Con el buen sabor de boca que me dejó Daimiel, decidí inscribirme a la última carrera de este 2025, la clásica de Navidad en Consuegra. Arrastraba unas molestias en la pierna derecha, desde el glúteo hasta la rodilla. Con la experiencia que tengo en estas cosas, estoy convencido de que se trata del nervio ciático. No es dolor muscular, no es rotura de fibras, puedo entrenar con precaución y, llegado el día, competir. En Daimiel quiso dar la cara, pero apenas fue un dolorcillo sin importancia. Después, casi no ha dado guerra.
He bajado el número de kilómetros en cada entrenamiento, quiero llegar bien fuerte a Consuegra. No he hecho nunca podio en esta localidad, ya que siempre vienen unos cuantos veteranos muy rápidos, incluido el local Isidoro Moreno, y este modesto corredor, no llega a la altura.
Mi compañero de viaje, Bienve, no falla nunca. Le gusta mucho participar aquí, así que contactamos y quedamos para ir juntos. Es una máquina de devorar kilómetros y hacer podios, adelanto, quedó segundo de su categoría, con sus ya 67 tacos.
En el calentamiento nos encontramos a Albertuki. Apenas charlamos un minuto con él y continuamos la marcha. Hacía un viento muy frío y desapacible. Menos mal que el sol lucía en algunas zonas del pueblo. 10 escasos minutos de trote y nos vamos a la salida, con otros diez de margen.
Antes de continuar, adelanto que, para el año que viene, tengo en el calendario la media maratón de Valdepeñas. La suerte me ha regalado un dorsal, a través del instagram de la organización, así que no me la pierdo. Para ir haciendo pruebas, llevo a Consuegra las zapatillas con las que estoy entrenando la calidad desde este verano. Son la tercera versión de las Puma Deviate Nitro y, a decir verdad, no iba del todo convencido, ya que la segunda, que es con las que compito, va de lujo. El caso es que, al llevar más amortiguación, me decanto por ellas, quiero ir viendo sensaciones en carrera.
Con tres o cuatro minutos de retraso dan la salida. Me he enfriado. Me he colocado muy delante, pero una chica joven me va cortando el paso en los dos primeros giros y no voy nada cómodo. En principio no me es molesto, ya que así no me desmadro y echo a perder la carrera saliendo "escopeteado", pero en cuanto llegamos a la Calle Ciprés, acelero y la adelanto. Espera, algo no me cuadra...vamos en dirección al río Amarguillo, cuando el circuito del año pasado iba en sentido contrario, o sea, hacia el castillo. No lo entiendo, han cambiado el recorrido. Metido en mis pensamientos, y todavía en los primeros metros de la carrera, veo a otros corredores que me adelantan. De un breve vistazo, trato de situarme en qué posición debo llevar...uf, imposible, va muchísima gente delante, estoy lejos de pasar en la posición 26 del año pasado en la primera vuelta, para terminar en el puesto 21. Me vengo un poco abajo. No había expectativas de hacer podio, pero si de un buen lugar en la clasificación general.
Controlo el pulso y el ritmo antes de pasar el primer kilómetro, voy bien, dentro de lo esperado, pero al llegar a los mil metros, el gps dice que voy más lento de lo previsto 4'04''. Trato de acelerar un poco, no demasiado, ya que, si hacemos el trazado de lo que antaño era la segunda vuelta, vamos a encontrar un par de calles con ligera subida, quiero ser prudente.
En esta parte del pueblo hay poco público, pero, para hacer honor a la verdad, dan muchos ánimos. También encuentro a amigos de protección civil de Villacañas, pero ya no hay más caras conocidas. Voy solo, callejeando en un continuo sube baja, tratando de llevar el ritmo para el que he entrenado. Pero hoy las piernas no parecen funcionar en condiciones. Me da por echar la culpa a las zapatillas, ya que me trasmiten unas sensaciones muy malas, duras y sin nada de rebote. Cuando bajamos, después de picar el segundo kilómetro en 4'02'', intento entrar de talón todo lo que puedo, aprovechando al máximo la espuma nitro que llevo en los pies. Nada de nada, sigo con la impresión de llevar dos ladrillos en los pies. Si las calles fuesen más largas, no hubiese tantos giros, posiblemente sería capaz de lograr una pisada más fluida, pero el circuito es el que es, no hay nada que hacer.
Mi amigo Maxi, el villacañero, va por delante con Gustavo, del Unicaja Toledo. Me han sacado unos 30 metros desde el principio y parece que cada vez se van alejando más. Llegamos a la zona del Amarguillo y la Iglesia de San Juan Bautista. Aquí sopla un frío viento de cara que me da completamente de lleno. Giramos hacia la Plaza de España y completamos la primera vuelta. Veo 11'30'' en el cronómetro oficial. Si soy capaz de doblar, entraré en 23 minutos. Pero ahora llega la incertidumbre: ¿la segunda vuelta será por el mismo recorrido o habrán decidido seguir por el del año pasado, subiendo hacia el castillo? si es la segunda opción, voy jodido, ya que hay casi un kilómetro y medio de subida que me va a dejar para el arrastre.
Llegamos de nuevo a la Calle Ciprés y ... tachán! volvemos al recorrido de la primera vuelta. Bien, no es tan duro como el antiguo.
El tercer kilómetro me ha saltado algo después de pasar por el arco de control. No pude ver el tiempo, ahora compruebo que hice 3'59''. Callejeamos, zona de la estación de autobuses, cruzamos el Amarguillo ... y se me atragantan los escasos metros de puente. Leche, me ha llegado la fatiga de golpe. No puede ser, queda casi la mitad de la carrera!!!!
Miro el gps y ya voy por encima de las 160 pulsaciones. Las piernas siguen sin funcionar. Los ladrillos cada vez me pesan más. Lo voy a pasar mal, rematadamente mal. Hay que buscar rápidamente una estrategia para sobrevivir hasta la meta.
Antes de sentarme en un bordillo y echarme a llorar, veo a Maxi y a Gustavo, que siguen juntos. Les he recortado bastante, sin haberme dado cuenta. Ya tengo objetivo. Me gusta seguir tácticas cuando participo en carreras, aunque no me esté disputando nada, me motiva y me hace ver hasta dónde puedo llegar.
El cuarto kilómetro cae en 4' clavados. Ahora tocan mil metros de sube-baja en los que trataré de aguantar subiendo y acelerar bajando. Una cosa es pensarlo y otra llevarlo a la práctica, claro... Con las pulsaciones casi por las nubes y las malas sensaciones que me transmiten las zapatillas será tarea difícil. De "pulmones", como decimos los corredores, voy medianamente bien. Sé que estoy fuerte y que puedo llegar a la altura de, al menos Maxi. El kilómetro cinco lo supero con unos discretos 4'04'', estamos bajando hacia el río, tengo a Maxi a 10 metros, un último acelerón y zas! latigazo en el glúteo. Un dolor punzante me sacude de golpe cuando estoy a punto de rebasarlo. Queda menos de un kilómetro de carrera y, aunque voy al límite, soy consciente de que puedo llegar todavía más rápido, pero, con este dolor sobrevenido...ya veremos.
Lo adelanto justo antes de cruzar el puente, junto a la Iglesia. Llegamos al paseo del río y veo, ya fuera de mi alcance, a Gustavo. Justo delante distingo también al local Isidoro. Al final, pienso entre mi, debo ir en buena posición. Aguanto como puedo el dolor y pongo la marcha final. Ahora si que si, se me sale el corazón por la boca jaja. Revisando los datos del gps, compruebo que he llegado a las 169 pulsaciones, todo un logro el no haberme mareado...
Últimos giros y cruzo la meta en la Plaza en 23 minutos clavados. He sido capaz de hacer el mismo tiempo en cada vuelta. Por una parte, bien, pero por otra, ese no es el plan, ya que, la segunda siempre debe ser más rápida. En fin, es lo que hay.
Espero a Bienve, que llega enseguida y, sin perder un minuto, nos vamos al coche a quitarnos la ropa sudada y vestirnos de seco. En la plaza podemos ver la clasificación provisional. Resulta que he llegado el 20 de la general (un puesto mejor que el año pasado), siendo quinto de mi categoría (igual que el año pasado). También he sido unos segundos más rápido en meta, aunque, al ser otro circuito, no le doy importancia.
A día de hoy, con las clasificaciones oficiales en la pantalla, la satisfacción es mayor, ya que, puedo ver que en la primera vuelta iba en la posición 28. Resulta que no lo hice tan mal.
Me gustaría decir, también, que la carrera está bien organizada, hay muchos voluntarios y protección civil cortando calles y la bolsa del corredor es muy completa (¡hasta una docena de huevos lleva!).
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