuchón y lo alcanzo, acelero algo más para que no me siga,
voy por debajo de 3’30’’ unos metros y trato de mantener esa velocidad hasta la
meta. Al final llego por delante, parando el crono en 29’49”.
Cansado, no, agotado es la palabra adecuada, pero satisfecho con mi carrera. Os dejo unas fotos y editaré cuando encuentre las clasificaciones.
3 comentarios:
De tal palo tal astilla,padre e hija dos autenticos portentos.coco
Duro no,durísimo. El año que viene intentaré llegar más fuerta para ir pasando gente del club lal lagunas.
Coco, muchas gracias.
Jose Luis, tendrás que entrenar muy duro jeje.
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