Un pequeño empujoncito.

Eso es lo que a veces hace falta para subir la moral del corredor; y es que "el coco" manda sobre el resto del cuerpo, y si este dice que se agota y va dejando a un lado las zapatillas ... mal asunto.

Esta semana casi 2000 kms, eso si, de coche.
El viernes regresamos de pasar unos días por el norte de España, frescos, agradables y sin contacto alguno con el deporte o con internet, vamos, desconexión total.
El mismo día de vuelta me fui a dar un paseo con la bici para soltar piernas, ya que de tanto conducir las tenía doloridas y agarrotadas. Hice lo habitual para cuando tengo poco tiempo: 'un Quero'.
Salí en plan tranquilo, pero cuando estaba llegando a la localidad en cuestión (a falta de unos 2'5 kms) me crucé con otros dos ciclistas, Domingo y otro al que no conozco y que llevaba bici de montaña. Pues nada, como al parecer uno lleva sangre en las venas, me dio por acelerar para ver si a la vuelta era capaz de pillar a alguno de los dos, je je. Esos 2'5 kms los hice por encima de 40 km/h :P
A la vuelta, ligera brisa en contra que me hace ir más lento, pero en las lagunas consigo atrapar al de la bici de montaña, bien, ahora a relajarse, que no hay necesidad de quemarse el primer día.

Ayer, después de la reunión del club de atletismo, quedé con Uti para rodar un ratito. Y aquí es donde me vino el empujoncito que tanto necesitaba.
Salimos con otros dos jóvenes, Julián e Ignacio, y luego se nos unió Javi (no tan joven, je je). Charla agradable, en la que Uti me cuenta parte de los entrenamientos que lleva con los chavales y lo difícil que es hacerles ver que el descanso y la paciencia son parte fundamental de este deporte; yo soy el vivo ejemplo de lo desastroso que puede ser no tener algo de cabeza ...
Total, 41 minutos muy agradables, que me han dejado agujetas para todo el día de hoy.

Foto de las vacaciones.