martes, 11 de abril de 2017

IX Cross Rufino Galán, Camuñas 08/04/2017.

     Dentro de la preparación para la media maratón en Madrid el próximo 23, entraba participar en el cross Rufino Galán, a modo de test, para evaluar el estado de forma conseguido durante estos meses. He de decir que he tenido un gran bajón de forma, desde hace aproximadamente un mes. De un día para otro, correr durante más de una hora a buen ritmo y bajas pulsaciones pasó a ser ir lento y cansado. Tengo más o menos claro lo sucedido, entrenar sin haber dormido bien y no respetar días de descanso.
     A pesar de todo, había buenas sensaciones el sábado y me propuse dar todo lo que llevaba dentro, eso sí, tratando de pasarlo bien desde el principio.

  

     Unos 20 grados centígrados nos aguardaban en Camuñas, ni una nube y algo de brisa fresca. Comí bien, me hidraté y tras evaluar a los rivales de mi categoría, me quité un peso de encima al bajar la presión, ya que no tenía opciones de podio.
     Con un poco de retraso en el horario previsto y tras un calentamiento diferente a cargo de los animados organizadores, se dio la salida a la prueba, que sería una combinación de abosuluta, juveniles y modalidad "hard running". Éramos pocos participantes y a pesar de colocarme muy delante, apenas me rebasan los "lanzados" del principio. Enseguida ocupo el puesto quinceavo (más o menos) y poco varió al final de la carrera.
     Durante el calentamiento se me cargaron un poco ambos sóleos, estiré un poco y no quise hacerles caso. Por suerte, no dieron guerra.
     En la primera subida al molino llevo al compañero Esteban a mi lado. Me dijo que haría la carrera conmigo, ya que le adelanté que iba a ir prudente al principio. Subimos bien, aparentemente sin forzar demasiado. En la bajada me dejo caer y adelanto a un corredor local. Giramos hacia el pueblo y animo a Esteban a que siga a mi lado en el falso llano.
     Aquí cometí un error, al que achaco mi flojo resultado final, y no fue otro que guiarme por el gps. Los 3'50" que marcaba de ritmo me parecía poco, ya que íbamos bajando levemente, así que aceleré con ganas.
     Llego bien, pero con mucho calor al final de la primera vuelta. Nada más pasar el arco de meta alcanzo a un corredor que va pagando el sobreesfuerzo, lo adelanto con facilidad y comienzo la segunda subida y en cuanto el camino empieza a empinarse, aparece de nuevo Esteban a mi lado. No tardo en darme cuenta de que va mucho mejor que yo y enseguida le animo a que se vaya por delante, pero con la voz entrecortada por el esfuerzo, desiste y se queda conmigo. La parte final de la subida me deja KO y tengo que hacerla andando. Mi compañero se adelanta y se frena en la bajada para que vayamos juntos. Ahora soy algo más prudente y no acelero. Tampoco es que pueda ir mucho más rápido de lo que voy...
      En la curva anterior a meta nos espera Uti con una botella de agua que me da la vida (aunque no más fuerzas), y comenzamos la última subida a las ruinas.
     Nada más terminar el asfalto vuelvo a decirle a Esteban que siga sin mi, que voy fundido y no me voy a castigar en la subida. Le sigo unos metros más y tengo que ponerme a andar en el último y más empinado tramo de la prueba. Rápidamente me saca unos 10 metros de ventaja, que ya no podré recortar en absoluto. Termino de subir algo mareado, ya que, a pesar de ir andando, he subido con fuerza. Me dejo caer en la bajada y, tras un rápido vistazo a la retaguardia, decido tomármelo con calma hasta meta. Hoy no sufro más. Me salen 6'5 kms de carrera, que se me han hecho eternos. Termino en uos discretos 28 minutos, siendo el cuarto de mi categoría y el 12 ó 13 de la general.
     La nueva equipación, además de bonita, es de mejor calidad que la anterior, parece que no llevas nada, y eso es un gran punto a nuestro favor.
     El bueno de mi amigo Uti me anima diciendo que no haga caso al ritmo de hoy, que si el calor, que si la cuesta, que si me escurría con las Pegasus...pero no puedo evitar pensar en que el ambicioso objetivo que me había planteado para la media de Madrid (bajar de 1:24) es una quimera imposible.
     La organización nos obsequia con una bolsa del corredor con fruta, camiseta, bebidas. Es una carrera sencilla, pero muy recomendable.




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