El Club de Atletismo Renacer organiza esta bonita carrera popular, que transcurre por algunas de las calles más céntricas, y dicho sea de paso, más empinadas, de Camuñas. Se trata de un circuito completamente urbano y asfaltado de 4 kilómetros al que hay que dar dos vueltas. Advierto, para quien se anime a participar y no lo haya hecho antes, que lo va a pasar nada más que regular si se excede de ritmo en los dos primeros kilómetros. Pero si haces tu carrera por sensaciones y dejando a un lado el cronómetro, seguro que te gusta. Camuñas es un pueblo pequeño, que sabe sacarle muy buen partido a sus rincones más bonitos.
En lo que se refiere a este humilde corredor, la cosa pintaba muy bien los días previos. Pude enlazar muy buenos entrenamientos y recuperaba de un día para otro perfectamente. Pero claro, no todo va a ser de color de rosa, así que tres días antes me pillo un buen resfriado, que, por suerte, el único síntoma que me afectaba era la congestión (como si eso fuera poco…).
Para compensar, rompí la hucha y me hice con unas zapatillas nuevas para las competiciones, unas mixtas, que tienen algo más de amortiguación y durabilidad que las “voladoras”. Además, yo no vuelo, así que ¿para qué usar un modelo reservado más bien para la élite?. Decidí estrenarlas el mismo sábado de la carrera. Una apuesta arriesgada, pero que salió bastante bien.
A la hora de recoger el dorsal me encuentro, como siempre, muchas caras conocidas, amigos corredores que me preguntan si he venido solo … vaya, pues si, ningún lagunero más se ha animado. Parece que esta carrera ha pasado un poco desapercibida, injustamente, bajo mi punto de vista, ya que está bien organizada, le ponen cariño y ganas … vamos, que tiene muchos puntos a favor. Me da a mí la sensación que las cuatro cuestecillas tiran para atrás.
Línea de salida, muy pocos participantes, de hecho, tan solo 44 llegados a meta. Entre los de mi categoría (mayores de 50 años), Miguel Ángel Salas, Luis (villacañero muy rápido), un Trainingrey, que seguro anda bastante bien… nada, me quedo sin opciones a podio jeje.
Vistos los rivales y consciente de mi resfriado y las pocas posibilidades de llegar de los primeros, opto por ser prudente y no exigirme más de la cuenta, aunque me pongo en la segunda fila de la salida.
Nada más dar el pistoletazo me adelantan varios corredores por ambos lados ¡cuánta prisa! (la historia de siempre, dadme 500 metros para que cada uno se ponga donde le corresponde).
A pesar de haber hecho un calentamiento tirando a cortito, llevo muy buenas sensaciones de inicio. Las piernas se mueven ligeras, sin la pesadez que suelen tener al principio de las carreras. Las zapas nuevas son la caña, tienen un plus de respuesta, retorno, rebote, llámalo como quieras, que me hace ir muy cómodo.
El circuito comienza dirección a Villafranca y antes de hacer el primer giro de vuelta al centro de Camuñas, puedo contar los que llevo por delante … a ver: uno, dos, tres … voy el 14. Me gusta el número, tanto que me conformo con acabar en ese puesto al final. Pero esto no ha hecho nada más que empezar y las posiciones bailan, seguro.
En cuanto pasamos la mitad de la Calle Alcázar ya se nota la primera subida, que se acentúa al unirse a la Calle Imperial. Hay público por esta zona y van animando a un local que va justo detrás de mí. No me da curiosidad por saber si es más joven o de mi categoría, yo voy a lo mío, no tengo ganas de guerra. Voy justo detrás de María Victoria, que últimamente está muy fuerte y me da por pensar que igual me estoy pasando de ritmo … ¿o es que ella ha salido en plan cauteloso, sabedora del perfil de la carrera? El caso es que mantengo la distancia y no intento darle caza. Aprovechando que se baja el ritmo subiendo, miro un poco más delante y veo que nos preceden un corredor con el pelo blanco y camiseta amarilla, exactamente como la lagunera y otro que, por la pinta, también parece cincuentón (vaya con los veteranos). Hago mis cuentas: Miguel, Luis, el Trainingrey, los dos que van delante … uf, por lo menos el sexto de la categoría… anda bueno va!!
Poco antes del primer kilómetro acaba la subida, hay un falso llano en el que aprovechamos para volver a subir un poco el ritmo. Pasamos la Plaza de los Danzantes, cruzamos la travesía y continuamos hacia la Plaza del Arenal. He hecho bien mis deberes y sé que ahora llega la subida más dura. Nada más girar hacia la Calle Antonio Machado alcanzo a María Victoria, me pego a su espalda, pero no la adelanto. Giramos por Guindalera y la cosa se empieza a poner seria. Intento retener lo mínimo, lo suficiente como para que las pulsaciones no se disparen. María Victoria empieza a respirar con fuerza, mala señal. Me pongo a su lado al girar por Miguel de Unamuno, pero ni siquiera la saludo, no pienso soltar ni una molécula de oxígeno en vano. Después de la carrera, en tono de broma, me lo reprochó jeje. El caso es que antes de llegar arriba del todo, junto al Molino de la Unión, la he adelantado.
Kilómetro 2 y primera bajada seria. Es hora de comprobar si la amortiguación de las zapatillas nuevas es lo suficientemente generosa como para aguantar mi peso o si, por el contrario, voy a sufrir por cada zancada que dé. Entro de talón, reteniendo, y por suerte, las zapatillas responden sobradamente. Bajo pulsaciones y aumento el ritmo.
El de amarillo ha adelantado al otro, y yo también le voy comiendo terreno. Llegamos de nuevo a la Plaza del Arenal y giramos, para subir de nuevo, por la Avenida de la Constitución. Mantengo la sangre fría y no derrocho recursos para alcanzar al siguiente atleta, en estos momentos, ya sé que podré con él. Terminamos la última subida (de la primera vuelta) en la Calle las Viñas, justo el kilómetro 3, giramos dirección Plaza del Arenal y me dispongo a adelantar.
Volvamos a hacer cálculos: iba el 14, he adelantado a María Victoria y ahora al otro veterano. Voy el 12, me gusta.
Tampoco he perdido de vista al veterano de amarillo, a pesar de haberme acelerado, mantiene la distancia. Llego al arco de meta para completar la primera vuelta en 16’25’’ y cojo una botella de agua que me ofrece un voluntario. La temperatura es ideal, pero está algo nublado y hay humedad, por lo que voy sudando con ganas, así que doy un trago y deshecho el resto.
No tardo nada en dar alcance a mi predecesor. No sé si ha pinchado o se está tomando un respiro, el caso es que me pongo a su lado antes de lo que esperaba. Hacemos un pequeño comentario sobre lo que nos espera y avanzamos juntos. Lorenzo Castellanos se llama.
Ya en la Calle Alcázar me pongo delante y Lorenzo se pega a mi espalda, igualito que los ciclistas cuando empieza a ponerse empinada la carretera. Este hombre sabe bien lo que hace (pienso entre mi), va a ir aquí pegado hasta el penúltimo kilómetro y me va a dar matarile… El caso es que, aunque no nos estemos jugando nada, yo quiero llegar delante (¿qué raro, no?) y me dispongo a elaborar una estrategia para conseguirlo. A ver, pienso, subo algo más lento hasta el Molino la Unión, reservando fuerzas, bajo más rápido que en la primera vuelta, vuelvo a bajar el ritmo desde la Plaza del Arenal hasta el kilómetro 7 y desde ahí a meta a darlo todo (parece un buen plan, voy a ponerlo en marcha).
Justo cuando llegamos a la Calle Imperial adelantamos a un corredor más joven al que no había tenido en cuenta hasta ese momento.
Recapitulemos: ahora voy el 10 de la general, tela marinera jajaja.
Lorenzo se encarga, con un resoplido, de poner fin a mi elaborado plan nada más empezar. Se ve que antes de llegar al Molino se le han ido mermando las fuerzas y no puede seguir a mi lado. Pues nada, voy a reducir lo mínimo imprescindible como para mantener una distancia tal que no le den ideas de recuperar posición jeje.
En una de las calles puedo ver por delante a Luis, el villacañero. Está demasiado lejos y queda muy poco como para intentar una locura. Me limito a seguir mi ritmo y a continuar disfrutando lo máximo. Que si, que lo voy disfrutando, que hoy no tocaba penar, y entre la buena posición que llevo y las geniales sensaciones de las zapatillas nuevas, voy más feliz que un niño en una juguetería.
Arreón final, arco de meta y paro el crono en 32’42’’ oficiales, consiguiendo una media de 4’05’’ y una segunda vuelta sensiblemente más rápida que la primera. No puedo estar más contento.
Como bien había calculado, cuarto veterano B, medalla de chocolate … mmmmm que rica!!
Las clasificaciones pueden verse aquí: http://cronosportradio.es/g-live/g-live.html?f=../RESULTADOS23/CAMUNAS/RENACER.clax
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